De tapas… con grandes

Y llega el día en el que nos vamos a juntar en una preciosa tertulia en la que lo que va a predominar es el ambiente que genera el balón naranja. Con la compañía de amigos que saben mucho de esto como es el caso de Roberto Blanco, Julen Olaizola y Carlos Toledo.
A las 19 horas de este miércoles en El Tinglao de Alba, y lo haremos al estilo formato de radio, a lo clásico. De manos de un servidor, Javier Romo.
¿Da lluvia?
Y ¿qué? Jamás nos pararon unas gotas de agua para apoyar a los nuestros. Somos del Cáceres.
Chicos, vivimos en Cáceres, parte de Extrema-dura. Ya sabemos que los inviernos son fríos y los veranos con un calor de órdago. Y lo que tiene que pasar en otoño es que llueva.
Abriguito, paraguas y a la llegada un cafetito o lo que le apetezca a cada uno.
Además, la cocina de Emilio es de los más exquisito que se pueda probar en 200 km a la redonda.
Todos conocemos a Roberto, Julen y Carlos. Porque los vemos entrenar, jugar y dirigir casi a diario. Todos leemos sobre el equipo, sabemos cómo juegan De sus virtudes y de sus faltas, como todo ser humano.
Pero quizás en esta tertulia podamos conocer a estas tres personas en su lado más humano, en ese apartado donde no son tan conocidos. Y quizás… No, quizás no. Seguro que nos embelesarán todavía más de lo que ya lo hacen.
¿Qué te apetece saber de Carlos? ¿Alguna curiosidad? Pues ven, y seguro que te dejamos preguntar, porque sabemos que en ti impera la buena educación. Tanto de él como de Julen o Roberto.
¿Quieres alguna foto con ellos? Estamos seguros que después de la tertulia, estarán dispuestos a posar junto a vosotros. Lo aseguro así porque son personas increíbles.
Y cuando comprendáis que lo que decimos es cierto, tendréis ganas de empujar con ellos y con todo el equipo en cada partido. Pues si fuimos capaces de llenar pabellones con el alma única de la victoria, seremos capaces de recuperar ese espíritu y volver a llenar el Multisueños. Perdón, Multiusos.
¿Por qué?
Porque el equipo hace su trabajo, gusta en su juego aun con sus fallos. Pero necesitan que les llevemos en volandas a realizar ese exquisito trabajo que tanto nos gusta.
Porque, cuando respiras en Cáceres, huele a baloncesto. Huele a trabajo y sudor. Y sobre todo huele a victoria.
Porque Cáceres necesita a su público a la voz de:
¡Augh, augh, augh… Cáceres!

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