septiembre 26, 2023

Moncho Fernández un 12+1 en Compostela

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Corrían los finales de los 80 yprincipios de los 90,  Compostela era un hervidero de clubs locales de baloncesto casi siempre ligados a colegios de la cuidad; La Salle, Peleteiro, Compañía de María, Rosalía o Cluny. La NBA había aterrizado en nuestros televisores y aunque el club de la cuidad, Obradoiro,  vagaba en ligas menores y peleaba en los juzgados su plaza ACB, había un boom de baloncesto que se reflejaba en la gran cantidad de practicantes y clubes existentes.

En este caldo de cultivo apareció Moncho Fernández, que evidentemente no tenía cualidades físicas para destacar jugando, si poseía otras cualidades que lo hicieron rápidamente decantarse por los banquillos.

Al mismo tiempo que  acudía a las clases en la facultad de Geografía e Historia (donde coincidió con un servidor), ya se empezaba a manejar en los banquillos de los equipos locales. Y rápidamente destacó; su cara de pillo y eterna juventud escondían un gran analista de juego y una capacidad tremenda de sacar el 120% de todos sus equipos. Miguel Gómez lo fichó para La Salle un equipo potente de la ciudad y ahí comenzó a crecer.

Moncho López entrenador curtido en aquella época pronto se fijó  en él y se lo llevó de entrenador ayudante a Gijón y a Lugo, con los años llegó el momento de volar y ser entrenador principal, ahí destacó especialmente en Los Barrios con unas temporadas increíbles en LEB, donde demostró lo que sigue demostrando hoy en día en Obradoiro, si eres buen entrenador no hace falta que tengas mucha capacidad de fichar ni una plantilla top.  Moncho convertía plantillas normales en plantillas excelentes, y de ahí su éxito.

Desde  las pista de su barrio natal de Pontepedriña, fue creciendo como entrenador y como persona hasta convertirse en lo que es hoy en día, uno de los entrenadores más reputados de la liga ACB.

Observamos en Moncho que ha ido adaptando su estilo de juego a las plantillas que se le ofrecían año tras años, y donde ha ido repartiendo sus tácticas ofensivas y defensivas según los tipos de jugadores que tenía. Hay que decir también que Moncho; junto con José Luis Mateo (director general de Obradoiro y alma mater de los fichajes) siempre prima el lado personal del jugador delante del lado deportivo; es famosa su frase de que siempre  se fichan personas y si son buenos jugadores mejor.

El Fergusson gallego o el Alquimista de Pontepedriña lo llaman; junto a Pablo Laso es el entrenador con más campañas consecutivas en ACB, va a comenzar la doceava y esto va camino de récord.

Pero realmente no son doce, y como decía Ángel Nieto son 12+1 pues Moncho cogió las riendas del equipo en la temporada 2010/2011 en LEB y por lo tanto el récord aún es mayor. Tantas temporadas seguidas en un club humilde  siempre con el agua al cuello de la salvación es digno de ser resaltado.

Hasta el mismo Moncho ha cambiado, y los primeros años era mucho más vehemente en el banquillo y ahora hasta destila más tranquilidad y poso, no obstante, tiene sus tiempos muertos gloriosos (recordemos la famosísima bronca de “Do the fucking rules” cuando el equipo fue a su bola en una jugada de pizarra) pero en general ha ido evolucionando hacia modos más tranquilos con los árbitros y con los jugadores, sobre todo si lo comparamos con lo que vemos en los banquillos de los equipos futboleros.

Es muy difícil triunfar en tu casa, y algún día Moncho se marchará, de hecho los mentideros hablan de que cuando acabe su contrato en 2023 igual se dá un tiempo de descanso; pero la historia de amor Moncho-Obradoiro seguirá marcada en los libros de récords porque tantos años con tanta exigencia es difícil de conseguir. Y además manteniendo el mismo equipo de ayudantes; pues Víctor Pérez y Gonzalo Rodríguez han sido sus fieles escuderos todos estos años.

Como decía un buen amigo, que fue quién me llevó por primera vez a ver el Obradoiro, hay entrenadores turbo (están un año y se van), entrenadores gasolina (suelen hacer su ciclo de 3 o 4 años) y entrenadores diésel (forman parte del corazón del club y no sabes nunca su ciclo pues su ciclo es eterno, siempre están en el club aunque no lo entrenen; éste es el caso de Don Moncho). 12+1.

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