Otra ronda
Foto RRSS Grupo Caesa FC Cartagena CB
El Grupo Caesa Seguros FC Cartagena CB vuelve a la competición este domingo a las 18:00h tras las casi tres semanas de descanso derivadas de los parones FIBA y de la jornada de descanso liguera que nos tocó en la última jornada. La vuelta a las andadas será en Palma, en Son Moix, ante el Palmer Basket Mallorca, marcando un encuentro que no solo nos devuelve a la normalidad liguera, sino que será un punto de inflexión en el devenir del equipo cartagenero para mostrar los frutos de su reciente reconstrucción.
Cartagena llega a este encuentro en puesto de descenso, y solo Palmer Basket está por debajo de ellos. Penúltimo contra último. Una imagen que obliga a mirar de frente la realidad y que transforma este encuentro en algo más. Una lucha entre dos equipos que buscan cambiar las cosas, recuperar estabilidad y, sobre todo, reescribir el ciclo que se verá hasta el final de temporada.
Caer para volver a levantarse
La peor racha de toda la Primera FEB tiene nombre: Cartagena. Seis derrotas consecutivas, seis derrotas que, más allá del daño obvio en la posición liguera, generan un estado de desconfianza y frustración que por lo general debilita aún más al equipo y complica la posibilidad de salir de ahí. Algo que se fue notando en los últimos partidos: fallos en momentos clave, nerviosismo, errores que empezaron a pesar el doble y parciales que se sentían como una losa cada vez más pesada de levantar.
La suerte pareció sonreír al equipo justo en ese momento de caos en el que buscas respuestas y no obtienes nada. Como caído del cielo, llegó el parón tras la derrota ante Zamora. Primero el parón general de Ventanas FIBA, pero al Cebé se le sumaba también la jornada de descanso, lo que le brindaba la posibilidad de reorganizarse durante más tiempo que el resto de equipos de la categoría.
Fue durante este parón cuando el equipo pudo dejar de mirar hacia el exterior (competición, opinión pública y demás) y empezar a mirar hacia el interior del vestuario, intentando dar con la tecla que pudiera revertir la situación.
Enfrente este domingo estará el Palmer Basket Mallorca, colista de la competición, que busca exactamente lo mismo que Cartagena. Y ya podemos imaginar lo peligroso de los equipos que buscan aquello que necesitan. Palmer llega con una racha de tres derrotas consecutivas, y una victoria ante el Cebé supondría no solo no descolgarse de la competición y de su aspiración a la permanencia, sino hacerlo ante un rival directo que no pasa por su mejor momento.
La competición no concede espacios a la calma ni a la condescendencia. Este puede ser uno de los partidos más difíciles para Cartagena por la dinámica que rodea a ambos equipos, un guion perfectamente escrito para comprobar si la reformulación del vestuario provoca un cambio que dé aire a un equipo que necesita una victoria o si, por el contrario, mostrará que aún hay que seguir peleando. Unas palabras que pueden servir perfectamente para ambos conjuntos. En este tipo de encuentros, la presión y las ansias no distinguen entre último y penúltimo.
Redención
No me gustaría pensar que todo está perdido ni ser derrotista. Ciertamente, la dinámica anterior no invita al optimismo, pero me gusta creer en la redención y en que las cosas se pueden cambiar. Cartagena no solo ha aprovechado este parón para reorganizarse tácticamente, sino que también ha visto cómo aterrizaban caras nuevas en la ciudad portuaria.
El primero en llegar, tras la anunciada salida de Sebastian Thomas, fue Jordan Davis, al que ya vimos jugar en Zamora en una posición que no era la suya y habiendo entrenado solo dos días. Tras este parón, se espera que el jugador se haya aclimatado a sus compañeros y pueda disfrutar de una actuación más importante, además de hacerlo en una posición más cómoda para él, como señaló Félix Alonso, de ejecutor más que de planificador.
La otra noticia del parón fue el cese de Amari Kelly. El neoyorquino no venía ofreciendo las sensaciones esperadas, aunque es cierto que iba de menos a más, especialmente en labores defensivas, lo que sorprendió a propios y extraños cuando se anunció su salida de mutuo acuerdo con el club. Tras ello, a la búsqueda de un base se sumó la de un pívot. Los despachos respondieron con la llegada de Kobe Webster, un escolta estadounidense que previsiblemente ayudará en las labores de base, y con la incorporación de Chayce Polynice, pívot de 2,11 metros que viene a reforzar el juego interior con su físico y presencia. Todos llegan para suplir carencias que el equipo ha venido mostrando durante toda la temporada.
Sin duda, este encuentro es un buen termómetro. Un partido fuera de casa, con la necesidad imperiosa de ganar, y la misma urgencia por parte de Palmer, allí en Son Moix. Cartagena deberá buscar su estilo, su continuidad, evitar las desconexiones que han marcado partidos anteriores y comprobar si errores como las pérdidas, la falta de acierto exterior o la poca organización se han podido corregir con los nuevos jugadores y el tiempo de descanso.
El partido del domingo no resolverá la temporada del Cartagena, pero puede ofrecer una bocanada de aire para seguir peleando y marcar el tono del equipo de cara a la segunda vuelta. El domingo no se puede desaprovechar la oportunidad de reencontrarse con la victoria. En Palma comienza algo que el equipo y la afición necesitan con urgencia: creer.
Autor: Abraham Gallego
Foto RRSS Grupo Caesa FC Cartagena CB

