A Donosti con el agua al cuello.

Obradoiro visita al Gipuzkoa basket con la imperiosa necesidad de revertir su mal inicio.
Como dicen los buenos tenores hay momentos en los que es necesario dar el do de pecho, y para el equipo compostelano este es uno de esos momentos. Después de dos derrotas merecidas en este convulso inicio de temporada, la premura por ganar se ha vuelto obligación, y Obradoiro comienza a coquetear con el decir adiós a la parte alta de la tabla.
Y ya sabemos que falta mucha liga y que en cualquier momento las dinámicas cambian, pero la afición está escaldada del mal año de la temporada pasada y comienza a verle los tres pies al gato. Por eso el partido ante los vascos se transforma en un nuevo examen en el que cada vez se tienen menos oportunidades para sacar la reválida.
Gipuzkoa un rival incómodo.
Los blanquiazules han sufrido una verdadera revolución este año comenzando por el banquillo donde Mikel Odriozola después de dos temporadas cedió el testigo a Sergio García, que da un salto en su carrera abandonando el puesto de técnico asistente en Bilbao para dirigir a los donostiarras.
Al mismo tiempo han fichado mucho y bien, como siempre trayendo buenos tiradores nóbeles de la NCAA, en este caso representados por Lance Terry proveniente de Georgia Tech y Tyler McGuie desde San Diego. Cuentan también con la dirección del ex-obradoiro Nacho Arroyo y completan el roster de novedades con el mejor jugador el año pasado de la liga georgiana como fue Giorgi Korsantia y con la torre Tanor Ngom (2.21) proveniente del Tau Castelló.
Además los gipuzkoanos siempre cuentan con un nucleo duro de gente de la casa que le da ese espíritu luchador que siempre muestran sobre todo cuando juegan en el Amenabar Arena. Los Motos (hijo de aquel Lorenzo Motos del Obradoiro de los 70), Zubizarreta, Ansórregui o Maiza lo dan todo por su equipo, y pelean los cuarenta minutos, lo que hace de los blanquiazules un equipo muy peligroso.
No han comenzado bien la liga, y su casillero , al igual que el del Obra, marca un 0-2; pero sus números son engañosos, pierden su primer partido en casa ante Basket Coruña (63-79) lastrados por un terrible 1/22 en triples y pelean en el Wizink ante el Estudiantes hasta el último minuto (93-88); con un gran partido de Nacho Arroyo.
Es un equipo que va muy bien al rebote, tanto en ataque como en defensa, donde permite muy pocas capturas rivales, gran handicap de Obradoiro este año.
Obradoiro: Paso adelante si o si.
El equipo de Epi necesita dar un golpe en la mesa y pasar con nota el difícil exámen del Amenabar Arena. Para ello necesita mejorar dos apartados urgentemente:
- Tiro de tres: Ocupa actualmente la última posición de la tabla de tiros lejanos de los 17 equipos. Jugadores de la talla de Westermann, Barcello, Brito, Andersson, etc, no están dando aún la talla en este aspecto. El paupérrimo 19% en dos partidos lastra cualquier intento de victoria.
- Rebote: En esto no somos últimos, pero casi, la cuchara de palo se la lleva el Fibwi con 23.5 rebotes, pero el Obra con 24.5 rechaces por partido está muy lejos de la media de la liga que supera los 30. Y ya no hablamos de los pocos rebotes que se cogen sino la gran cantidad de dos o tres oportunidades de tiro que damos a las escuadras rivales, con lo que las defensas mueren siempre en la orilla.
En cuanto a la presencia de jugadores, seguimos con las bajas de Olle Lundqvist, que se recupera favorablemente de la lesión de hombro y estará en una o dos semanas para poder jugar minutos; y aún no hemos incorporado al pívot que supla la baja para toda la temporada de de Goran Huskic.
El equipo viajó en autobús la tarde del jueves, para llegar a dormir a San Sebastián, y afrontar con mucha seriedad este importante partido que para bien o para mal, marcará una tendencia para el Obra.
El partido se disputará en el Amenabar Arena de San Sebastián el viernes 10 de Octubre a las 20.30H y será dirigido por los colegiados Francisco José Zafra, Jesús Martinez y Miguel Remisa.
Redactor: Toño Fernández.
Imágen: Obradoiro CAB.
