El Barris Nord volvió a rugir

El Hiopos Lleida firmó la cuarta victoria de la temporada en una tarde que volvió a recordarnos por qué este equipo ha devuelto la ilusión a toda una ciudad. Triunfo de carácter, de corazón y de identidad ante un Baskonia que llegó tarde a la batalla, pero que cuando lo hizo estuvo a punto de cambiarlo todo. El marcador final (86-80) habla de sufrimiento, sí, pero también de una madurez competitiva que empieza a hacerse reconocible. La verdad es que en los momentos donde tiembla el pulso, el Barris Nord aprieta y sostiene. Y eso también gana partidos.

Vendaval burdeos

El partido empezó con un Hiopos Lleida profundo, intenso, convencido. La zona 2-3 planteada por Gerard Encuentra desactivó por completo al Baskonia, que miraba alrededor sin encontrar aire. El pabellón empujaba, cada defensa era una declaración. Mikel Sanz cerró el primer tramo con un triple sobre la bocina que no solo levantó a la grada: obligó a Galbiati a detener el vendaval (14-5, min.5). Y es que Lleida olía sangre.

Los locales crecían en cada posesión. Ejim dominaba, Krutwig tocaba cada balón, Agada aparecía donde más dolía. El parcial se estiró, casi como sin querer, hasta un 22-2 que dejó al Baskonia sin respuestas (27-7). Fue uno de esos momentos en los que uno se dice: esto no es casualidad. Es trabajo, es química, es identidad. Barris Nord era un rugido continuo. Al final del primer cuarto, el 28-11 hablaba claro, aunque aún había historia por delante.

En el segundo periodo, Baskonia trató de recomponerse, pero el Hiopos Lleida seguía obsesionado con mantener el pulso alto. Simmons y Luwawu-Cabarrot tiraron de orgullo para los vitorianos, pero no era suficiente. Mientras tanto, Agada, eléctrico, incisivo, feroz, se encargaba de sostener el ritmo y ampliar. El descanso llegó con la máxima renta del encuentro (49-28), y la sensación compartida en el pabellón de que se estaba viendo algo grande.

El giro dramático

Tras el descanso, el guión se mantuvo. Cinco puntos seguidos llevaron la diferencia hasta el +26 (54-28) y otro parcial la elevó a +29 (62-33). Fue ahí cuando el partido cambió de tono. Sedekerskis encendió la reacción, el Baskonia apretó líneas, y el Hiopos empezó a sentir dudas por primera vez. La renta cayó por debajo de los veinte. De repente, cada pase pesaba, cada ataque ardía.

El último cuarto fue otra historia. Baskonia, con Nowell y Sedekerskis inflamados, llegó a poner el partido en duda (76-68, min.36). Se encogió el pecho, se recogieron los hombros en la grada. Ese silencio breve que precede a los momentos grandes. Y entonces apareció James Batemon.

No fue una aparición estruendosa. Fue fría, inteligente, serena. Posesiones largas, ritmo controlado, faltas provocadas, puntos desde el tiro libre que valen más que dos. Mientras tanto, Ejim cerraba el partido como lo había empezado: enorme, con 17 puntos, 7 rebotes y 26 de valoración que son puro oficio, pura jerarquía.

Barris Nord volvió a llevar el partido con él, y la victoria se quedó en casa. La cuarta. La que se celebra con un suspiro largo y una sonrisa profunda. Porque este Hiopos Lleida va en serio.

Ficha técnica

86 – Hiopos Lleida (28+21+17+20): Batemon (19), Ejim (17), Agada (18), Diagne (4), Sanz (5) – cinco inicial – Paulí (2), Zoriks (5), Golomán (6), Jiménez (4), Shurna (-) y Krutwig (6).

80 – Baskonia (11+17+19+33): Simmons (18), Villar (6), Diallo (10), Sedekerskis (8), Diop (-) – cinco inicial – Diakite (3), Nowell (13), Kurucs (4), Luwawu-Cabarrot (15), Spagnolo (3), Frisch (-).

Árbitros: Antonio Conde, Jorge Martínez y Ariadna Chueca. Eliminados Diagne (Hiopos Lleida) por cinco faltas, y Diakite y Simmons (Baskonia) por cinco faltas.

Incidencias: partido de la sexta jornada de la Liga Endesa disputado en el Barris Nord ante 5.408 espectadores.

Autor: José Manuel Gómez 

Foto: x (twitter) Hiopos Lleida.