Borrón y cuenta nueva

El CB starLabs Morón cae derrotado ante un Melilla que se jugaba la vida. En uno de los peores partidos de la temporada.

Las cosas no siempre salen como uno planea. El deseo de todos los aficionados aruncitanos era ver el número 20 en el casillero de victorias de su equipo, lo cual lo hubiera convertido en el mejor segundo clasificado de la historia de la Leb Plata. Teniendo en cuenta que este era el único aliciente que tenían los visitantes y que el conjunto de la ciudad autónoma se jugaba literalmente la vida, está claro que dicho deseo no se tornó en realidad. Los sevillanos, con el playoff a la vuelta de la esquina, no encontraron la garra de la jornada anterior vs. Almansa, puesto que el protagonista de esos momentos de rabia (clave para vencer al conjunto albaceteño), se quedó en casa.

El partido no da mucho de sí para un análisis extenso. Sin embargo, siempre se puede sacar alguna cosa destacable. ¿Cuáles son esos puntos de interés? Lo descubriremos a continuación.

Una primera mitad con dos caras:

Los primeros 10 minutos que marcaban el inicio del partido, distaron mucho de lo que nos tienen acostumbrados los chicos de José Santaella. La habitual salida en tromba brilló por su ausencia. Por el contrario, nos encontramos con un Morón frío, sin velocidad en el juego, y con un desacierto impropio de los últimos tiempos. El Melilla Ciudad Del Deporte no dudó en explotar esta anomalía para tomar ventaja en el electrónico, despegándose hasta los 7 puntos de ventaja. En este momento, el cuerpo técnico moronense decidió llamar a los suyos a capítulo y, trás una arenga, (que nos imaginamos que no fue precisamente tranquila) los jugadores “naranja” empezaron a carburar de la mano del sempiterno Lio Kouadio. Así por fin lograron ajustar el marcador para irse sólo dos puntos abajo. Resultado propicio a tenor de lo visto en este primer período.

¿Qué sería de Morón sin su caraja? Pues evidentemente no serían ellos. La desconexión habitual apareció esta vez en los segundos 10 minutos. Un Melilla indescifrable en ataque, se hacía con el ritmo y con el mando del juego, imponiendo un nivel físico cercano al límite reglamentario. Los andaluces sencillamente no encontraron forma ni manera de adaptarse y sortear todos los contactos propuestos por el rival. Esto generó un atasco bastante considerable en la ofensiva. El plan de partido de Alejandro Alcoba dió sus frutos y los locales se marcharon al descanso con una cómoda ventaja de 11 puntos.

Un abuso desde el triple sin resultados

Al volver a la “duela” tocaba remar de lo lindo, si se quería meter la victoria en el compartimiento del equipaje del avión de vuelta. Con esta realidad en la cabeza, los hispalenses se pusieron el mono de trabajo y fueron al lío ellos mismos; al menos en ataque, donde volvió la fluidez acostumbrada, la buena selección de tiro y, por ende, el nivel de acierto. A nivel defensivo, por contra, el CB Morón seguía sin poder leer el dentro-fuera de los melillenses, que seguían castigando el aro visitante prácticamente en cada posesión. Esta fase de toma y daca dio como resultado un tercer cuarto muy igualado, que cayó del lado de los foráneos por tan sólo un punto. Una ventaja que seguía siendo, a todas luces, insuficiente si se buscaba la remontada. 

Con esta situación, los aficionados que llenaron el García Pezzi se las prometían muy felices y aventuraban un último cuarto colmado de paz y tranquilidad, con los deberes hechos, y el pasaporte en el bolsillo para pelear por el ascenso. Pero a la hidra del CB Morón, hay que cortarle todas las cabezas. Luis Parejo, Lio Kouadio, y Rodri “La Barba” Gómez, se empeñaron en darle emoción al final del encuentro a base de perforar la canasta rival desde más allá del arco; con una serie de tiros de tres digna de los GS Warriors cuando estaban en su “prime”.

A parte de esto, y a buenas horas mangas verdes, apareció el arma naranja más letal: la defensa, que cortocircuita el caudal ofensivo de sus rivales, dejándolos en unos pírricos doce puntos. Este esfuerzo se quedó corto para evitar el naufragio del barco comandado por Santaella, a escasos metros del puerto, quedándose al borde de una remontada como la acontecida años atrás contra Marbella. El nivel de embarre del partido ha quedado inmortalizado con ese 70 – 69. Sin embargo, esta ocasión es un perfecto ejemplo de que no todas las derrotas son amargas. El CB starLabs Morón se fue de Melilla con la cabeza puesta en el Herbalife Gran Canaria B, su rival en los playoffs. Pero eso, como siempre, será otra historia…

Echando el cierre

Con su permiso, haré un pequeño inciso en el desarrollo habitual de las crónicas, para realizar un  breve recap de lo que ha supuesto esta temporada histórica en la noble villa de Morón. Nadie, ni los más optimistas, ni los enfervorecidos miembros de la peña “Camino al Oro”, ni los beligerantes animadores de la grada “El Gallo”, podían siquiera atreverse a soñar con lo que han vivido. 19 victorias, 19 gritos de alegría, el Alameda como un fortín casi inexpugnable que se vestía de fiesta al terminar los partidos. Una comunión entre todas las partes del club, como hacía tiempo no se veía. Un tiempo de gloria que quién sabe cuándo se repetirá. No sólo está feliz el primer equipo ya que la cantera también ha brillado con luz propia esta temporada. El debut de los tres juniors, David Pol, Guillermo Jiménez, y Alberto Martínez, ha sido una buena muestra del crecimiento de las categorías de formación del CB Morón. El trío ha cumplido el sueño de disputar sus primeros minutos plateados. Pase lo que pase a partir de ahora, esta plantilla siempre tendrá un hueco en el corazón de los aficionados del CB Morón.

Ahora sí, nos vemos en los playoffs. Hasta entonces, sed buenos y mucho baloncesto.

Ficha Técnica

Imágenes: Antonio Ramírez/ Feb baloncesto en vivo