Vivir para contarlo
1 | 2 | 3 | 4 | T | |
---|---|---|---|---|---|
Zortnotza | 17 | 20 | 17 | 18 | 72 |
Morón | 22 | 20 | 14 | 23 | 79 |
Teknei Zornotza Bizkaia
72
1 | 2 | 3 | 4 | T | |
---|---|---|---|---|---|
Zortnotza | 17 | 20 | 17 | 18 | 72 |
Morón | 22 | 20 | 14 | 23 | 79 |
79
CB Starlabs Morón
Teknei Zornotza Bizkaia
72
-
79
CB Starlabs Morón
-
Q1
17- 22
-
Q2
20- 20
-
Q3
17- 14
-
Q4
18- 23
El CB StarLabs Morón sacó una victoria importantísima de Amorebieta y saldrá al partido de vuelta con una renta de siete puntos.
Volvemos a contarlo con la misma emoción: traemos un conjunto de delirios que se hacen realidad cuando entra el balón. Sé que algunos de mis compañeros de Discord querrán matarme por parafrasear uno de los versos más icónicos del rap español. Pero la ocasión lo merece y los componentes del CB Morón también. Delirio, emoción, y una explosión de alegría contenida cuando el silbatazo dió por finalizado el encuentro en Amorebieta. Como era de esperarse, los doce valientes naranja y sus acompañantes se encontraron un Larrea atestado que metía una presión terrible y que algunos, en tono de broma, bautizaron como el “Alameda del norte”. Este ambiente contagió al Teknei Zornotza Bizkaia, dando una consistencia pétrea al ya correoso conjunto de “Garita». Tal y como anunciamos desde la previa: no iba a ser fácil. A los numerosos condicionantes ya presentes desde el inicio. se sumaron los que surgieron a lo largo de los 40 minutos, y concedieron al 72 – 79 una importancia capital para los chicos de “Santa” de cara al segundo encuentro de la eliminatoria. Puestos los antecedentes, vayamos al enfrentamiento que nos atañe.
Es importante entrar bien
El ambiente reinante presentaba dos opciones a los aruncitanos: la congoja o la rabia y ellos eligieron la primera. El equipo sevillano presentó sus cartas de manera clara desde el minuto 1: velocidad, control del rebote, y un juego extrañamente coral. No tardó el Zornotza en entrar al trapo y contestar el fuego con fuego, sobre todo desde la línea exterior. Tras unos primeros minutos de golpes y tanteo, la salida a pista de Jiménez supuso un espaldarazo anímico que el Morón aprovechó para abrir una pequeña brecha en el marcador. Parecía que podía romperse el encuentro a las primeras de cambio y, ante otro rival, sí que hubiera sido plausible. Pero el aguerrido conjunto vasco volvió a ajustar la defensa, cerrando el grifo ofensivo visitante en los últimos minutos del cuarto y rebajando la distancia a 5 puntos. Esta reducida distancia parecía insignificante en el momento, pero terminó siendo un augurio del devenir de los 30 minutos restantes.
Nadie rehúye el combate
El segundo cuarto representó la definición gráfica de la igualdad existente entre ambos contendientes. Si tuviéramos que usar un símil pugilístico, este asalto sería considerado nulo. Estuvo lleno de acción y reacción: no había canasta sin responder ni contacto que no fuera devuelto rotundamente. Unos trataban de remontar, los otros trataban de escaparse hacia unos guarismos más cómodos, pero spoiler: ninguno lo consiguió. Nadie era capaz de imponer su ritmo, pese a los intentos de ambos entrenadores, que se dejaban la garganta con sus esfuerzos por solucionar el entuerto sobre la marcha. Al final, estos elementos se combinaron para dar lugar a un parcial que terminó en empate, con lo cual los jugadores se fueron al vestuario sintiendo que quedaba mucha tela por cortar.
Superar la angustia
El tercer cuarto estuvo lleno de errores de todos los participantes, al punto que parecía que, durante el descanso, se le había puesto un cepo a los aros. El sonido predominante fue el “clank” del balón al chocar con el metal. Las defensas se endurecieron terriblemente, con el beneplácito de la pareja arbitral que subió el listón para sorpresa de todos. Este cambio al que no se adaptaban, provocó alguna mirada confusa y alguna que otra charla entre los entrenadores y los colegiados; éstos se esforzaban por intentar explicar a qué se debía el “jueguen, jueguen” reinante. En medio de esta vorágine, los pocos aficionados moronenses y todos los componentes del equipo, presenciaron angustiados cómo Nicolás Pavrette pisaba mal, se llevaba la mano a la rodilla, y salia en volandas hacia los vestuarios. Este fue el peor momento del StarLabs en todo el partido. La salida de Nico provocó un bajón anímico claro y evidente, a pesar del tremendo trabajo realizado por Albert Planell que, como siempre, cumplió a la perfección y se vistió nuevamente de anti-Stilma. 4 eternos minutos bastaron para que Carlos, el fisio de Morón, obrara el milagro y Nico volviese a la pista. De este modo, los visitantes lograron minimizar los daños y perder sólo de tres.
Morón siendo Morón
No habíamos visto, hasta este momento, al verdadero Morón: El equipo que controla el rebote y sale a la velocidad del rayo, azuzado por sus bases. Ese equipo apareció en la primera parte del último período para endosarle un parcial de 13 – 5 a un Zornotza que, hablando mal y pronto, no sabía por dónde le venían las ostias. No contentos con esto, Javi Marín continuaba extendiendo el parcial para llevar la diferencia a unos tranquilizadores 13 puntos, que sentenciaban el encuentro y encarrilaban la eliminatoria. O eso pensábamos. Los locales aprovecharon los últimos dos minutos y tiraron de garra, maquillando su mal período, y fijando en el electrónico el resultado final de 72 – 79. Todo se decidirá en el Alameda, que volverá a ser un infierno repleto de aficionados y retumbando con el ruido de sus vítores.
Visto lo visto, los deberes están hechos, y la tranquilidad de saberse en ventaja no tiene precio. Vivir para contarlo siempre es mejor que morir en el intento.
Ficha Técnica
Teknei Zornotza Bizkaia: Bracey (23) Cabrea (7) Ardanza (5) Salazar (6) Meana (5) Mazaira (13) Niang (2) Sainz de la Maza (2) Stilma (9)
CB starLabs Morón: Zalazar (3) Marín (11) Kouadio (11) Jiménez (20) Santos (2) Gómez(13) Planell (4) Pavrette (11) Parejo (4)
Parciales 17/22 20/20 17/14 18/23
Imagen: Raúl Pérez