Fiesta Agridulce

El CB starLabs Morón se marchará a Ibiza con una ventaja de nueve puntos que debieron ser más.

Una nueva religión se ha instalado en la provincia de Sevilla; más concretamente en Morón. Los aficionados, que ya tenían un templo donde profesar su fe, han abrazado ahora la doctrina de un profeta: José Antonio Santaella. El cordobés, junto a su grupo de apóstoles, predica jornada tras jornada en el Alameda. Su mensaje ha calado hondo en los corazones de los parroquianos: esfuerzo, trabajo, constancia y talento son la base de este nuevo credo: El “santaellismo”. No sabemos si la labor profética, que durante nueve meses han llevado a cabo el staff técnico junto a los jugadores, culminará con una fecha histórica o no. Lo que es seguro es que tras la victoria del pasado sábado ante Sant Antoni Ibiza, este equipo está a un paso de ascender a los cielos y convertirse en eterno para los fieles aruncitanos.

Por una vez y, sin que sirva de precedente, haré un inciso antes de comenzar con la crónica. Desde que empecé a escribir en Basket Pasión nunca me he quejado del arbitraje; dejando de lado mi opinión, mis conocimientos y el resultado. Siempre he mantenido el respeto hacia esos señores y su labor (que es la más difícil) dentro de una cancha. Por ese respeto no voy a enumerar los fallos de ambos colegiados del sábado (alguno de bulto). Pero si hago una petición a la Federación: Por favor dadles formación, enseñarles a trabajar bajo presión, haced lo que sea necesario. De lo contrario, la brecha entre el nivel arbitral y el nivel de la competición será tan espectacular, que acabará por tornarse insostenible. Jugándose lo que se juegan los clubes a estas alturas de temporada, se merecen el mejor arbitraje. Y si el de este primer partido por el ascenso es el mejor arbitraje que puede ofrecer la FEB, todos tendremos la potestad de gritar: “Houston, tenemos un problema”. Ahora sí vamos a lo que nos atañe.

Salida apoteósica

Balón al aire, comenzaba el tiempo de los valientes, de los héroes del sábado. En los primeros compases se notó la importancia de lo que se estaba jugando: mucha intensidad, pero muy poco acierto; mucho corazón y poca cabeza. Poco les duró este estado alterado de conciencia a los locales, que a partir del minuto dos se dieron a la labor de minar la confianza rival mandando un mensaje claro: “Aquí mandamos nosotros”.  No hubo piedad. En un abrir y cerrar de ojos los aruncitanos habían mandado a la lona por primera vez a sus rivales, con un parcial de 15-4 que los obligaba a refugiarse en su esquina para frenarlo, e intentar encontrar una solución. Si bien a la vuelta del receso Sant Antoni comenzó a encontrar a Uclés y a sentirse un poco más cómodo en ataque, la defensa ibicenca era incapaz de contener a unos locales desatados que continuaban en estado de gracia. 25-15 al finalizar los primeros diez minutos y una sensación en el aire: esto es muy largo pero a más de 20 por cuarto no nos ganan.

Despierta Ibiza

No dudábamos que, en algún momento, los baleares harían acto de presencia en la pista para apretar las tuercas al CB Morón. Lo que tal vez no esperábamos es que sólo fuese en un cuarto; menos aún, que fuese en el segundo, en vista de cómo terminó el anterior. Parece que la bronca de David Barrio sacó del letargo a sus jugadores que entraron con otra intensidad, subieron el nivel de contacto y atascaron la lucidez en ataque local. Uclés, con la ayuda de Grimau, se postulaba como el arma ofensiva principal visitante, llenando de dudas la hasta ahora perfecta defensa moronense. Este esfuerzo titánico, en pos de acercarse en el marcador, no tuvo para nada la recompensa esperada. Es cierto que San Antoni recortó la ventaja, ganó el cuarto y exhibió una mejor cara. Pero Morón seguía en media de veinte por cuarto y con una renta de 7 al descanso, que potencialmente los llevaba a un más 14 al finalizar el encuentro.

Tercero de máximas

El espejismo de la efectividad defensiva visitante se disipó con suma facilidad al volver de los vestuarios. El quinteto sevillano volvió a tocar tambores de guerra, tirándose al cuello con una furia desmedida que nadie pudo contener. En unos minutos de juego excelso, propinaron un parcial de 19-9 desatando la alegría  en las gradas y dejando a Barrio sin soluciones en la libreta al verse 17 abajo. En los últimos tres minutos, el conjunto local sintió el cansancio de esa salida iracunda, desconectó el cerebro en ataque, comenzó a seleccionar mal los tiros y dio un poco de aire al San Antoni Ibiza. Sin embargo, los jugadores ibicencos no pudieron  aprovechar ese respiro para acercarse a una distancia que le permitiera soñar con regresar a las islas con una victoria. El marcador de 62-50 engañaba a todos los presentes puesto que la sensación era de control total absoluto por parte del starLabs.

Cuarto bronco

Me gustaría tener algo mejor que contar del último periodo del encuentro, pero es que no lo hay. El partido se volvió feo, bronco, embarullado y todos los adjetivos que quieran ponerle para describir la gresca. Todo esto impedía que el juego fuese fluido. Parecía que ambos conjuntos ya tenían la cabeza puesta en el segundo enfrentamiento. Solo algunos destellos de calidad de Javi Marin, ponen la cuota de espectáculo que exige el Alameda. Gracias a una serie de fallos y decisiones arbitrales (cuanto menos cuestionables) la diferencia local terminó siendo de 9 puntos, suficiente para que el pabellón fuese una fiesta, pero corta visto el desarrollo del encuentro.

El próximo sábado tendrá lugar el partido de vuelta en Ibiza, donde ambos equipos se lo jugarán todo. Pero eso es otra historia. Como siempre sed buenos y mucho baloncesto.

Ficha Técnica

CB starLabs Morón:  Kouadio (20) Marín (11) Jiménez (5) Santos (9) Martín (5) Gómez (2) Planell (2) Pavrette (10 ) Parejo (10).

Sant Antoni Ibiza: Tomaic (7) Haro (3) Uclés (15) De la Rúa (10) Grimau (12) Da Silva (14) Casanova (4)

Imagen: X Sant Antoni Ibiza.