Alemania despierta a tiempo y ya está en cuartos

Fotografía de basketbal-bund.de
1 | 2 | 3 | 4 | T | |
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17 | 14 | 21 | 33 | 85 | |
19 | 17 | 13 | 12 | 58 |

Alemania
85
1 | 2 | 3 | 4 | T | |
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17 | 14 | 21 | 33 | 85 | |
19 | 17 | 13 | 12 | 58 |
58

Portugal

Alemania
85
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58

Portugal
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Q1
17- 19
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Q2
14- 17
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Q3
21- 13
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Q4
33- 12
La selección alemana ya está en los cuartos de final del EuroBasket 2025 tras derrotar a Portugal (85-58). El resultado final refleja una superioridad clara, pero el guion del partido fue mucho más complejo de lo que indica el marcador. Por primera vez en el campeonato, el campeón del mundo se vio contra las cuerdas, incómodo, falto de puntería y obligado a remar durante más de 30 minutos para no verse sorprendido por una selección que partía, sobre el papel, muy por debajo en calidad.
El partido deja varias lecturas: el regreso de Álex Mumbrú al banquillo después de su ausencia por hospitalización, el descubrimiento de la vulnerabilidad alemana y, al mismo tiempo, la confirmación de que este grupo tiene recursos de sobra para ganar incluso en un día torcido. Alemania ya está en cuartos, pero la pregunta que flota en el ambiente es inevitable: ¿qué ocurrirá cuando enfrente a un rival de más nivel?
Un inicio inesperado: Portugal planta cara
La tarde en Riga comenzó con un tono solemne. Antes de que sonara el balón, se guardó un minuto de silencio por las víctimas del accidente de la funicular de Lisboa. Con ese ambiente cargado de emoción, Alemania saltó a la pista con su quinteto habitual: Schröder, Obst, Franz Wagner, Theis y Bonga.
El plan parecía claro: imponer físico, ritmo y jerarquía desde el primer minuto. Sin embargo, el guion se torció enseguida. Portugal salió mejor, sin complejos y con descaro. En apenas dos minutos mandaba 2-7, mientras Alemania no encontraba ritmo ni acierto. La primera canasta alemana con cierta fluidez llegó gracias a un alley-oop entre Wagner y Theis, pero incluso en ese momento las sensaciones eran extrañas: faltaba intensidad, sobraban dudas.
Los lusos apostaban por un juego lento, agresivo atrás y con ataques muy elaborados que rompían el ritmo de la Mannschaft. El primer cuarto se cerró con un corto 17-12, preludio de lo que estaba por venir: un partido mucho más incómodo de lo previsto.
El peor momento de Alemania en el torneo
Si el primer cuarto había sido discreto, el segundo fue directamente el peor tramo de Alemania en lo que va de campeonato. Los triples no entraban (1/18 al descanso), las pérdidas se acumulaban y Franz Wagner se cargaba con dos faltas tempranas que limitaban su presencia.
Portugal, fiel a su guion, ralentizaba cada jugada, defendía con agresividad y jugaba con la desesperación alemana. A los 14 minutos de partido, el marcador reflejaba un sorprendente 21-22 para los lusos. La falta de ritmo, la ansiedad en el tiro exterior y la incapacidad para imponer el físico creaban un escenario totalmente nuevo: Alemania, hasta ahora intratable, parecía bloqueada.
El parcial al descanso (31-32) era toda una advertencia. El campeón del mundo se iba a vestuarios perdiendo por primera vez en el torneo. No era solo un dato, era una sensación: Alemania había dejado de parecer invulnerable.
El regreso de Mumbrú: un líder en la banda
La nota positiva de la tarde llegó desde el banquillo. Álex Mumbrú volvió a dirigir a su selección desde la banda, después de perderse toda la fase de grupos por hospitalización. Su figura, aún con gesto serio y prudente, se notó desde el inicio. El seleccionador participaba activamente en los tiempos muertos, corregía en defensa y daba indicaciones continuas a Schröder.
Su presencia simbolizaba un regreso necesario. El equipo, que había sobrevivido a la primera fase bajo la dirección de Alan Ibrahimagic, ahora recuperaba a la voz principal del proyecto. El triunfo, además de billete a cuartos, significó también el primer paso de Mumbrú en el EuroBasket como seleccionador oficial.
El propio partido se convirtió en un reflejo de esa vuelta: gris, costoso, pero finalmente exitoso. Alemania parecía jugar también por él, como si quisieran dedicarle una victoria que borrara la incertidumbre de los días anteriores.
Maodo Lo rompe el maleficio
El tercer cuarto no trajo una mejora inmediata. El triple seguía sin aparecer (1/24 acumulado), Theis sumaba la tercera falta y Portugal se mantenía a tiro (52-51 al final del periodo). La tensión crecía, el miedo a un tropiezo histórico estaba sobre la mesa y la sensación era que Alemania necesitaba un héroe inesperado.
Ese héroe fue Maodo Lo. En el último cuarto, el base se destapó con tres triples consecutivos que rompieron el maleficio exterior y cambiaron el partido. A partir de ahí, la avalancha fue imparable: Obst también sumó desde la esquina, Tristan da Silva exhibió su desparpajo con un par de canastas de talento y la defensa alemana asfixió definitivamente a Portugal.
El parcial final de 33-7 fue demoledor. De estar contra las cuerdas a ganar de 27 puntos en apenas diez minutos. La diferencia real entre ambos equipos emergió con toda claridad, aunque el camino hasta llegar ahí había dejado cicatrices.
Una doble lectura: fortaleza y fragilidad
El triunfo alemán se puede leer en dos direcciones. La positiva es clara: este equipo tiene la madurez para sobrevivir a un mal día y aun así ganar con solvencia. La profundidad de la plantilla volvió a ser decisiva, con Schröder (16 puntos, 6 asistencias) como líder natural, Lo como revulsivo inesperado y Tristan da Silva confirmando que es mucho más que una promesa.
Pero la otra lectura es inevitable: si Portugal fue capaz de mantener a Alemania contra las cuerdas durante 30 minutos, ¿qué pasará cuando delante esté Serbia, Grecia o Turquía? Rivales con mayor físico interior, mejor talento exterior y más experiencia no perdonarán un 1/18 en triples ni un atasco prolongado en estático.
Esa es la gran incógnita que se abre tras este duelo. Alemania ya no parece invulnerable. Ha mostrado grietas, pequeñas pero visibles, que otros equipos estudiarán al detalle.
Lo que viene: Italia o Eslovenia en el horizonte
El próximo miércoles, Alemania se jugará el pase a semifinales frente al ganador del Italia-Eslovenia. Sea cual sea el rival, la exigencia será mucho mayor que la que planteó Portugal. El margen de error se reduce y la lección de hoy debe servir de aviso: no basta con reaccionar en el último cuarto.
El “viaje de amigos” del que hablaba Daniel Theis sigue en marcha. Ahora con Mumbrú de vuelta en la expedición, el grupo parece más completo que nunca. Pero el torneo ya ha entrado en su fase decisiva y cada tropiezo puede ser definitivo.
Alemania ha demostrado que sabe sufrir, pero aún no ha demostrado cómo se comporta en un partido grande resuelto a cara de perro. La cita en Riga contra Portugal fue un toque de atención. El campeón está en cuartos, sí, pero la sensación es que la verdadera EuroBasket para ellos empieza ahora.
Alemania 85 (17+14+21+33): Schröeder (16), Obst (5), Wagner (16), Theis (8), Bonga (15) -cinco inicial-; Hollatz (0), Lo (12) , T. Da Silva (11), O. Da Silva (2), Kratzer (0) y Thiemann (0).
Portugal 58 (19+17+13+12): Brito (5), Williams (8), Queiroz (2), Lisboa (4), Queta (18) -cinco inicial-; Voytso (0), Amarante (5), Gameiro (7), Relvao (4), Nuno Sa (0), Cándido Sa (5).
Lugar: Riga, Arena Riga
Árbitros: CONDE, Antonio (ESP), HOROZOV, Martin (BUL), VULIC, Martin (CRO)
Espectadores: 2.316
Fotografía de basketbal-bund.de
Autor: Vicenç Ropero
