El Barris Nord se prepara para recibir al Valencia Basket

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El Hiopos Lleida, tras una semana de parón, se prepara para desafiar a uno de los gigantes de la ACB en pleno Domingo de Resurrección.

Hay partidos que, más que jugarse, se viven como una liturgia. Como una procesión que se inicia en el vestuario y acaba en comunión con el pabellón. Y este domingo, el Espai Fruita Barris Nord será más que una cancha de baloncesto: será templo, será altar, será calvario y, si todo sale bien, también será resurrección. Porque el Hiopos Lleida vuelve a la competición, y lo hace nada menos que ante el Valencia Basket, uno de los grandes de esta Liga Endesa.

Vuelta de nuevo al templo

Una semana sin partido, por culpa del aplazamiento contra Gran Canaria, ha servido de ayuno táctico. De silencio previo a la tormenta. Gerard Encuentra ha afinado las piezas de un equipo que ha resucitado en las últimas jornadas con cuatro victorias en cinco partidos. La fe ha regresado al vestuario. Pierre Oriola lidera como un centurión. Batemon, Bropleh y Božić siguen encendiendo cirios desde el perímetro. Y la afición, esa cofradía que no falla, ya prepara su procesión dominical al Barris Nord con la esperanza de vivir otro milagro.

Revancha y redención en el Domingo más señalado

El Hiopos Lleida busca devolverle la moneda al Valencia, que venció en la ida, en un duelo con aroma de resurrección deportiva. La única vez que ambos equipos cruzaron sus caminos en la ACB fue el pasado 30 de diciembre. En La Fonteta, el Valencia ganó con autoridad (107-92). Pero aquella derrota no fue una rendición, sino el inicio de una cuaresma deportiva que el Hiopos Lleida ha afrontado con penitencia, trabajo y fe. El equipo ha cambiado desde entonces. Ahora es más coral, más rocoso, más crecido. Y este domingo, Día de Resurrección, quiere demostrar que está más vivo que nunca.

Valencia llega como uno de los favoritos al título, herido en su orgullo tras ceder el liderato. Con Chris Jones y Semi Ojeleye como apóstoles del juego taronja, que no regalan nada. Pero aquí, en el Barris Nord, tampoco se pide limosna. Se lucha. Se sufre. Se cree. Porque si algo ha demostrado este Hiopos es que no importa cuán grande sea el rival si el alma es más grande aún.

Y así, entre incienso, tambores y clamor, el balón volverá a alzarse como una cruz de pasión sobre la pista ilerdense. Un duelo para valientes. Para los que no se rinden. Para los que entienden que cada partido es una estación más en este vía crucis hacia la permanencia. Y que, si se gana, el Barris Nord no celebrará solo una victoria: celebrará su particular Domingo de Gloria.

Foto: Instagram Hiopos Lleida  

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