Bienvenido a casa, baloncesto
18 AÑOS DESPUÉS, TORRELAVEGA VUELVE A OLER A BALONCESTO, DE LA MANO DEL
GRUPO ALEGA CANTABRIA CBT.
Casi cuatro lustros después, con la herencia del histórico Cantabria Lobos, y manteniendo su buen hacer tanto dentro como fuera del campo, Torrelavega acogerá en sus brazos y los de su gente una nueva y emocionante temporada en la segunda categoría del baloncesto español, la liga LEB Oro.
El buen hacer del casi recién nacido Grupo Alega Cantabria lo ha llevado en una trayectoria de ensueño, a coronarse en una vertiginosa campaña 2021-2022 campeón airoso de la liga LEB Plata, logrando un ascenso prácticamente impecable de la mano de David Mangas y su hombre estrella Mirza Bulić, sumados a los ya idolatrados Alo Marín, Fer Sierra o Agustí Sans. El equipo cántabro llega en un estado de forma óptimo, tras una pretemporada insuperable donde dejó muy buenas sensaciones en el torneo amistoso de pretemporada donde participaron grandes como el San Pablo Burgos o el Surne Bilbao Basket. Los nuevos fichajes tuvieron su oportunidad de lucirse, como por ejemplo Mikel Sanz, un hombre que parece no poder casar mejor con los pupilos de David Mangas, y que cualquiera diría que lleva toda la vida en Torrelavega.
Por su parte, el HLA Alicante quiere empezar con buen pie una nueva temporada con nuevas aspiraciones. Un equipo sólido, muy peligroso, de esos que asustan; y no es para menos. “Queremos ser protagonistas de esta LEB Oro” afirmaba Rafa Monclova en unas declaraciones para el club. Una de sus incorporaciones estrella, Sean McDonell no dudaba a principio de pretemporada en afirmar que el HLA Alicante tiene un equipo “sumamente competitivo” y que pueden ser un buen incentivo para la ciudad de Alicante para disfrutar del baloncesto una temporada más.
No obstante, nos espera un choque de trenes. Aunque a priori pueda parecer que el combinado alicantino es relativamente superior al torrelaveguense, no podemos olvidar que el Alega tiene mucho hambre de baloncesto. Hay hambre de mates, de triples, de canastas sobre la bocina, de victorias de esas que no sabes si frotar los ojos, y por supuesto, hay hambre y ganas, muchas ganas de ver el Vicente Trueba, la “Bombonera del Cantábrico” hasta la bandera, de esas tardes que huelen a bolsa de pipas y buen baloncesto sentado en sus gradas. Pero sobre todo, y de manera muy destacable, hay auténtica ambición por hacer algo grande. Por recuperar lo que una vez perteneció a una gente que jamás debió decir adiós a lo que con su aliento y su apoyo un día consiguió: la ACB.
Dicen que soñar es gratis. Bueno, en ese caso, soñemos, ¿no?
Imagen cedida por el club.