El día de la marmota para el Leyma Coruña

Atrapados en un ciclo interminable
¿Alguna vez han visto «Atrapado en el tiempo»? La película (Groundhog Day), protagonizada por Bill Murray, es una comedia que presenta a Phil Connors, un reportero de televisión que, por razones misteriosas, se ve obligado a vivir el mismo día una y otra vez sin importar lo que haga. La clave de su historia es que, al principio, nada cambia, hasta que decide dejar de repetir los mismos errores y finalmente consigue romper el bucle. La situación del Leyma Coruña guarda una sorprendente similitud con la trama de «Atrapado en el tiempo». Como Phil Connors, el Leyma Coruña parece estar atrapado en un ciclo interminable de errores y derrotas.
La moraleja de la película es que el cambio verdadero solo ocurre cuando uno deja de repetir los mismos errores y empieza a tomar decisiones conscientes que pueden llevar a una verdadera transformación. Al cambio.
Lo peor de todo es que, al igual que Phil, el Leyma Coruña parece no aprender de sus continuos fallos, repitiendo el mismo guión una y otra vez. La diferencia es que, mientras que el protagonista tiene la oportunidad de cambiar y salir de su bucle, el club coruñés sigue atrapado en la misma rutina de fracasos. De momento parece que Leyma Coruña no ha tenido ese momento de EPIfanía que sí tuvo el protagonista de la película. Si el equipo no encuentra la forma de romper este ciclo, de cambiar la mentalidad y dejar de repetir los mismos fallos, el resultado será inevitable: derrota tras derrota, como un reloj que marca la misma hora una y otra vez.
El verdadero desafío está en entender que, para salir de esta espiral de desaciertos, deben hacer algo distinto. Si siguen repitiendo los mismos errores, seguirán obteniendo el mismo resultado: la derrota. Decía Albert Einstein: «Locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando resultados diferentes». Una crítica directa al estancamiento, a la falta de autocrítica y a la terquedad de repetir patrones, métodos o decisiones que no funcionan, mientras se espera que mágicamente, un día, den frutos distintos.
Cayendo en los mismos errores
El equipo ha caído una y otra vez en los mismos errores: plantear los partidos a muchos puntos, priorizando la ofensiva y no la defensa cuando la mayoría de los equipos son superiores tanto técnicamente como físicamente. No conseguir establecer roles claros dentro de la plantilla, perjudicando directamente a las rotaciones y a las desconexiones constantes. Momentos de colapso en los que no aparecía nadie para frenar la sangría, ni desde el banquillo ni desde la pista, siendo un equipo con enormes lagunas de concentración donde los partidos se esfumaban en cuestión de minutos sin respuesta alguna. La falta de un plan sostenible y reconocible en ataque, capaz de maximizar las virtudes y castigar las debilidades del rival, sin tener que recurrir una y otra vez al talento individual. Y una larga lista de errores que parece no tener fin, empezando por una confección de plantilla desequilibrada desde el primer día, y continuando con decisiones erráticas a la hora de dirigirla, tanto en lo táctico como en la gestión del grupo. Un proyecto que nació cojo y que, en lugar de corregirse sobre la marcha, ha ido profundizando en sus propios fallos jornada tras jornada.
Lo que no se puede permitir es perder siempre de la misma manera y es exactamente lo que ha venido ocurriendo con el Leyma Coruña: una dolorosa sensación de déjà vu cada jornada. Cuando algo se repite tanto, ya no es azar: es un patrón. Es el día de la marmota jornada tras jornada. Si no se cambia nada cómo se lleva haciendo desde hace meses, no se pueden esperar cambios ni mejoras. Esperar otra cosa es, como diría Einstein… simplemente, una locura.
Foto de Flickr Leyma Coruña
