El Hiopos Lleida reaccionó tarde

El Pabellón de Tàrrega respiraba baloncesto de verdad. Segundo Memorial Òscar Solé, gradas llenas y ese murmullo previo a los grandes duelos. El Hiopos Lleida empezó como un relámpago: un parcial 0-4, defensa agresiva, ritmo alto… el tipo de arranque que hace levantar a la grada. Durante un instante, parecía que la noche podía teñirse de gesta.

Pero el Bilbao Basket, dirigido por el tarraguense Jaume Ponsarnau, no tardó en demostrar por qué es un equipo forjado para la Liga Endesa. Un triple con falta adicional de Jaworski abrió la brecha y, casi sin darnos cuenta, el electrónico se inclinaba hacia los vascos. El primer cuarto fue un monólogo bilbaíno: cada error leridano era castigado al instante, cada duda se convertía en un contraataque fulminante. El 0-16 de parcial en el segundo tramo del primer tiempo fue un golpe helado: de soñar con dominar a ver cómo la ventaja subía hasta los 21 puntos (35-14).

En el descanso, el marcador (53-31) pesaba como una losa. Y es que Bilbao respondía a cada tímido arreón del Hiopos con otra canasta que cortaba cualquier conato de reacción. Ponsarnau manejaba el duelo con la precisión de un ajedrecista, mientras Gerard Encuentra buscaba soluciones entre rotaciones y tiempos muertos.

El Bilbao Basket impone su ley en Tàrrega

La segunda mitad empezó igual: triples de Normantas y Font, máxima diferencia de 30 puntos (67-37) y una sensación amarga en las gradas. El Hiopos tocaba fondo… pero no se rindió. Y es que este equipo, por encima del cansancio —tres partidos exigentes en una sola semana pesan en las piernas—, tiene orgullo. Jiménez, Walden y Zoriks encadenaron una serie de triples que levantaron a la afición. De repente, el marcador (72-58) invitaba a creer.

En el último cuarto, el Hiopos hizo la goma, recortando y volviendo a ceder terreno, jugando más con el corazón que con las fuerzas. A falta de pocos minutos, llegó a ponerse a solo nueve puntos (85-76). La grada rugió. Pero el Bilbao Básquet supo gestionar el tramo final con oficio, tirando de músculo interior y de experiencia para cerrar el choque 95-82.

“Primero la mentalidad, después el carácter”

Al término del partido, Gerard Encuentra no buscó excusas. “Nos ha faltado frescura y mentalidad, además de un punto de carácter”, admitió con franqueza. Lamentó también el dominio en el rebote: “Nos han rebotado mucho más, y en cualquier pelota dividida llegaban antes que nosotros”. Sus palabras sonaron casi como una hoja de ruta para lo que viene: “Primero la mentalidad, después el carácter, y a partir de aquí, temas baloncestísticos”.

El Memorial Òscar Solé, además de rendir homenaje a una figura muy querida del baloncesto leridano, sirvió para medir el pulso de un Hiopos Lleida que sigue construyéndose. La derrota duele, claro. Pero también deja destellos: la reacción a base de triples, el carácter de un grupo que no se deja ir incluso cuando la noche parece cuesta arriba. Y es que, a veces, las derrotas enseñan más que las victorias. En Tàrrega, el Bilbao Basket se llevó el trofeo, pero el Hiopos Lleida salió con lecciones que, a la larga, pueden valer mucho más.

Ficha técnica

BILBAO BASKET:  (29+24+24+18) Jaworski (22), Petrasek (9), Pantzar (10), Sylla (8), Font (11) -cinco inicial- Normantas (6), Frey (7), De Castro (0), Krampelj (6), Hillard (9), Zecevic (0), Hlinason (7).

HIOPOS LLEIDA: (14+17+27+24) Batemon (4), Walden (9), Ejim (2), Paulí (13), Krutwig (2) -cinco inicial- Agada (4), Zoriks (10), Goloman (2), Diagne (14), Sanz (0), Jiménez (16), Shurna (3), Llorente (3).

Árbitros: Perea, Baena y Alcaraz. Sin eliminados

Autor: José Manuel Gómez Foto: x (twitter) Hiopos Lleida