Giro en el mercado del Hiopos Lleida

Foto: Web Hiopos Lleida
Hay decisiones que pesan. Aunque no siempre se noten desde fuera. Pierre Oriola no seguirá vistiendo la camiseta granate del Hiopos Lleida. Se marcha sin hacer ruido, tras más de dos meses y medio de llamadas cruzadas, silencios que decían más que algunas palabras, y una diferencia económica que, sin ser escandalosa, terminó siendo insalvable. La puerta se ha cerrado, esta vez para siempre. Y eso, cuando se trata de un jugador que ha puesto el cuerpo, el alma y la voz al servicio del grupo, duele más de lo que muchos imaginan.
A cambio, se abre otra etapa con pasaporte canadiense y acento nigeriano. Caleb Agada ya es nuevo jugador del Hiopos. Escolta potente, eléctrico, curtido en mil batallas y con un físico que impone desde el salto inicial. Llega procedente del Al Ahly Tripoli de Libia, aunque su mochila está llena de millas: ha pasado por ligas como la israelí, la australiana o la africana. Y ahora le toca el reto de la Liga Endesa, donde debutará con la camiseta burdeos, aunque ya conoce España después de su paso por el CB Prat y Melilla.
Una negociación que se fue enfriando… hasta que se congeló.
Lo de Oriola parecía encaminado desde abril. Fue uno de los primeros nombres sobre la mesa. Su liderazgo silencioso, su rendimiento —especialmente cuando las cosas se torcían— y su conexión con la grada hacían pensar que era cuestión de días. Pero no.
El club le ofreció un año más otro opcional, con mejora incluida. Oriola pedía dos temporadas garantizadas. Se estiraron. Se tocaron. Parecía que habría final feliz. Pero el dinero, ese invitado incómodo, volvió a sentarse en medio. Y las llamadas empezaron a espaciarse. La confianza mutua se deshilachó. Y cuando el jugador intentó retomar la conversación, desde la dirección deportiva ya estaban en otro capítulo.
Oriola se despide y Agada aterriza
Mientras tanto, en paralelo, iba cogiendo forma la opción Agada. Un fichaje con sello Ribas —Jordi, el segundo de Encuentra y viejo conocido del jugador en su etapa en Melilla—. Agada es mucho más que físico: lee bien el juego, reparte con criterio, muerde atrás y sabe sumar sin necesitar 20 tiros por noche. En Rusia firmó 12,1 puntos, 5 rebotes y 5,7 asistencias. En Libia bajó cifras, pero no presencia.
Con su llegada, el Hiopos gana potencia en el perímetro y músculo para resistir los envites de una ACB cada vez más exigente. Y lo hace justo cuando la plantilla empieza a perfilarse de verdad, con el aroma de lo que ya no será… y el vértigo de lo que aún está por llegar.
Foto: Web Hiopos Lleida
