septiembre 10, 2024

Querido y nunca bien ponderado, Arturo… Era una expresión que usaba mi padre cuando yo era un enano y yo no entendía. Y creo que es una expresión que aquí encaja de maravilla.

Quería escribirte unas palabras desde Basket Pasión pero quería dejar enfriar todo este corazón que yace en mi cuerpo. Pero sí quería gritarle al mundo que se enteren que Arturo Álvarez es un caballero.

Todo quien me conoce sabe del cariño y feeling que tengo por Roberto Blanco y eso no desaparecerá jamás. Roberto, también un caballero. A los césares lo que es de los césares.

Se nos separan los caminos y espero que se vuelvan a juntar en algún momento porque ya mi padre me decía que hay que estar al lado de la buena gente y tú eres buena gente.

Cuando fichaste por nuestro amado Cáceres Patrimonio de la Humanidad, creo que no sabías de la dificultad de suplir a Roberto, un hombre de la casa que ya llevaba muchos años y que tenía el amor del público en el bolsillo. Y enfrentarse a eso es muy complicado.

Además eso lo has sufrido tú en tus carnes. Al principio el público se te echaba encima. Las críticas que tú sufrías eran feroces, tanto que tuviste que cerrar tus redes sociales. No te enfrentaste a nadie. Jamás diste una mala respuesta, ni un mal guiño. Educación es la primera palabra que viene en tu enciclopedia y pone: “Educación: comportamiento exquisito de una persona llamada Arturo Álvarez”.

La mejoría era visible, pero las victorias no llegaban y eso era motivo de cabreo de esa parte del aficionado (lo digo con mucho cuidado, no me hagan un pantallazo) y tu respuesta era razonada, tranquila e intentando hacer ver que estabas con el proyecto a muerte.

Y poco a poco fuiste conquistando a quien te gritaba y te los metiste en el bolsillo. No porque supieras mucho o poco baloncesto que, por cierto, sabes mucho, sino por tu trabajo constante.

Tienes algo que me encanta y con ello no quiero decir que quien no lo haga así lo hace mal: el protocolo. Tu traje de etiqueta es una muestra más, un detalle, de saber dónde estás y a quién representas en el banquillo. Y es que cuando yo ejercía, ciento de años atrás, con equipos menores en un baloncesto que ya no está al uso, cuando llegaban los días de partido, éste que te dedica esta parrafada, se ponía su traje, su corbata y regía, a voces, al equipo desde el banquillo.

Pensábamos que te ibas a quedar en Cáceres. Y creo que un proyecto en LEB Plata contigo hubiera sido de las mejores decisiones pero no es mi objetivo entrar en saber cuál ha sido la razón de ese “no acuerdo”. 

Y es que Basket Pasión prefiere decir un hasta luego a buscar una noticia por buscar rédito social.

Te vas a Rumanía y eso está muy lejos. Y nunca te dio miedo ir allí donde el único idioma en el que te entienden es el baloncesto. Supongo que un buen proyecto en una liga que desconozco. 

Hemos convivido unos cuantos meses y para mí ya no eres compañero. Para mí eres amigo. Conmigo a nivel personal, has sido increíble y te lo quería hacer notar. Lo has puesto todo fácil.

Tan solo desearte lo mejor. Y, aunque supongo que tienes muchos amigos aquí: aquí tienes un amigo.

Gracias, de corazón, por tanto.

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