Navia

Foto propia. Javier Queiruga para Basket Pasión

Como en cualquier otro medio de comunicación deportivo al final de una temporada, en Basket Pasión me sugieren que haga unas líneas poniendo nota a la temporada de jugadoras y cuerpo técnico.

Sería un atrevimiento por mi parte poner notas a las nuestras. Ni estoy capacitado, ni tengo los conocimientos, ni puedo, ni me apetece, juzgar a ninguna profesional. Cada integrante del Celta Baloncesto se convierte “unha das nosas”. Con mayor o menor calidad, con mejor o peor suerte, con más o menos acierto, o aportación, Celta Baloncesto siempre es un equipo, un Club. De manera que no habrá ceros ni dieces, ni suspensos ni aprobados, en las líneas que vienen. No busquéis morbo porque no lo va a haber. Lo único que va a haber son mis impresiones y opiniones de lo que vi, desde el cariño y el respeto que me ofrece cualquier deportista y más si son deportistas del Celta Baloncesto.

Las que seguían

Por supuesto, continuaba Cristina Cantero con todo su cuerpo técnico, Dani, Pablo y Silvia. Temporada dura para la andaluza. Según sus propias palabras se vació. Lo dio todo y eso se trasmitió a quienes veíamos cada partido, se la vio desgastarse, enfadarse, consumirse alegrarse, e incluso calmar a una efusiva aficionada que pedía a un árbitro que pasase por la óptica. Entrenadora de carácter, de “focus”, de energía, de defensa, de sumar. Me perdonará, si me lee, y si no se identifica con el cumplido, entrenadora “Cholista” en el mejor y más amplio sentido del término, empezando por ser una leyenda en su club. E igual que ocurre con el preparador argentino, hay jugadoras a las que les resulta difícil seguir su ritmo, su intensidad y captar esa transmisión de energía. En declaraciones públicas a final de curso comentaba Cantero que esta temporada no entró en las cabezas de las jugadoras. Superado el dolor y la tristeza por el descenso, seguro que su trabajo volverá dará alegrías, resolverá problemas en la pista y devolverá a SU CLUB, el Celta Baloncesto, a la élite.

Sara Vidal. Capitana, centenaria, presente y futuro del CLUB. Cumplió cien partidos oficiales con el equipo en el que lleva desde categoría alevín. Debe ser importante en el futuro inmediato, ya presente, del club.

Maimouna Haidara. Dio un paso adelante esta temporada. Imperial en el rebote, siendo cuarta máxima reboteadora del campeonato (7,7 capturas por partido), además decimotercera en valoración (13,8 por partido) y vigésima en puntos (11,2).

Clementine Samson. Líder, se echó el equipo a la espalda. Las minutadas (segunda que más jugó de la liga, con más de 32 minutos por partido) pudieron pasarle factura, dando impresión de llegar justa a final de temporada. La mejor del equipo este curso. Tiene muchos puntos en sus manos, siendo quinta máxima anotadora de la liga (13,2 puntos de media), y top 25 en valoración (11,8).

Las que llegaron

Matea Tadic. Directora de juego, tercera máxima asistente de la competición con 4,93 pases de canasta por encuentro y cuarta en balones recuperados (1,87). También pareció llegar con poca gasolina al final. Otra con minutada a las espaldas, la sexta del torneo en minutos jugados (más de 31 por partido).

Lucía Gutiérrez. Picos y valles, le costó coger el ritmo a la competición en su debut en la élite, después mejoró y volvió a caer, como el resto del equipo, a final de curso. De seguir en Navia, podría ser importante en una categoría en la que ya tiene experiencia.

Naomie Alnatas. Llegó a mitad de temporada, y sufrió problemas físicos que la lastraron. Jugó once partidos, donde mostró ser buena tiradora de tres con un 38,2% de acierto en algo más de tres intentos por encuentro. Al final, en la tónica general, más errática.

Brynna Maxwell. Se quiso ir, parece que, para dejar el baloncesto, a mitad de temporada. En las diecinueve jornadas que diputó se vio a una tiradora 38,8% de acierto con 33 aciertos de 85 intentos. Y un fantástico 19 de 21 (90.5%) desde la línea de personal.

Ariadna Pujol. Fuera de la rotación durante muchas semanas. No pudo demostrar el baloncesto que se le supone y su experiencia en la competición. Lo que no pudo aportar en pista, lo aportó desde fuera. Siempre con una sonrisa, ayudando con el idioma a las “guiris”, sufriendo desde el banquillo, igual que los espectadores en la grada en el final ante Canarias, y siempre cariñosa con las niñas de la cantera. Un placer tenerla en Navia.

Samantha Cooper. Algunos buenos momentos de la canadiense en su última temporada de profesional. Como Celeste Trahan-Davis el año pasado, Navia ha sido su última estación antes de la retirada. Cooper ya ha sido anunciada como entrenadora asistente en el Laurentian Women’s Basketball de su país.

Laia Moya. La ex Bembibre, no pudo aportar su experiencia en la liga, fuera de la rotación a final de curso. En caso de seguir en Vigo puede aportar en una liga Challenge que ya conoce.

Luize Sila. En su vuelta a Vigo, tras la temporada del ascenso, cumplió, siendo la sexta jugadora en minutos por partido y con un excelente 39,5% de acierto en triples (lanzando algo más de uno por partido).

QuinnUrbaniak-Dornstauder. Llegó a mitad de temporada, solo pudo jugar trece encuentros, pero aportó mucho, siendo importante y jugando muchos minutos. Una cinco de corte clásico, de tamaño y fuerza en la pintura, que permitió pasar al cuatro a Cooper y liberar a Haidara al tres. No olvidaremos en Navia la jugada y el tiro libre anotado ante Canarias.

Blessing Edjofor. Venía para ser clave dando altura y kilos debajo de canasta. Llegó tarde y aportó poco en los once encuentros que jugó antes de ser cortada.

Las jóvenes

Uxía Rodríguez. Futuro. Participó en once partidos, ya había jugado seis en el anterior curso, y seguro que serán muchos más la próxima temporada. En la prelista de la selección U18 para el Eurobasket de la categoría.

Paula Salinas. Otra canterana de futuro, acumulando experiencia y presencia en la élite para ser importante en un futuro inmediato del club.

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