Frenarlos en seco

DERECHOS DE AUTOR:ADRIAN BAULDE
El Flexicar Fuenlabrada recibe al equipo en mejor dinámica de la competición: Monbus Obradoiro.
Lo difícil se consigue y lo imposible se intenta. Este mantra es el que posiblemente esté en la cabeza de la plantilla del Flexicar Fuenlabrada. La dificultad de la gesta que tienen que acometer los de Toni Ten es tremenda, puesto que el Obra llegará a tierras madrileñas con un racha de 10 victorias consecutivas (11 con el aplazado contra Alega). El hecho del calendario, más duro que han tenido los fuenlabreños durante esta jornada intersemanal, también puede ser un hecho diferencial a la hora de preparar el enfrentamiento del próximo domingo.
Claves de este Obradoiro desencadenado
Siempre que nos referimos a los compostelanos, tendemos a caer en la tentación de solo mirar las lucernarias de su roster, que son obvias, y olvidarnos de la coralidad y profundidad de la misma. Más allá de los Quintela, Brodziansky y Balvin hay una manera de jugar muy cohesionada, que aunque ha tardado en explotar, cuando lo ha hecho ha sido una supernova que ha arrasado la competición.
La forma en la que vertebra el Obradoiro su ofensiva habitualmente, es generar desde el bloqueo de Balvin o de Stevic, bien en cabecera o a 45, tras esto empieza el baile de opciones: Mano a mano para la salida del tirador, división del jugador que recibe el bloqueo para buscar a los tiradores abiertos o el corte de lado contrario, búsqueda de la continuación o la caída o penetración hacia canasta del exterior. La otra variante es que cuando el scream lo realiza el 4 se añade la posibilidad del pop, ya que tanto Brodziansky, Galán o Micovic tienen buenos porcentajes desde la media/larga distancia.
La otra arma que poseen los gallegos, aunque menos utilizada, es la posibilidad de jugar a campo abierto aprovechando el control del rebote en su propio aro y la potencia físicas de jugadores como Faggiano o Jiménez. Obviamente, a estas cualidades hay que sumarle la tremenda capacidad de uno contra uno que atesora cualquier jugador que esté en la duela, que puede resolver cualquier atasco puntual que sufra el equipo.
Puntos débiles en el muro
Cualquier estratega militar de la Edad Media sabía que toda muralla tiene un flanco débil, un punto por el cual, (sin ser fácil) puede ser penetrada. Para saber cual es este lugar en el caso de los de Santiago, hay que remitirse al partido de hace unas semanas contra el CB Naturavia Morón. La clave es atacar el 2vs1 en cabecera contra Balvin, el Checo sufre ante jugadores móviles cuando se encuentra lejos del aro, cosa que sucede bastante, ya que es el encargado de ajustar las continuaciones rivales, este pequeño debe del techo del Obra acompañado de un indirecto para evitar las ayudas, fue un verdadero quebradero de cabeza para Alonso en la primera mitad en el Alameda. La defensa que plantea el técnico leonés sufre si tiene que hacer ayudas largas constantes a las esquinas que derivan en duelos directos. Si esa primera ayuda es rebasada, la segunda y/o tercera suele llegar tarde al estar muy volcados en la defensa del lado débil.
Relacionado con lo anterior, la otra estrategia posible para descolocar a los visitantes es hacer que el partido sea un correcalles. A una velocidad alta se impide que se pueda conformar la defensa y esto en este caso es fundamental. porque teniendo en cuenta la altura y la ocupación del espacio que realizan los compostelanos en el estático resulta muy complicado poder romperla. El otro motivo por el cual el vértigo en las transiciones es conveniente, es el desgaste que conlleva a los hombres grandes y que llevaría al staff técnico “Obradoista” a realizar una rotación más larga de lo que quisieran.
En definitiva, un partidazo entre dos equipos que están en la parte alta y que aún tienen muchas cosas en juego. Hasta entonces, sean buenos y mucho baloncesto.
Imagen : Flickr Feb ( Obradoiro)
