Un Cadí La Seu sin complejos

El Cadí La Seu firmó este domingo una de esas victorias que dejan huella, de las que obligan a volver a mirar la clasificación con otra luz. En un Maloste que casi siempre ruge a favor del Lointek Gernika Bizkaia, las urgellencas impusieron un 63-75 que apagó el fortín vizcaíno y abrió una ventana de esperanza en una LF Endesa que sigue siendo un territorio imprevisible. La verdad es que el ambiente empujaba a las locales, pero desde el primer cuarto se intuyó que el conjunto catalán había viajado con algo más que intención: había viajado con una fe contagiosa, con ese brillo que nace cuando el equipo se reconoce a sí mismo. Y es que cada balón dividido, cada carrera en transición y cada rotación defensiva tenía un punto extra de compromiso, como si cada jugadora llevara escrito en el pecho algo más que su nombre.

Lo que llama la atención es cómo La Seu supo adaptarse a un partido cambiante, de esos que se juegan tanto con la cabeza como con las manos. El 18-22 del primer cuarto ya enviaba una señal: si el duelo se decidía por ritmo y por lectura, las catalanas tenían mucho que decir. Además, cuando Gernika trató de reaccionar desde el rebote y empujó con un segundo cuarto más físico, las visitantes no se descentraron. Al contrario, guardaron energía, midieron posesiones y esperaron su momento. Un momento que llegó, como un trueno, en ese tercer cuarto que tantas veces decide los partidos importantes.

Un tercer cuarto para enmarcar

Hay parciales que explican un partido entero, y ese 9-26 del tercer acto es exactamente eso: una declaración de intenciones y, al mismo tiempo, un golpe emocional del que Gernika ya no supo levantarse. Con el marcador aún abierto, apareció la enorme figura de Shaylee Gonzales, que jugó como si hubiera encontrado un interruptor secreto en la defensa local. Tres triples quirúrgicos, decisiones serenas, rebotes que parecían imposibles y una sensación permanente de control. Cada vez que cruzaba media pista, el partido se inclinaba un poco más hacia La Seu, como si la estadounidense hubiera decidido escribir su propia versión del triunfo.

Además, el colectivo acompañó con la naturalidad de los equipos que creen. Ridard aportó dureza por dentro, Gervasini manejó los tempos como quien toca una melodía conocida y el banquillo se convirtió en un motor silencioso que sumaba sin pedir protagonismo. Y es que La Seu no necesitó grandes discursos: le bastó con pequeñas acciones consecutivas que fueron encadenando un mensaje claro, casi poético en su sencillez. Controlar tiros libres, limitar pérdidas, cerrar el rebote. Detalles que, sumados, construyeron un edificio sólido.

Un resultado que aprieta la liga

Mientras tanto, Gernika se quedaba sin respuestas. La producción ofensiva se volvió errática, los porcentajes desde fuera cayeron en picado y el equipo, que suele crecer desde la energía en casa, se vio atrapado en una espiral de dudas. Bessoir y Castedo sostuvieron parte del peso, pero las sensaciones no acompañaban y el 49-62 al cierre del tercer cuarto lo dejó claro. Y es que, en un duelo tan trabado y con tanta tensión, remar contra un equipo en estado de gracia se convierte en una montaña difícil de escalar.

Ficha técnica:

63 – LOINTEK GERNIKA BIZKAIA (18+22+9+14): Olaeta (14), Westerik (5), Castedo (13), Polleros (5), Bessoir (12) – cinco inicial – Matarranz (5), Krnjic (0), Brown (9) y Gervasini (- no jugó por Gernika).

75 – CADÍ LA SEU (22+14+26+13): Gonzales (21), Raventós (5), Palma (5), Hollingshed (8), Ridard (12) – cinco inicial – Gervasini (7), Mata (7), Werth (4), Aguilar (3), Niaré (3), Morales (0).

Árbitros: Palanca Page, Rodrigo – García Crespo, María de los Ángeles – Chacón Blázquez, Israel.

Incidencias: Partido correspondiente a la jornada 8 de LF Endesa disputado en el Polideportivo Maloste de Gernika-Lumo ante aproximadamente 1.050 espectadores. Transmisión en directo por el canal de YouTube de la FEB. Cadí La Seu rompe la imbatibilidad como local del Gernika esta temporada.

Autor: José Manuel Gómez

Foto: x (twitter) Lointek Gernika