España arrasa a Georgia en una tarde inolvidable
FEB
| 1 | 2 | 3 | 4 | T | |
|---|---|---|---|---|---|
| España | 19 | 28 | 23 | 20 | 90 |
| Georgia | 22 | 11 | 13 | 15 | 61 |
España
90
| 1 | 2 | 3 | 4 | T | |
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| España | 19 | 28 | 23 | 20 | 90 |
| Georgia | 22 | 11 | 13 | 15 | 61 |
61
Georgia
España
90
-
61
Georgia
-
Q1
19- 22
-
Q2
28- 11
-
Q3
23- 13
-
Q4
20- 15
La Selección de Chus Mateo firma una victoria apabullante en el Santiago Martín —con Yusta, Almansa y Díaz como estandartes— pero la euforia queda ensombrecida por la grave lesión de Great Osobor.
Tarde de fiesta
Tenerife vivió este domingo una tarde de fiesta y de baloncesto de alto voltaje, aunque también de sentimientos contrapuestos. España arrolló a Georgia por 90-61 en el primer partido en casa de la era Chus Mateo y lo hizo con autoridad: +34 en el marcador, un juego coral, defensas que mordían y contraataques que encendieron al Santiago Martín. Pero la celebración tuvo una nota amarga: Great Osobor, que apenas llevaba dos minutos en pista, sufrió una lesión grave que ensombrece una jornada que, sobre el papel, quedará marcada por el doble sabor de la victoria y la preocupación.
El arranque del partido no hizo presagiar el festival que vendría después. Tensión, algunas incertidumbres defensivas y falta de fluidez en ataque llevaron a España a conceder el dominio inicial: Georgia, de la mano de Andronikashvili, tomó ventaja e incluso llegó a +9 (11-20, minuto 8). La mala fortuna se cebó entonces con Osobor, que en una entrada a canasta sufrió una aparatosa lesión en la rodilla izquierda que le obligó a dejar la pista; la gravedad del asunto se confirmó después con pruebas médicas. Pudo haber sido un golpe psicológico irreversible. No lo fue.
Almansa se pone los galones
Izan Almansa emergió como respuesta inmediata a la adversidad. Con autoridad en la pintura, movilidad para generar segundas opciones y una presencia clara en el rebote, el joven pívot asumió la responsabilidad de la zona y cimentó la remontada. Su actuación —12 puntos y nueve rebotes, muchos minutos de auténtico ‘5’ combativo— fue determinante para que España cerrara un primer tiempo memorable: un arreón colectivo, cinco triples anotados en un parcial demoledor y un +14 al descanso (47-33) tras un 28-11 que dejó a Georgia noqueada.
El segundo cuarto marcó el quiebre del partido. La Selección apretó en defensa, recuperó balones y empezó a correr; las transiciones se hicieron letales y el acierto exterior (tres triples consecutivos entre Busquets y Paulí) terminó por dinamitar el plan georgiano. La sensación era la de un equipo que, pese a las novedades y a los pocos días de trabajo conjunto, había encontrado una identidad clara: intensidad, ritmo y capacidad para penalizar errores rivales.
La segunda parte fue un ejercicio de control absoluto. España mantuvo la intensidad, siguió dominando el rebote y amplió la diferencia hasta rozar los 35 puntos. Alberto Díaz, con minutos de agresividad defensiva y tres triples que incendiaron la grada, fue el perfil competitivo que necesitaba el equipo para sostener el impulso; Oriol Paulí y Pep Busquets, con rotaciones inteligentes, dieron frescura; y Álex Reyes y Álvaro Cárdenas aportaron energía y defensa. El intercambio de canastas se decantó siempre hacia el conjunto local, que firmó un tercer cuarto demoledor (70-46 al final) y administró en el último periodo sin renunciar al espectáculo: caños, mates y juego de equipo en estado de gracia.
Georgia, una caricatura
En lo individual, Yusta fue el máximo anotador con 17 puntos y repitió su influencia habitual en ACB; Almansa consolidó su impacto con su doble trabajo en ataque y rebote; y Francis Alonso dejó una nota espectacular: 10 puntos en apenas cinco minutos, muestra palpable de la profundidad y la capacidad de despegue que ofrece esta nueva España cuando los roles quedan bien definidos. Todos los hombres que saltaron a la pista se implicaron, una lectura que el seleccionador subrayó después: la fuerza del equipo cuando nadie se esconde y todos aportan.
El contexto del rival también pesa en esta conclusión. Georgia, diezmada por ausencias relevantes en la pintura —Bitadze, Mamukelashvili y el nacionalizado Baldwin no estuvieron— llegaba tocada por su derrota previa en Tbilisi contra Ucrania y no encontró respuestas suficientes ante la superioridad española. Aun así, la nómina georgiana mantiene nombres con acento ACB, y el homenaje a Gio Shermadini en su casa añadió un punto extra de emoción a una tarde ya intensa.
La lectura clasificatoria es clara: España cierra la concentración con dos triunfos en otras tantas jornadas y con un average sonoro que le coloca líder del grupo en este primer tramo de la clasificación para el Mundial 2027. Ucrania comparte la condición perfecta y ambos combinados ya empiezan a construir colchón de cara a la fase siguiente, donde los resultados se arrastrarán y cada punto podrá marcar diferencias. La próxima Ventana enfrentará a España con Ucrania —27 de febrero en Riga y 2 de marzo en Oviedo— y ahora el grupo se toma un respiro con la satisfacción del trabajo bien hecho… pero con la incertidumbre que deja la lesión de Osobor.
Y es precisamente ahí donde se mezclan la alegría y la pena. Las pruebas médicas realizadas en Tenerife confirmaron las peores sospechas: Osobor sufre un esguince del ligamento lateral interno de la rodilla izquierda, rotura radial del cuerno anterior del menisco externo y rotura del ligamento cruzado anterior. La FEB expresó su honda tristeza y su compromiso de acompañamiento en el largo proceso de recuperación que afronta el pívot de 22 años. En el vestuario, la felicidad por la victoria convivió con la conmoción ante la lesión; la derrota más dura, en muchos casos, es la que no registra el marcador.
Chus Mateo, que ya había ganado fuera (Dinamarca) y ahora suma su segundo triunfo en dos jornadas, completó un debut en casa redondo en cuanto a resultados y sensaciones colectivas. “Era importante ganar estos dos partidos, que eran difíciles”, dijo el técnico tras el encuentro, subrayando el compromiso y la actitud de sus jugadores. Mateo destacó también el ‘click’ que provocó la reacción del equipo tras la lesión de Osobor: una muestra de carácter que habla tanto de la dirección técnica como de la química de un grupo que ha abrazado un proyecto con pasos firmes.
Una tarde para el recuerdo
El Santiago Martín recuperó en una tarde el pulso del gran baloncesto internacional: ambiente, espectáculo y, sobre todo, una sensación de que la reconstrucción de la Selección avanza por la senda correcta. Si la victoria en Dinamarca había sido una presentación con nota, el 90-61 frente a Georgia se puede leer como una confirmación: hay talento, hay cohesión y hay una idea de juego que empieza a perfilarse con nitidez. Quedan retos por delante —plantilla, calendario y la posibilidad de recuperar a algunas piezas clave para ventanas futuras—, pero en Tenerife se impuso la sensación de que este equipo está construyendo cimientos sólidos.
Para terminar, la imagen del partido será compleja de olvidar: un palacio volcado con la Selección, acciones para el recuerdo y, por contrapunto, la salida a camilla de un jugador prometedor con una lesión que apaga momentáneamente la euforia. España celebra —con razón—, pero también acompaña y se prepara: porque el camino al Mundial es largo y exige no solo victorias, sino también temple en los peores momentos. En el Santiago Martín, el domingo, se practicó un baloncesto de enorme ambición. Y la prueba, pese al costoso precio personal de Osobor, deja la sensación de que este equipo puede y quiere seguir creciendo.
Ficha técnica:
España 90 (19+28+23+20): Díaz (9), Reyes (8), Yusta (17), Salvó (9), Guerra (6) –inicial-, Osobor (-), Cárdenas (4), Alonso (10), Paulí (5), Almansa (12), Busquets (6) y Costa (4).
Georgia 61 (22+11+13+15): Andronikashvill (4), Duda Sanadze (7), Phevadze (2), Shengelia (10), Shermadini (8) –inicial-, Burjanadze (3), Khatlashvill (10), McFadden (5), Korsantia (6), Sandro Sanadze (2), Turdziladze (4) y Jintcharadze (-).
Árbitros: Krejic (SLO), Velikov (BUL) y Prpa (SRB).
Incidencias: Segundo encuentro de la fase de clasificación para la Copa del Mundo Qatar 2027, disputado en el pabellón de Deportes Santiago Martín, ante 5.100 personas.
Fotografía de FEB
Autor: Vicenç Ropero

