El Palencia firma su despedida (sin) final

El Súper Agropal Palencia rubrica un gran partido… que no es capaz de cerrar en los últimos cinco minutos. A pesar del buen juego y el acierto clave desde el exterior, los palentinos no pudieron controlar su ventaja ante un Fuenlabrada que supo jugar muy bien sus cartas en los últimos minutos.

Una dolorosa derrota, sí. Y más teniendo en cuenta no sólo el desarrollo del encuentro, sino el estado actual del equipo, que era magnífico. Antes de continuar quiero afirmar y reafirmar algo que le comenté a Luis en la entrevista que tuve el placer de hacerle: estamos orgullosos del Palencia. Estamos orgullosos de su lucha, del lugar y el momento al que han llegado y de cómo, durante una temporada complicadísima, han conseguido sortear una tempestad de adversidades para llegar donde lo han hecho.

Y dicho esto, debemos hablar ahora de un partido un tanto extraño, en el que la tensión y la presión dominaban las mentes de ambos equipos. Los dos contendientes sorprendían a propios y a extraños con un juego que tardaba en arrancar. Un partido con mucho fallo a canasta de ambos equipos, y que parecía dominar durante los primeros minutos el Fuenlabrada, que inauguraba el marcador con un triple de Matulionis. Clave durante todo el partido el pobre acierto de los madrileños desde los 6,75, 3/20 para ellos frente a los 11/24 para los palentinos, lo que en gran medida benefició la holgada diferencia que mantuvo el conjunto morado durante la segunda parte del partido.

Hablamos de un primer cuarto lento, con muchos balones perdidos y acuciado fallo a canasta. Fuenlabrada hacía una de las cosas que mejor sabe hacer y lo que le salvó gran parte del partido: una defensa férrea y asfixiante. Sin embargo el Palencia despertaba pronto de la mano de Borg (el mejor de las filas castellanas) y unos algo desaparecidos Kunkel y Wintering, que tras un 7-16 obligaban a Toni Ten a detener el encuentro. Salía Mbala a jugar sus primeros minutos con los chicos, hoy, de blanco para cometer una falta y poco más, ya que jugó tan solo 4 minutos de partido. Las cosas estaban calientes, Luis no quería arriesgar demasiado. El Palencia entraba en bonus a menos de un minuto para finalizar el cuarto, Westermann a la línea de tiros libres maquillaba un poco el resultado de un primer parcial que perteneció a los palentinos, 9-16.

Ante la presión los palentinos supieron controlar muy bien el juego.

En el segundo cuarto Fuenlabrada salía con intensidad y el Palencia, al igual que en muchas otras ocasiones durante el encuentro, se precipitaba demasiado, lo que provocaba un parcial absolutamente desastroso para los palentinos en un cuarto que perteneció al conjunto madrileño. Nwogbo se convirtió en una auténtica migraña imparable que nadie podía detener, y el único que podía hacerlo, Krutwig, se encontraba en el banquillo por un par de faltas prematuras que le obligaron a guardar fuerzas para la segunda parte. 16-18 a 5:48. Los morados, hoy de blanco, volvían a entrar en bonus, esta vez de manera demasiado temprana. Borg salía de nuevo a la carga. Fantástico el sueco en el día de ayer, que hizo prácticamente de todo y cuyo 5/7 en triples, acaudillando las diferencias palentinas.

Toni Ten volvía detener el encuentro tras las actuaciones del sueco, su pizarra se llenaba de directrices para que Nwogbo liderara el camino del empate a 28 que obligaba esta vez a Luis Guil a pedir time out. A partir de aquí los castellanos sufrieron para mantener el tipo, no me puedo imaginar la presión asfixiante de los jugadores de ambos equipos. Antes del descanso el luminoso marcaba un 32-30. El Fuenlabrada había sabido despertar, aunque tímidamente. La igualdad reinaba. Todavía no había nada escrito

El tercer cuarto volvió a pertenecer a los palentinos, fueron 10 minutos de juego fantásticos donde los lanzamientos desde los 6,75 marcaron la diferencia. Durante los primeros minutos el electrónico bailaba al son de la igualdad hasta que Borg y un par de actuaciones individuales como la de Vaulet conseguían de nuevo ampliar la diferencia. Toni Ten volvía a detener tras un 43-51. El ritmo era ahora frenético. Se perdían balones, se cortaban pases largos… las transiciones eran vertiginosas. Wintering se iba solo y encestaba, a lo que inmediatamente respondía Zurbriggen. El Fuenlabrada comenzaba a vivir de tiros libres (34 lanzamientos para los madrileños frente a 11 para los palentinos). Los castellanos consiguieron imponer su baloncesto en este cuarto, llegando al final con una diferencia clave de 11 puntos. 53-64.

El Fuenlabrada llevó con éxito el juego a su terreno en los últimos cinco minutos.

Durante el último cuarto la afición palentina ya cantaba victoria, especialmente cuando la diferencia llegó a los 12 o 14 puntos. El Fuenlabrada, a pesar de vivir de libres y de pecar de fallo a canasta (cosa que también sufrió su rival) no se rindió en ningún momento, incluso cuando la remontada parecía imposible. Nzosa y McGrew lideraban ahora la lanza madrileña con una presión agobiante a 5:52 de juego. Los palentinos supieron mantener el tipo y salvaguardar la diferencia con buenas defensas pero el Fuenlabrada quería llevar el juego a su terreno, cosa que consiguió. 

Controvertidas y polémicas quedarán para los anales de la historia muchas de las faltas señaladas durante este encuentro, como las últimas que provocaron que Borg se fuera al banquillo al llegar a 5. De nuevo, como digo siempre, no voy a entrar a valorar nada, porque no merece la pena hacerlo desde ningún punto de vista. La cuestión es que a menos de tres minutos de finalizar el encuentro el Palencia sucumbió y no fue capaz de defender la diferencia, siendo ellos mismos los artífices de su propia debacle. Todo esto, por supuesto, sin desmerecer la labor del Fuenlabrada, que a pesar de no haber presentado su mejor versión, supo jugar muy bien los últimos minutos y firmar una remontada grandiosa en la que fueron capaces de arrastrar a los castellanos a su terreno. Kunkel y Wintering no estuvieron hoy para cerrar el encuentro, una pena, pero nada que reprochar a los dos muchachos que, por otra parte, han sido dos de los grandes artesanos del basket que nos han llevado hasta aquí. Fue doloroso, increíblemente intenso pero cierto… el Palencia no supo defender la ventaja, y el Fuenlabrada lo aprovechó sobremanera. 75-73.

Enhorabuena al Fuenlabrada, a pesar de los problemas internos que posee su club, los jugadores han estado dando la talla como auténticos profesionales, y eso debe ser digno de elogio. Y enhorabuena al Palencia, porque como siempre, nadie daba un céntimo por ellos y con mucho esfuerzo, trabajo y calidad, han conseguido llegar más que dignamente a la Final Four. Como siempre, todo un orgullo como club e institución para una humilde ciudad como Palencia. Gracias a todos los jugadores, al banquillo y directiva por hacernos creer una vez más. Especial agradecimiento a Luis Guil por haber obrado magia en tiempos de crisis y por haber sido el patrón de un barco lleno de ilusiones, alegrías y en muchos casos incertidumbres que siempre han logrado sortearse con éxito. 

Partido correspondiente a la semifinal de playoffs de Primera FEB para ascenso a Liga Endesa ACB. Disputado en La Caja Mágica de Madrid.

Árbitros: ZAFRA GUERRA, FRANCISCO JOSE – LEZCANO, LEANDRO NICOLÁS – ADAN RODRIGUEZ, CRISTINA

75 – Flexicar Fuenlabrada (9-23-21-22): Matulionis* (3), Jorgensen* (11), Zurbriggen* (12), Bilbao (0), Miguel Asier (0), Nzosa (4), McGrew* (9), Durán, (2), Nwogbo* (26), I. Cruz (0), Westermann (8)

73 – Súper Agropal Palencia (16-14-34-9): B. Mbala (0), A. Wintering (9), A. Kunkel (5), T. Borg* (26), X. Oroz* (3), M. Rodríguez* (6), Chema González (0), L. Gnjidic (2), J. Vaulet* (11), C. Krutwig* (8), D. Dimitrov (3)