Volver a empezar.
El sábado a las 20:15, en el Palacio Municipal de Deportes de Huesca dará comienzo una nueva travesía, esperemos que no sea por el desierto, protagonizada por Udea y comandada por Miki Ortega, camino de un objetivo aún por determinar pero que tendrá como punto mínimo la salvación y consolidación en la liga.
Quizás no sea el mejor escenario para comenzar una andadura tan complicada para Udea y su nuevo equipo técnico, pero así son las cosas, un largo viaje rumbo a Aragón y un histórico como Huesca La Magia esperándoles serán el primer examen a superar, estos, además vienen de dos victorias consecutivas, la última de ellas con un curioso dato estadístico de ser el mismo resultado el del partido del Huesca y del Udea (72-81).
Allí les espera un conjunto que demuestra jugando bastante cohesión, y con jugadores tanto polivalentes como Alessandro Scariolo (hijo del mejor seleccionador español de la historia y de una de las grandes jugadoras españolas) como jugadores más especialistas como el ex Udea Tomas Chapero y los que tendrán que sumar puntos como el lituano Kumpys o el sueco Peter Stümer.
El scouting de los equipos rivales siempre es algo a trabajar, es, en el baloncesto actual, una herramienta sin la cual, lo más probable es que tus resultados sean mediocres, pero si hay una situación en la que esta herramienta puede pasar a un segundo plano es en la que va a vivir Udea en este partido. Y esto es porque son sus jugadores quienes tienen que demostrar lo que llevan dentro, es el juego de un equipo que a priori tenía unos objetivos diferentes a los que se están planteando ahora mismo. Es un partido para pensar en el paso adelante que se tiene que dar sin importar tanto cómo sea lo que tienes frente a tí.
Sería injusto obviar que Udea no cuenta con su dos mayores talentos ofensivos en la planificación previa a la temporada; Jere Vucica, con una lesión en el pie que esperemos no se alargue demasiado y para la que está poniendo todo de su parte en superar, y el propio Miki Ortega, sobre el que ahora mismo su perfil como jugador podríamos decir que está inactivo. Pero valorando en su justa medida esas ausencias, hay que reclamar de otros una mayor aportación, tanto de cara al aro como a la hora de defender, aspecto este en el que hay que hacerse fuertes sí o sí.
Se espera como agua de mayo el talento en la dirección de Javier Balastegui y se está necesitando también a Hayes y su dominio en el rebote en ambos lados de la cancha; ese aspecto, el rebote, ha sido un, llamémosle problema, durante la última.
temporada, y aunque paradójicamente este año no es el mayor de los obstáculos que ha encontrado el equipo, sí es verdad que no habrá un resultado bueno si no hay un control del rebote defensivo y un trabajo concienzudo en la defensa individual y colectiva.
Y como voz de los aficionados Udeístas, una suave y modesta petición a los jugadores que salgan a la pista a defender los colores del club; ríanse, sean felices jugando a baloncesto, hablen y comuníquense en la pista, piensen en el otro tanto como en sí mismos y el balón terminará por entrar en la red de una manera inexorable.
Foto del autor del artículo
Autor: Antonio Lara