diciembre 15, 2025

El Fibwi aprende a sufrir para ganar en Melilla

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Fotografía cedida por Melilla Baloncesto.

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Melilla Baloncesto

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Fibwi Palma

Melilla Baloncesto

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-

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Fibwi Palma

  • Q1
    13- 25
  • Q2
    22- 23
  • Q3
    12- 22
  • Q4
    25- 9

Hay victorias que no embriagan, que no se celebran con fuegos artificiales ni dejan imágenes para la hemeroteca, pero que construyen algo mucho más valioso: carácter competitivo. El Fibwi Mallorca Bàsquet Palma firmó en Melilla una de esas noches. Siete puntos arriba al final (72-79), sí. Sexta victoria de la temporada, también. Pero, sobre todo, una demostración clara de que este equipo ya sabe ganar incluso cuando el partido se tuerce, cuando el rival aprieta y cuando el contexto exige algo más que talento. Exige oficio. Y el Fibwi, esta vez, lo tuvo.

El conjunto de Pablo Cano controló el encuentro durante treinta minutos largos, dominó el ritmo, impuso su estructura y llegó a disponer de una ventaja que rozó lo abrumador. Sin embargo, los últimos diez minutos obligaron a los mallorquines a mirar a los ojos al sufrimiento, a gestionar nervios, a resistir el empuje local y a cerrar el partido desde la cabeza y la solidez. Sin Alessandro Scariolo, ausente a última hora por unas molestias físicas, el equipo respondió como responden los grupos hechos: con responsabilidad colectiva y jerarquía compartida.

Un inicio serio para marcar territorio

Desde el salto inicial quedó claro que el Fibwi no había viajado a Melilla con la intención de especular. El equipo balear salió concentrado, solidario en defensa y con una circulación de balón fluida que le permitió encontrar buenas situaciones de tiro desde los primeros compases. El 3-7 inicial fue solo el primer aviso de un equipo que entendía el partido y sabía dónde hacer daño.

La defensa, intensa y bien posicionada, frenó las primeras tentativas locales y permitió correr cuando era necesario. El Fibwi se sintió cómodo, dominó el rebote —una de las grandes preocupaciones de la semana— y fue ampliando su ventaja con paciencia. El 10-18 reflejaba ya una diferencia de intenciones, y el cierre del primer cuarto, con un contundente 13-25, confirmó que los mallorquines habían entrado al partido con el tono adecuado.

Control, madurez y ventaja antes del descanso

El segundo cuarto mantuvo el mismo guion. Tras anotar en la primera posesión, el Fibwi vio cómo Melilla intentaba reaccionar, empujado por su público y por la necesidad. Aun así, el equipo de Pablo Cano no perdió la calma. El tiempo muerto solicitado con 19-31 en el marcador fue más preventivo que correctivo, una pausa para recordar que el partido aún no estaba ganado.

La respuesta fue ejemplar. El Fibwi siguió firme, serio, sin alardes, pero sin fisuras. La ventaja se estiró hasta el 26-43, en uno de los tramos más completos del equipo en lo que va de temporada: buena selección de tiro, defensa consistente y dominio claro del rebote. Melilla logró maquillar ligeramente el marcador antes del descanso, pero el 35-48 al término del segundo cuarto reflejaba con justicia lo visto sobre la pista.

El mejor Fibwi tras el descanso

Lejos de relajarse, el Fibwi regresó del vestuario con la misma ambición. Cinco puntos consecutivos abrieron el tercer cuarto y marcaron un tramo de juego donde ambos equipos se atascaron ofensivamente, pero donde los mallorquines siguieron controlando cada detalle. A falta de cinco minutos para el final del parcial, el marcador señalaba un claro 37-54.

La intensidad defensiva y la concentración permitieron ampliar aún más la renta. El Fibwi encontró puntos desde distintas manos y cerró el tercer cuarto con una canasta de Lysander Bracey que dejaba el marcador en un demoledor 47-70. Treinta minutos de baloncesto muy serio, quizá de los más sólidos del curso, que parecían encarrilar una victoria tranquila.

Diez minutos para aprender a sufrir

Pero la Primera FEB no perdona desconexiones. El último cuarto trajo consigo la reacción local. Un parcial inicial de 7-0 obligó a Pablo Cano a parar el partido. El Melilla Ciudad del Deporte subió líneas, encontró acierto exterior y comenzó a creer. El Fibwi, por primera vez en el partido, se sintió incómodo.

Las imprecisiones se acumularon y la ventaja fue menguando hasta situarse en 62-70 a cinco minutos del final. Ahí apareció la sangre fría. Un triple de Juan Bocca dio oxígeno, y aunque los locales siguieron empujando, el Fibwi supo resistir. Dos puntos de Bracey y otros dos de Brian Vázquez cortaron la sangría y devolvieron la calma con el 67-77 a falta de dos minutos.

El cierre fue una lección de gestión. Bocca volvió a asumir galones, el equipo defendió con inteligencia y el marcador final, 72-79, selló una victoria trabajada, sufrida y tremendamente valiosa.

El rebote, la clave invisible

Si la previa apuntaba al rebote como uno de los grandes focos del partido, la respuesta del Fibwi fue contundente. 44 capturas por 34 del conjunto melillense, una diferencia que explica buena parte del control del encuentro. Jon Ander Aramburu y Pedro Bombino, enormes ambos, sumaron 21 rebotes entre los dos y sostuvieron al equipo en los momentos delicados. Su trabajo silencioso fue uno de los pilares del triunfo.

A ese esfuerzo se sumó la dirección clara de Lucas Capalbo, siempre ordenando, y la inspiración ofensiva de Brian Vázquez, máximo anotador del partido con 18 puntos, confirmando su excelente momento de forma. El Fibwi ganó como equipo, desde el equilibrio y el compromiso colectivo.

Un equipo pequeño que ya juega como grande

Esta victoria confirma algo que empieza a ser evidente: el Fibwi Mallorca Bàsquet Palma ya no es una sorpresa. Es un equipo incómodo, serio, trabajado y competitivo. Gana en casa, gana fuera, sabe sufrir y sabe imponer su plan. Seis victorias en diez partidos lo colocan sexto en la clasificación y refuerzan una sensación que crece jornada tras jornada: este grupo compite como un grande, aunque siga siendo uno de los modestos de la categoría.

Además, el equipo tuvo que sobreponerse a la baja de última hora de Alessandro Scariolo, cuya ausencia no descompuso el plan. Todo lo contrario: el grupo respondió con madurez, una señal inequívoca de solidez.

Mirando ya al siguiente desafío

Sin apenas tiempo para celebrar, el calendario aprieta. Este miércoles, a las 20:00 horas, el Palau Municipal d’Esports de Son Moix acogerá el duelo correspondiente a la jornada 12 frente al Súper Agropal Palencia, un rival de entidad que llega tras caer en casa ante el Inveready Gipuzkoa (64-76) y que atraviesa un pequeño bache tras dos derrotas consecutivas. Palencia es cuarto con 7-4, pero el Fibwi ya ha demostrado que en su pista y con su gente puede competir contra cualquiera. Recuperar efectivos, mantener la intensidad y volver a convertir Son Moix en un fortín será el próximo reto de un equipo que, partido a partido, sigue escribiendo una historia que ya nadie se atreve a subestimar.

Porque este Fibwi, lejos de casa, también sabe ser él mismo. Y cuando un equipo aprende a sufrir… aprende a ganar.

72 MELILLA BALONCESTO (13-22-12-25): Javi García (4), Heron (3), Córdoba (15), Debaut (8), Stumbris (6). También jugaron Godspower (6), Poirier (5), Peno (0), Krutous (13), Cristian Díaz (5), Stilma (7).

79 FIBWI MALLORCA BÀSQUET PALMA (25-23-22-9): Lucas Capalbo (9), Juan Bocca (12), Osvaldas Matulionis (1), Jon Ander Aramburu (9), Pedro Bombino (12). También jugaron Laron Smith (2), Loic Menuge (7), Oscar Siquier (0), Lysander Bracey (9), Brian Vázquez (18).

ÁRBITROS: Ávila Zurita, Gómez Luque, Sierra Carrillo. Eliminados por faltas personales Córdoba, Stilma y Lucas Capalbo. Señalaron falta técnica a Lucas Capalbo.

Fotografía cedida por Melilla Baloncesto.

Autor: Vicenç Ropero

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