Súper Agropal Palencia: una temporada. Parte I

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Con la aventura terminada, creo que es de recibo hablar un poco de la trayectoria del conjunto palentino durante la temporada 2024/25 porque creo que merece la pena ser mencionada y analizada en profundidad como una de las más prometedoras y ensoñadoras de los últimos años. Aunque también es imperativo afirmar que en esos mencionados últimos años no ha habido ninguna mala, ¿mejores? ¿Peores? Sí, pero el proyecto ha intentado siempre a estar a la altura de una afición, de una ciudad y especialmente de una liga muy, muy dura en la que los errores se pagan sin contemplaciones.
Los aficionados y asiduos a Primera FEB somos conscientes de que ésta es una de las mejores, y más competitivas, ligas de Europa. Así lo afirmaba Luis Guil en declaraciones para Basket Pasión durante la entrevista realizada a escasos días de celebrarse la Final Four, de la cual hablaremos en la segunda parte de esta suerte de balance.
Pero vamos a empezar por el principio, por la pretemporada. Tras confirmarse todos los fichajes y la continuidad de Luis Guil, el equipo palentino comenzaba una pretemporada con sensaciones contradictorias. Alec Wintering regresaba a las filas palentinas, lo que levantó mucha expectación no sólo por la calidad indiscutible de su figura, sino por ser tremendamente querido por estos lares. Los amados “de siempre” continuaban formando parte del equipo: Manu Rodríguez, Chema González, Mathieu Kamba. El proyecto de Urko terminaría formándolo Juan Pablo Vaulet, el ala-pívot argentino procedente del Baxi Manresa y cuyo juego y buen hacer durante la primera vuelta se convirtieron en una de las catapultas del éxito palentino; Tobias Borg, procedente del Morabanc Andorra, con un papel absolutamente vital durante el final de temporada, en concreto durante las eliminatorias y cuya mano desde los 6,75 se convirtió en pieza clave para las últimas victorias de su equipo; Dimitar Dimitrov, el ala-pívot búlgaro que si bien podía habérsele exigido más, es uno de los jugadores que siempre ha estado ahí cuando se le ha necesitado; Pablo Hernández, el alero gallego que fue de menos a más, dando la cara en los momentos más crudos de su equipo, y bastante desaparecido en cuanto a minutos durante los últimos compases de la temporada; Cameron Krutwig, que por su calidad y su extraordinario balance ofensivo-defensivo se convirtió indiscutiblemente en uno de los líderes del equipo, impulsándole al éxito de amnera crucial; la sorpresa desde la NCAA llegaba con el nombre de Adam Kunkel, otro de los jugadores clave cuya velocidad innata y muñeca desde los 6,75 se tornó absolutamente vital en el puzzle de Luis Guil; Xabi Oroz, un fantástico base con amplio conocimiento de control de juego que a pesar de ofrecer muchas actuaciones bastante discretas, ha sido otro de los jugadores que siempre ha estado ahí cuando se le ha necesitado, con un manejo del balón y dominio de la situación que se tornó vital en los momentos más complicados.
Junto a los anteriormente mencionados llegaría Joshua Mballa, cuya presencia fue ampliada y finalmente descartada a pesar del buen rendimiento del muchacho que acabaría finalmente en el ya descendido Real Valladolid. Leslie Nkereuwem y Lovro Gnjidic serían los elegidos para reforzar la plantilla tras la debacle de lesiones de mitad de temporada.
Se conformó una plantilla resolutiva y polivalente.
Durante la pretemporada y los primeros partidos de la Copa España, la versión que mostró el Palencia fue algo deslavada. Las estrellas se veían, pero su luminosidad no era la esperada. La directiva continuaba a la búsqueda de un patrocinador asequible y comprometido con el proyecto, tras la desafortunada escisión del patrocinio con Zunder a escasas semanas del comienzo de la pretemporada. Los palentinos perdían su acceso a las siguientes fases de la Copa España tras caer contra el Real Valladolid. Pero un buen equipo tarda en cuajarse, una buena estrategia lleva su tiempo y muchos de los jugadores todavía tienen que ver de qué son capaces en consonancia con sus compañeros. Y así fue, el Palencia firmó una primera vuelta casi impecable que le llevó, durante muchas jornadas, a posicionarse en la cuarta plaza de la tabla.
Aún recuerdo con cariño e incertidumbre, el primer partido contra el Tizona, con el temor de enfrentarse a Lance Jones, Pacheco o Lobo, y que fue una primera toma de contacto absolutamente vertiginosa que se saldó con victoria palentina 85-91 y que resultó ser un claro ejemplo de lo que se avecinaba, mostrando un juego rápido, de transiciones vibrantes y dinámicas y que finalmente enseñaba a un equipo que a pesar de ostentar mucho por pulir, su potencial era indiscutible.
El dúo Krutwig + Vaulet se convirtió en un absoluto imprescindible
Durante la primera vuelta todos los jugadores, en mayor o menor medida, aportaron al equipo. La química se iba conformando y los resultados así lo atestiguaban. La polivalencia en la que tanto insistía Guil era evidente, los partidos se ganaban y poco a poco se iba ascendiendo puestos a la sombra de los grandes presupuestos. Es destacable la magnífica labor del dúo Krutwig + Vaulet, que prácticamente jornada tras jornada se colaba entre los mejores valorados y cuya visión de juego nos regalaba estampas a canasta absolutamente soberbias. Pero repito, en mayor o menor medida, todos aportaron. ¿Virtudes y carencias? Por supuesto. Todos los equipos las tienen y además, conviene recordar la procedencia y naturaleza del Palencia Baloncesto y su fórmula del éxito, al menos desde un punto de vista económico, porque parece que hay muchos pasajeros que se les olvida que esto no es un transatlántico millonario, que por otra parte, y con demasiada frecuencia, corren el riesgo de perecer bajo el iceberg de la deuda y el rendimiento inesperado. El Palencia Baloncesto es un equipo humilde, muy bien gestionado y con un presupuesto bien implementado.
Así pues, durante esta primera vuelta y al abrigo del otoño, llegaba un nuevo patrocinador, la cooperativa y cadena de supermercados local Súper Agropal. De esta manera, el equipo ya estaba listo y con ánimos económicos renovados para continuar haciendo frente a la liga.
El Súper Agropal Palencia continuaba su andadura por la Primera FEB cosechando importantes victorias y ascendiendo puestos en la tabla. A término de la primera vuelta y tras vencer holgadamente al Grupo Alega Cantabria (59-83), la jornada número 17 finalizaba con el conjunto morado en cuarta posición de la tabla, con el Real Betis acechando y solamente superado por el San Pablo Burgos, el Flexicar Fuenlabrada y el Movistar Estudiantes, en ese orden. Con unas cuantas jornadas más de buen hacer, los palentinos iban a tener asegurado una suculenta plaza en los playoffs con factor cancha incluído.
Pero el fantasma de las lesiones se aproximaba raudo y sigiloso… Durante el partido que enfrentó a los palentinos contra sus vecinos, el Siibö San Pablo Burgos, Mathieu Kamba sufría una rotura de tendón de aquiles derecho que precisaría de operación quirúrgica inmediata y una larga recuperación que le alejaría de las pistas de baloncesto al menos hasta la siguiente temporada. Además, Lucas N’Guessan el fichaje que venía para reforzar al Palencia tras la marcha de Joshua Mballa, también nos dejaba rumbo al Gipuzkoa… Tiempos duros y complicados se avecinaban para los morados, pero ¿saben qué? Que a pesar de las desafortunadas adversidades, todos dieron la talla. Y eso es algo de lo que hablaremos en la Parte II de este balance.
¡Un saludo!
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