El Fibwi Mallorca ruge en Son Moix

Fotografía cedida por Fibwi Mallorca
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Fibwi Mallorca Basquet Palma
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Caja Rural CB Zamora

Fibwi Mallorca Basquet Palma
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Caja Rural CB Zamora
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Q1
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Q4
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El equipo de Pablo Cano firma un regreso victorioso a su pabellón tras un mes de exilio. Una sólida primera parte y el empuje del público permitieron a los mallorquines resistir la reacción del Caja Rural CB Zamora en un duelo lleno de emoción y carácter.
Por fin, el regreso a casa tuvo final feliz. El Fibwi Mallorca Bàsquet Palma celebró su vuelta al Palau Municipal d’Esports de Son Moix con una trabajada victoria (88-83) ante el Caja Rural CB Zamora, en un partido que condensó en cuarenta minutos todo lo que ha caracterizado su inicio de temporada: intensidad, altibajos, fe y una encomiable capacidad de resistencia. Los de Pablo Cano dominaron durante buena parte del encuentro, llegaron a disponer de ventajas superiores a los veinte puntos y, aunque el rival apretó en el tramo final, supieron cerrar el partido con temple y el empuje de una afición que volvió a rugir tras tres años y medio de ausencia del baloncesto de primer nivel en la isla.
Dos cuartos impecables
El partido arrancó con ritmo y acierto. Bombino, que acabó con 21 puntos y 30 de valoración, en su debut en Son Moix, mostró desde el inicio su energía habitual, sumando en ambos lados de la pista y marcando el tono de un equipo que salió decidido a regalar una victoria a su gente. La igualdad inicial se rompió gracias a la actividad de Bracey y Brian Vázquez, dos jugadores que se sintieron cómodos en el ida y vuelta del primer cuarto. Con un 25-19 al final del primer parcial, el Fibwi Mallorca comenzaba a construir una ventaja que, poco a poco, fue creciendo apoyada en su defensa colectiva y en la circulación de balón.
El segundo cuarto fue una demostración de autoridad local. El conjunto mallorquín se desató ofensivamente, llegando a situarse con un claro 34-24 primero y 55-41 al descanso. Cada posesión reflejaba la comunión entre el equipo y la grada: el público empujaba, los jugadores respondían y Son Moix recobraba la voz de los grandes días. El trabajo coral, con Capalbo dirigiendo con criterio, a la postre, máximo reboteador del equipo, y Aramburu multiplicándose en las ayudas, cimentó un baloncesto fluido y convincente, el mismo que Pablo Cano llevaba semanas buscando en medio de los contratiempos logísticos y las bajas.
Error con el ritmo
Sin embargo, como suele ocurrir en esta Primera FEB tan igualada, nada estaba decidido. El tercer cuarto mostró el reverso del partido: el Fibwi, que había jugado con soltura, comenzó a perder ritmo ante un Zamora más agresivo y con mayor acierto exterior. De dominar 67-53, los mallorquines vieron cómo su rival reducía la diferencia hasta el 69-61 con el que se entró en los diez minutos finales. La tendencia se mantuvo al inicio del último cuarto, cuando los visitantes llegaron incluso a empatar a 77, desatando la tensión en las gradas y convirtiendo el tramo final en una batalla de nervios y carácter.
Fue entonces cuando el Fibwi Mallorca volvió a sacar su versión más competitiva. En los momentos de máxima exigencia, emergieron los líderes naturales del vestuario. Jon Ander Aramburu, siempre fiable en las grandes noches, asumió la responsabilidad y, con dos triples consecutivos marca de la casa, devolvió la ventaja a los suyos (86-83). Cada canasta del ala-pívot vasco fue celebrada como un gol, mientras Son Moix se transformaba en una caldera que empujó al equipo hasta el 88-83 definitivo. La imagen final, con los jugadores fundiéndose en un abrazo en el centro de la pista, sintetizaba la emoción de una victoria que tenía mucho de liberación.
Al término del encuentro, el técnico visitante, Saulo Hernández, no ocultó su decepción: “Ha sido, sin duda, nuestro peor partido del año. No hemos estado ni física ni mentalmente a la altura de lo que exige esta competición”. El entrenador del Zamora reconoció la superioridad del Fibwi Mallorca en los primeros tres cuartos y lamentó los errores defensivos que permitieron a los locales abrir brecha. Su equipo, pese a la reacción final, nunca encontró el ritmo adecuado, y se vio superado por la intensidad de un conjunto balear que jugó con convicción y corazón.
Por su parte, Pablo Cano valoró la victoria como “un paso adelante en la construcción del equipo”, destacando tanto la brillantez inicial como la madurez mostrada al resistir la remontada rival. “Supimos sufrir cuando tocó, que también es parte de crecer. La gente nos ha dado ese empuje final que necesitábamos”, subrayó el técnico, visiblemente emocionado por volver a vivir una noche de baloncesto en Son Moix.
Son Moix es decisivo
Más allá del marcador, el regreso al Palau tuvo un significado especial. Era la primera noche en casa tras un inicio de temporada itinerante, con entrenamientos en pabellones alternativos y semanas de incertidumbre por las obras en el parquet. El público respondió con una gran entrada, consciente de que el club ha atravesado un arranque lleno de obstáculos. Y el equipo, fiel a su espíritu, correspondió con una actuación de coraje, dejando claro que este proyecto está forjado en la adversidad.
La victoria, además de estrenar el casillero en Son Moix, refuerza la confianza de un grupo que sigue creciendo pese a las bajas de hombres importantes como Beraza o Matulionis. Con la reciente incorporación de Löic Menuge, que aportó energía y trabajo en sus primeros minutos como local, el Fibwi Mallorca se permite mirar al futuro con optimismo. El equipo no solo compite, sino que contagia ilusión. Y, lo más importante, ha recuperado su casa. Son Moix volvió a latir, y con él, el Fibwi Mallorca volvió a sonreír.
Apenas cuarenta y ocho horas después de saborear este triunfo en casa, el Fibwi Mallorca Bàsquet Palma volverá a escena este martes (20:00 h) en el Palau Municipal d’Esports de Son Moix para disputar los dieciseisavos de final de la Copa España frente al Súper Agropal Palencia. El duelo, a partido único, enfrentará a un conjunto balear en pleno proceso de consolidación en la Primera FEB con uno de los equipos más potentes de la categoría, dirigido por Natxo Lezkano, que afronta el torneo con aspiraciones de llegar lejos. La nueva Copa España, estrenada este verano con un formato renovado que cruza a clubes de Primera y Segunda FEB, ofrece a los de Pablo Cano la oportunidad de medirse a un rival de nivel superior en una noche especial ante su afición. Sin embargo, el técnico mallorquín ya ha querido rebajar la presión y centrar el foco en los objetivos reales del equipo: “Vamos a afrontarlo como los profesionales que somos, pero nuestro objetivo este año es mantenernos en Primera FEB”, advirtió en rueda de prensa. Por su parte, Lezkano reconoció que el sorteo no ha sido favorable para su equipo, tanto por la dificultad del desplazamiento hasta Palma como por la exigencia del rival. “No era el emparejamiento ni el viaje que hubiéramos deseado, sobre todo teniendo luego partido en Melilla, pero los bombos han decidido así y lo afrontaremos con la máxima seriedad”, explicó. El ganador de la eliminatoria obtendrá el billete para los octavos de final, previstos para el 18 y 19 de noviembre, en una competición que culminará con la Final Four los días 23 y 24 de enero.
FIBWI MALLORCA BÀSQUET PALMA 88 (25-30-14-19): Lucas Capalbo (12), Juan Bocca (6), Lysander Bracey (23), Jon Ander Aramburu (11), Pedro Bombino (21). También jugaron: Laron Smith (0), Löic Menuge (3), Brian Vázquez (13), Jorge Martínez (0).
CAJA RURAL CB ZAMORA 83 (21-20-20-22): Naspler (5), Rogers (12), Lo (14), Thrastarson (16), Pauksté (8). También jugaron Round (3), Peris (3), Kirstensen (0), Martínez (10), Van Zegeren (12).
ÁRBITROS: Lezcano, Franquesa Vázuqez, Olmos Ochoa. Señalaron falta antideportiva a Pedro Bombino y a Naspler. Sin eliminados por faltas personales
INCIDENCIAS. 2200 espectadores en el Palau d´Esports de Son Moix.
Fotografía cedida por Fibwi Mallorca
Autor Vicenç Ropero.
