Alemania campeón del Eurobasket 2025

Fotografía de FIBA
1 | 2 | 3 | 4 | T | |
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Turquía | 22 | 24 | 21 | 16 | 83 |
Alemania | 24 | 16 | 26 | 22 | 88 |

Turquía
83
1 | 2 | 3 | 4 | T | |
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Turquía | 22 | 24 | 21 | 16 | 83 |
Alemania | 24 | 16 | 26 | 22 | 88 |
88

Alemania

Turquía
83
-
88

Alemania
-
Q1
22- 24
-
Q2
24- 16
-
Q3
21- 26
-
Q4
16- 22
El campeón del mundo ya es también campeón de Europa. Alemania derrotó a Turquía (88-83) en la final de la EuroBasket 2025 disputada en Riga y alcanzó una cima reservada solo a las grandes potencias históricas del baloncesto. Lo que hicieron la Unión Soviética, la Yugoslavia de oro y, en tiempos más recientes, España, lo firma ahora una selección germana que en apenas cuatro años suma tres medallas internacionales y que, tras conquistar el mundo en Manila, se adueña también de Europa.
La victoria frente a Turquía supone el segundo título continental para Alemania, después del logrado en Múnich en 1993, y confirma a este grupo como la generación más brillante que haya vestido la camiseta negra, roja y dorada. Ante la atenta mirada del presidente Frank-Walter Steinmeier y con miles de aficionados turcos dominando las gradas, el equipo de Alan Ibrahimagic, interino pero cada vez más consolidado, escribió una nueva página de oro para la historia.
Una final al límite
El guion fue de película. Turquía, impulsada por un pabellón que se convirtió en caldera, arrancó como un vendaval (2-13) con Sengun y Osman castigando sin piedad. Alemania parecía no encontrarse, con problemas de faltas tempranas y sin la claridad de su líder, Dennis Schröder. Sin embargo, bastaron unas chispas de Franz Wagner y un inspirado Isaac Bonga para que el vigente campeón del mundo se metiera en el partido. El primer cuarto (24-22) ya reflejaba que la final sería un intercambio sin concesiones.
El segundo periodo fue una prueba de resistencia. Alemania fallaba más de la cuenta y Turquía encontró en Sengun un faro ofensivo imparable. El pívot de los Rockets se ganó el aplauso de todo el pabellón y llevó a los suyos a dominar antes del descanso (40-46). No obstante, el tercer cuarto trajo la reacción alemana: Schröder, hasta entonces apagado, asumió el mando, Obst se sumó con un triple oportuno y Thiemann volvió a ser decisivo bajo los tableros. El equilibrio era absoluto (66-67) y todo se decidiría en los últimos diez minutos.
El pulso decisivo
El cuarto final fue un vaivén de emociones. Turquía tomó ventaja con los triples de Osman y el dominio interior de Sengun, pero Alemania nunca perdió la calma. Bonga, con una actuación memorable desde el perímetro, y Obst, letal en momentos calientes, mantuvieron a su equipo en la pelea. Cuando el marcador señalaba un 76-77 a falta de tres minutos, la final entró en su clímax.
Ahí emergió el carácter campeón. Theis clavó un triple vital, Schröder sumó un par de canastas de pura jerarquía y, con 18 segundos por jugarse, el base transformó el 86-83 que prácticamente sentenciaba. La última bala turca se perdió en un lanzamiento exterior forzado y Schröder rubricó desde la línea de personal el 88-83 definitivo. Alemania podía, ahora sí, gritarlo: campeones de Europa.
Wagner, Schröder, Bonga: los pilares de un grupo coral
La final dejó varias imágenes para el recuerdo. La serenidad de Franz Wagner en los momentos clave, la sangre fría de Schröder en el cierre y la exhibición inesperada de un Isaac Bonga que se convirtió en héroe silencioso. Pero lo más importante fue, de nuevo, la fuerza del colectivo. Alemania no es un equipo que dependa de un solo jugador: es un engranaje que funciona con profundidad de banquillo, sacrificio defensivo y una convicción inquebrantable.
Alan Ibrahimagic, técnico interino que heredó el timón tras los problemas de salud de Álex Mumbrú, destacó al acabar: “Ha sido un partido de altísimo nivel. Turquía nos exigió al máximo, pero la amplitud de nuestra plantilla marcó la diferencia. Esta medalla es el premio a un grupo que nunca deja de creer.”
Una hazaña histórica
Con este título, Alemania logra algo que hasta ahora parecía reservado a muy pocos: ser campeona del mundo y de Europa de forma consecutiva. Solo la URSS, la Yugoslavia de Dražen Petrović y la España de los Gasol lo habían conseguido antes. El baloncesto alemán, que durante décadas vivió a la sombra de Nowitzki, encuentra ahora en Schröder, Wagner, Theis y compañía a un grupo capaz de trascender generaciones.
Desde 2022, cuando se colgaron el bronce europeo, hasta este 2025 triunfal, la selección suma tres preseas internacionales en cuatro años. Un ciclo brillante que ha devuelto el baloncesto al primer plano del deporte alemán.
Fiesta en Riga, recibimiento en Frankfurt
Nada más acabar el partido, la celebración se desató en la pista y en la grada. Los jugadores bailaron, cantaron y compartieron lágrimas de emoción, mientras en Alemania ya se preparaba el recibimiento. Este lunes, en el aeropuerto de Fráncfort, la Mannschaft será recibida como héroes nacionales en un acto multitudinario que servirá de cierre oficial a un EuroBasket que quedará grabado en la memoria.
El círculo se cierra
Hace apenas dos años, Alemania tocó el cielo en Manila. Hoy, en Riga, completa el círculo y se confirma como la gran potencia indiscutible del baloncesto actual. Ha derrotado a Finlandia en semifinales, ha doblegado a Turquía en la final y ha vuelto a mostrar que su combinación de talento, profundidad y carácter competitivo es insuperable.
De Manila a Riga, del mundo a Europa. Alemania ya es la referencia absoluta del baloncesto internacional. Y esta generación de oro, que ya tiene su lugar en la historia, parece dispuesta a seguir escribiendo capítulos inolvidables.
Turquía 83 (22+24+21+16): Larkin (13), Hazer (2), Osman (23), Sengun (28), Osmani (2) -cinco inicial-; Korkmaz (0), Bona (12), Sipahi (3), Yurtseven (0).
Alemania 88 (24+16+26+22): Schröeder (16), Obst (9), Wagner (18), Theis (3), Bonga (20) -cinco inicial-; Hollatz (0), Lo (2), T. Da Silva (13), O. Da Silva (0), Kratzer (0) y Thiemann (7).
Lugar: Riga, Arena Riga
Árbitros: KALLIO, Matthew Leigh, ZURAPOVIC, Ademir (BIH), ROSSO, Yohan (FRA)
Espectadores: 11.000
Fotografía de FIBA
Autor: Vicenç Ropero
