Un Hiopos Lleida que necesita creer
Foto: X (Twitter) Hiopos Lleida
Si algo se ha repetido en las últimas jornadas del Hiopos Lleida es esa sensación amarga de quedarse a un paso, especialmente en ese duelo agónico ante el Unicaja (88-89) que en Barris Nord dejó a todos con el corazón en la garganta. El equipo compite, reacciona, muerde… pero le falta rematar en los minutos calientes.
Los nombres propios vuelven a ser los de siempre: James Batemon (14.2 puntos), cada vez más fiable; aunque en el duelo con Unicaja vimos como por decisión técnica no apareció en los minutos calientes, Melvin Ejim, capaz de sostener a todo el equipo desde su intensidad; o un Caleb Agada que, cuando se enciende, desata tormentas. También será importante el impacto interior de Krutwig, que viene de un rendimiento superlativo bajo el aro, hasta Diagne con una mejora sustancial el pasado fin de semana.
Hay que creer y rematar
El problema está siendo colectivo: 88.8 puntos recibidos, demasiados para sobrevivir fuera de casa, y unos cuartos finales donde el equipo baja físicamente justo cuando más necesita lucidez. Aun así, la mejora en circulación de balón (15.4 asistencias) y el carácter mostrado en los últimos segundos ante Unicaja son señales de que el equipo está en crecimiento, tal como insiste Encuentra.
Además, la comparativa estadística revela un detalle interesante: aunque Bilbao es más sólido en defensa, el Hiopos Lleida anota más puntos por partido y tiene mejores porcentajes interiores. Es decir: si Lleida consigue imponer su juego vertical y encontrar ventajas cerca del aro, habrá partido.
Un duelo sin favoritismos claros… y con aroma a partido grande
El balance histórico está empatado (1-1). Las sensaciones, también. Ambos llegan con ganas de dar un paso adelante y afianzarse en mitad de tabla. Y en un encuentro tan abierto, pequeños matices pueden decantarlo: la lectura de Batemon, la energía de Ejim, la madurez de Pantzar, o incluso ese triple imposible que Miribilla a veces mete… y otras neutraliza.
Lo que está claro es que el Hiopos Lleida, después de varios golpes en la mandíbula, necesita una alegría. No será fácil. Pero, con la humildad que pide su entrenador y la competitividad que ya han demostrado en pabellones complicados, nadie debe darles por muertos. Porque este equipo cuando cree puede competir con cualquiera.
Este partido no es solo un cruce más. Es un choque de filosofía y necesidad. Por un lado está un Bilbao que quiere aprovechar su condición de local, su experiencia ACB y su fortaleza física; por otro, un Hiopos que necesita reencontrarse con la regularidad, aquel equilibrio que le permita traducir el esfuerzo colectivo en victorias tan necesarias como el aire en los pulmones.
Autor: José Manuel Gómez
Foto: X (Twitter) Hiopos Lleida

