noviembre 14, 2025
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Foto: X (Twitter) Hiopos Lleida

El Hiopos Lleida llega al Nou Congost con la cabeza alta y el alma encendida. Lo hace después de un arranque de temporada que ha superado cualquier expectativa, con cuatro victorias en seis jornadas y la sensación de que este equipo, más que jugar, cree. Cree en su manera de entender el baloncesto, en su grupo, en su gente. Y eso, en una liga tan exigente como la Endesa, vale oro.

Este domingo, a las 12:00 del mediodía, los de Gerard Encuentra afrontan uno de esos partidos que trascienden lo deportivo. No solo por lo que hay en juego, sino por todo lo que representa. Un derbi catalán de los que levantan pulsaciones, de los que huelen a historia, a rivalidad, a esa mezcla de respeto y desafío que siempre existe cuando Lleida y Manresa cruzan caminos.

El BAXI Manresa, dirigido por Diego Ocampo, llega necesitado de oxígeno. Con un balance de 2-4, ha sufrido más de lo esperado en este inicio, pero sigue siendo un rival temible en casa, empujado por un pabellón que no perdona la indiferencia. El Nou Congost es eso: ruido, pasión y memoria. Y es que para ganar allí no basta con talento; hay que tener alma.

Entre el recuerdo y la revancha

La verdad es que el Hiopos Lleida ya sabe lo que es salir vivo de Manresa. Ganó los dos duelos de la temporada pasada, imponiendo carácter, defensa y fe. En ambos casos, lo logró con esa combinación tan suya de energía y serenidad, de juego coral y momentos de inspiración individual. Y lo cierto es que este año el equipo transmite algo especial, como si cada victoria tuviera un significado más profundo que los simples puntos en la tabla.

En Gerard Encuentra hay algo de eso también. El técnico ha sabido construir un grupo con identidad, sin alardes, pero con convicción. Sus jugadores se entienden con una mirada, y cuando la grada del Barris Nord ruge, parece que el equipo crece un palmo. “Somos un bloque”, repite Encuentra, y la frase, sencilla, encierra toda una filosofía. Porque este Hiopos no depende de un nombre, sino de un sentimiento compartido.

Además, el momento de forma de algunos jugadores invita al optimismo. Melvin Ejim, cada vez más sólido, se ha convertido en ese termómetro emocional que marca los pulsos del partido. James Batemon, por su parte, es el cerebro que da sentido al ataque, un jugador que no solo organiza, sino que contagia y aporta incluso en los momentos de tormenta. Y en los interiores, Krutwig y Diagne están aportando músculo, rebote y carácter, ese tipo de cosas que no siempre salen en las estadísticas pero que definen los partidos.

Enfrente estará un Manresa herido, pero nunca vencido, con jugadores como Benitez, Olinde o Reyes, capaces de romper un encuentro en apenas dos minutos. El equipo del Bages busca reencontrarse con su mejor versión, aquella que lo llevó a Europa, y lo hará arropado por su gente, esa que convierte cada balón dividido en un pequeño combate.

Un partido con alma

Será un duelo de energía, de ritmo y de emociones. De esos en los que los detalles importan más que los nombres. El Hiopos Lleida sabe que no puede permitirse un mal arranque, porque el Manresa aprieta desde el primer segundo. Pero también sabe que cuando impone su defensa, cuando mueve el balón y cuando cada jugador asume su rol sin dudar, es capaz de mirar de tú a tú a cualquiera.

Y es que este equipo ha aprendido a no temer los escenarios grandes. Lo demostró ante el Baskonia, cuando el Barris Nord fue una caldera y el grupo supo sufrir, resistir y ganar con el alma. Ahora, con ese mismo espíritu, viaja a Manresa con la ilusión intacta y la certeza de que lo imposible ya no asusta.

Ganar en el Nou Congost no será fácil. Nunca lo es. Pero el Hiopos Lleida ya no se mide solo por los resultados: se mide por cómo compite, por cómo emociona, por cómo se ha ganado el respeto de toda la liga. Y cuando un equipo juega con el corazón en la mano, cualquier cosa puede pasar.

El balón volará al mediodía, pero el eco de este derbi resonará mucho más allá del pitido final. Porque hay partidos que no se olvidan. Y este, sin duda, puede ser uno de ellos.

Autor: José Manuel Gómez

Foto: X (Twitter) Hiopos Lleida

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