Los movimientos que no se ven

A los aficionados al deporte de la canasta siempre nos ha gustado esta etapa estival, triste en celebraciones de partidos y demás, pero muy alegre en lo referente a entradas y salidas. A renovaciones, rumores o campaña de abonados. Eso es lo que mueve el verano de tal manera que algunos no tenemos uñas qué morder.
Pero también quisiera referirme a esos que hacen el trabajo “sucio” o ese trabajo sin tanta referencia como jugadores o entrenadores. Algunos de los que me refiero, llega el fin de temporada cierran maletín, hacen la maleta y salen en silencio, por la puerta de atrás, quizás tan solo con un “hasta luego” y quizás también con casi niguna palmada en la espalda.
Son esos engranajes que han estado toda la temporada de allá para acá, a la carrera, para que todo cuadrara en tiempo informa. Oficinistas, seguridad, limpieza, y a los que ahora vengo a tocar es a esa área de comunicación que construyen edificios para que toda información llegue en tiempo y forma al aficionado.
Es el caso y al que me refiero, de Vicente M. Roso, jefe de prensa. De las primeras personas que conocí el año pasado cuando montamos este jaleo llamado Basket Pasión. Ha sido un año con él donde hemos coincidido en días de partido, en ruedas de prensa, y en cualquier evento que el Cáceres Patrimonio de Humanidad haya hecho.
Persona que a nivel profesional me ha ayudado mucho, por lo tanto, también a Basket Pasión, y persona a la que le he tendido la mano para aquello que mi ignorancia pudiera ayudarle.
Creo que es un tío que merece conocer. Un profesional del periodismo (y de estos quedan pocos) que estos días cierra su maletín, recoge sus enseres y saldrá como otros, por la puerta de atrás. Sin ruidos, sin adioses o sin un simple gracias.
Gracias, Vicente por toda tu gratitud donada sin esperar nada a cambio. Este año he crecido un poco más contigo. Gracias siempre por la sonrisa, por tu trabajo y por permitir mis muchos errores que haya tenido.
Eres de esos que está al otro lado de la cámara, eres de los que nunca salen en pantalla. De los invisibles de los clubes. Pues déjame que te pongamos cara, ahora que tu etapa en el Cáceres Patrimonio de la Humanidad termina.
Valga este humilde escrito de alguien que no es periodista para rendirte homenaje.
Un abrazo.
Imagen de las redes

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