Adiós capitán, adiós.

Álvaro Muñoz ,después de 6 años, abandona el Obradoiro rumbo a Palencia.
Todas las historias tienen su final, y el hecho de que sea el final ya es triste en si mismo. Se va el último hilo de referencia que había con la gloriosa etapa del equipo en ACB, el último que había entrenado con Moncho , con Víctor y con Gonzalo. Quizá por eso tiene aún más valor sentimental la marcha de Muñoz, capitán de los de verdad que cogió el testigo de otro grande como Pepe Pozas para ser el pegamento del vestuario obradoirista donde se primaba y mucho la unión y el esfuerzo antes que las individualidades y los egos personales.
Álvaro un veterano que resurgió en Fontes do Sar.
Aquel verano del 2019 donde Jose Luis Mateo anunciaba el fichaje de Álvaro aún está en nuestra memoria. El abulense había tenido unos buenos años en Manresa y previamente se había curtido en la liga alemana, jugador de equipo con un buen tiro exterior, rapidamente cogió la segunda capitanía acompañando a Pepe Pozas en la gestión interna del vestuario y lo hizo bien; con la marcha de Pepe se convirtió en primer capitán y todos estos años independientemente de los minutos de juego, que variaban mucho en cada partido, ha sido un activo importante de puertas para adentro en casa Obra.
Lesión y vuelta a las canchas.
Muñoz, con 34 años de experiencia a sus espaldas sufrió una importante lesión de rodilla en Marzo de 2024 jugando liga ACB contra su ex-equipo Manresa. Volvió a las canchas ya en Primera FEB en las navidades de ese año, con muy buen tono físico. Un infortunado resbalón en Cantabria en una pista casi de patinaje le hizo tener una pequeña recaída, pero se recuperó perfectamente de la rodilla. Este año bajo las órdenes de Gonzalo Rodríguez y mayormente de Félix Alonso, el bueno de Álvaro disputó una media de 15 minutos en 20 partidos, aportando 6 puntos por partido, 2.5 rebotes, un 35% en triples y 7 créditos de valoración.
Pero más allá de sus datos deportivos, Muñoz era mucho más que un jugador de baloncesto para la masa social obradoirista, que ve marchar a uno de sus últimos mitos, era el hombre tranquilo que unía el vestuario, que siempre estaba para lo que necesitase el equipo y en definitiva un cupo que sumaba en todas las facetas del juego, tanto en las deportivas como en las internas.
Independientemente de que sea una decisión estrictamente deportiva que por supuesto respetamos, siempre queda un gusto amargo cuando se van los referentes del equipo. Obradoiro no se decidía claramente a hacerle una oferta, y le comminaba a esperar, apareció la oferta de Palencia, y un jugador como Muñoz, que este año cumple 35 años, no puede esperar, cuando se está jugando los últimos años de su carrera. Una pena, pero esto es normal en el mundo del deporte profesional.
Se busca capitán.
Y ahora qué?. El equipo va a adolecer este año de esta figura unificadora, el testigo tendrá que ser cogido por Sergi Quintela, jugador con sobrada experiencia en la liga, de la tierra y jugador también de esfuerzo e intensidad. Otra posibilidad es que Alejandro Galán renueve en el equipo y también asuma esta responsabilidad antes que otros jugadores que lleguen nuevos al equipo.
Pocos movimientos en el mercado.
En casa Obra hasta ahora todo son noticias de marchas, sólo la renovación de Grela y el fichaje de nuevo entrenador son las noticias destacables a día de hoy. El mercado está mucho más parado que el año pasado a esta alturas de finales de Junio principios de Julio. De hecho se ha movido más el mercado en lo respecto a los entrenadores que a los jugadores. Ni Palencia (sólo ha fichado a Muñoz por ahora), ni Estudiantes, ni Fuenlabrada, ni los descendidos Coruña y Granada han hecho grandes anuncios.
En Obradoiro extrañamente está todo muy tranquilo, la buena marcha de la campaña de abonados (más de 2200 renovaciones en diez días) podría tener un empuje importante si se anunciase un fichaje ilusionante, pero hasta ahora Epi y Héctor Galán están guardando sus cartas, pero el anuncio de algún fichaje parece que es inminente y esta semana podemos tener novedades en Santiago de Compostela.
A esperar toca.
Imagen: Obradoiro CAB.
