Partido clave en Lugo en la lucha por los playoffs

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Tres meses después de la derrota en el Olímpic por 70-76, toca volver a cruzarse con el Río Breogán, esta vez en un Pazo dos Deportes que promete ser una olla a presión. El partido de la primera vuelta dejó una sensación amarga en Badalona, fue un partido con demasiadas desconexiones, sin continuidad en el juego ni acierto en los momentos clave, y que terminó escapándose ante un rival en ese momento en la zona baja de la tabla. Ahora, con el calendario entrando en la fase más importante de la temporada, la Penya tiene la oportunidad de ajustar cuentas y recuperar sensaciones fuera de casa.

Un equipo peligroso

El conjunto lucense ya no es exactamente el mismo que sorprendió en el Olímpic. La salida de Darrun Hilliard, su principal referencia ofensiva, ha supuesto un golpe duro en cuanto a talento individual, pero el equipo de Luís Casimiro ha sabido reconfigurar su juego y ya se vió en la pasada victoria ante Casademont. En su lugar ha llegado Elijah Hughes, procedente de la G-League, aunque su estreno frente a Zaragoza fue discreto con 0 puntos y 8 minutos de juego. Sin el americano, Breogán ha redistribuido protagonismo entre jugadores como Toni Nakic, que ha dado un paso adelante en anotación, el pívot Jordan Sakho, y el base estadounidense llegado a mitad de temporada, Dae Dae Grant, que ha asumido mayor volumen ofensivo y que se ha convertido en un lucense más.

El equipo gallego se mantiene como uno de los menos anotadores de la liga, 79,9 puntos por partido, con un ritmo controlado y una notable dependencia de sus exteriores para generar ventajas. En el rebote, uno de sus puntos débiles durante buena parte de la temporada, han conseguido cierta estabilidad gracias al trabajo de Sakho y el rendimiento intermitente de Boubacar Touré.

Hay que ponerse las pilas

Por parte del Joventut, el encuentro llega en un momento importante. La derrota en Murcia por 100-83 evidenció la falta de intensidad en defensa y en ataque de un equipo que, cuando no consigue imponer su ritmo y controlar el rebote, sufre para mantener el nivel con los rivales. El equipo de Dani Miret necesita reencontrarse con su mejor versión, y hacerlo en un escenario exigente como el Pazo puede ser justo el tipo de desafío que haga cambiar de chip al conjunto catalán.

Ante Tomic, como siempre, sigue siendo la referencia del equipo. Con 14,7 puntos y 7,1 rebotes de media, el croata es el faro ofensivo de la Penya. Pero no puede estar solo. Jugadores como Devon Dotson, mejor jugador exterior de la segunda vuelta, o Kassius Robertson, con un buen partido en Murcia, están llamados a dar un paso al frente en este partido y sobre todo en este tramo final de temporada. Robertson, en particular, ha encontrado regularidad en el tiro exterior en su último partido, pero está claro que necesitará de otros jugadores como Dekker para echar una mano al croata, que no puede ser el único que haga de líder en el equipo.

En términos clasificatorios, la Penya se mantiene firme en la zona media-alta, pero cada victoria cuenta en la lucha por llegar al playoff con ventaja. Sumar en Lugo significa dar un paso adelante en cuanto a confianza, cortar una dinámica reciente de irregularidad y confirmar que, cuando el equipo se conecta atrás, puede competir contra cualquiera. Una tarde exigente, de las que hacen equipo. La oportunidad perfecta para demostrar carácter, corregir errores de las pasadas jornadas y seguir creciendo en el tramo decisivo de la temporada.

Fotografía de las redes sociales del club.

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