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Con la mentalidad renovada por el fundamental triunfo conseguido el fin de semana pasado contra Melilla, Cáceres Patrimonio de la Humanidad viaja a Valladolid a hacer valer y reforzar sus nuevas intenciones que pasan por salir del vagón de cola, es decir, pies en los suelos.

Partido que se jugará este sábado en el mítico Polideportivo Pisuerga, a las 19:30 con los colegiados Víctor Mas, Jorge Muñoz y María Cortés para imponer un orden si fuera necesario. Intervención que seguro que no se produce por ser los contendientes dos clubes caballeros.

Pareciera que la moral de los extremeños fuera como si viniéramos de ganar una Euroliga y con eso tenemos que tener cuidado porque tanta euforia nos puede pasar factura. Está demostrado y se está demostrando que la LEB Oro puede tener cualquier calificativo menos una segunda división o un baloncesto venido a menos. Esta competición es muy difícil y la prueba de ello es lo que están sufriendo los chicos de Roberto Blanco y la afición verdinegra.

Está claro que tanto Kostas Vasileiadis como Kenny Hasbrouck aportan y mucho a la mejora de la situación del equipo, pero no son ni ángeles ni dioses. Con jugadores comprometidos que vinieron a poner su granito de arena y parece que la sinfonía cacereña empieza a sonar sin ninguna nota disonante. Increíble parece que con dos jugadores de esta calidad un equipo suba peldaños de cinco en cinco.

Kostas Vasileiadis reconocía en rueda de prensa que no había sido un buen debut y aun así anotó 14 puntos. Que tiemble Pisuerga.

Los de Paco García vienen de imponerse en tierras manchegas, más exactamente en Albacete con un reñido marcador 61 – 68, donde el base Melvin Pantzar y Maj Kovacevic consiguieron 16 puntos cada uno.

El holmiense es una de las mayores amenazas en ataque con una media de 14,7 puntos por partido en lo que va de temporada

Pisuerga es mucho Pisuerga y por ello y por el trabajo que se realiza UEMC Real Valladolid Baloncesto milita en una cómoda cuarta plaza, mientras que cacereños están en una incómoda decimosexta posición (decimocuarta dependiendo de donde mires).

Y si todo esto no hiciera al partido especial, lo haría el hecho del reencuentro con jugadores en Valladolid que han pertenecido a la disciplina cacereña como el ala-pívot Jordy Kuiper y el alero Romaric Belemene.

Y Cáceres sueña con el baloncesto. Cáceres ama este deporte de la canasta y por ello se ha fletado un autobús, con precios módicos, para la afición. Precios que incluyen el viaje y la entrada. Y aportando un poquito más… camiseta. Pues Valladolid es el destino más cercano en cuanto a desplazamientos que tiene el Cáceres esta temporada.

Porque si el fin de semana pasado se demostró que somos al único club en este deporte donde se le permite jugar con seis jugadores en pista, queremos extrapolarlo a que nos lo permitan también en el resto de pabellones de la competición. Porque la afición cacereña es el sexto jugador.

Vamos a partirnos el alma para que todos se enteren que Cáceres no está dormido. Tan solo se descuidó.

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