La ilusión de un primer artículo
Aún recuerdo, en aquellos años, pues al 2009 se le puede calificar de “aquellos años” cuando por las redes sociales antiguas alguien contactaba conmigo contándome una historia de escribir de baloncesto y cubrir al Cajasol, pues esa época me pilló en Sevilla y Cajasol era quien donaba artes del baloncesto (no como ahora).
En un principio no hice ni caso. Pobre Albert. Pero él insistía y yo rechazaba su invitación a escribir. No me veía yo en esas lides. ¡Quién me ha visto y quién me ve!
Pero al final yo, amante del baloncesto, accedí a escucharle. Era un proyecto virtual que no entendía mucho pues yo soy de chuparme el dedo para pasar páginas, pero ¡coño!, cubrir al Cajasol para Bkball (después Planeta Deporte) podía ser un lujo que no cualquiera pudiera tener al alcance.
Así fue cuando el líder y jefe del proyecto, Jordi, al que años después sigo alabando y sigo queriendo por todo lo que ha hecho por mí, se pone al teléfono y me explica. Quizás a alguien le choque eso de explicar un proyecto de baloncesto por teléfono, ja ja ja.
Yo la única condición que puse era que mi economía estaba enfocada a la familia. Que no me importaba hacerlo sin cobrar pero que no podía gastarme más. Hay que tener en cuenta que hoy televisan todo, pero antes no. Y Jordi lo luchó y lo solucionó. Y este menda, hiciera frío o calor estaba en el Palacio de los Deportes San Pablo, con su ordenador, su bolígrafo y su cuaderno.
Alucinante el primer día. Zona de prensa a un metro de la línea de fondo. Absorto y emocionado por la situación. Una sonrisa que me dividía la cara en dos. Y después a la rueda de prensa. ¡Qué más se puede pedir!
Pero llegó el momento en el que me tenía que enfrentar a mi primer artículo. ¡Cómo reflejar tanta intensidad! ¡Cómo conciliar una palabra con otra para que algo de sentido tuviera en todo aquello!
Pero lo escribí y lo mandé. Sí, a varios correos. Y puse la coletilla de: si hay que corregir algo, me lo decís.
Y efectivamente había que corregir. El artículo era excesivamente corto y solo mostraba los nervios del nobel escritor. Tenía que serenarme y conseguir alargar aquello de na forma que no pareciera caótica. Y lo mandé una segunda, tercera, cuarta… y lo tuve que repetir una segunda, tercera, cuarta…
Hasta que ya, con un artículo medio bueno, hecho a base de consejos de los demás, decidieron que estaba en condiciones de publicarse. Y así se hizo.
Y este que suscribe, lo vio. Articulazo a nombre de Javier Romo. Cualquier puerta se quedaba estrecha. Era la sensación de sentirse útil. Era lo más. “Er Romo” empieza su andadura escritora.
Año 2023 me encuentro dirigiendo Basket Pasión y me sigo emocionando cuando veo un artículo mío publicado en la web en la que invierto horas. Y sigo comprendiendo la felicidad que provoca que una persona se vea con un escrito en el maravilloso mundo de internet. Y me alegro por ellos y así lo intento hacer ver toda vez que alguien entra por la puerta de Basket Pasión porque algo como amar el baloncesto le ha gustado.
Hoy le ha tocado a Martina, nuestra colaboradora en Tarragona. La anterior fue Nuria, la de C. B Alginet. Dos situaciones parecidas. Dos menores de edad, 16 años, que cuando se han visto con su primer artículo en la web, morían de contentas.
¿Les vamos a negar el momento de sentir esa sensación? No seré yo.
Pero no me quedo ahí. Les puedo nombrar la situación de Toño, Verena, Nerea´s, Álvaro, Gema, Yus (porque ya es Yus), Laura o todos aquellos que siguen y las decenas que han pasado por esto y han sentido ese hormigueo en el estómago.
Sé lo que es eso. Porque me pasa con cada uno de mis artículos aquí en Basket Pasión, o con cada uno de mis poemas allá donde los escriba. Se esa sensación que se hace presente siempre.
Y eso es muy fácil. ¿Quieres sentirlo? Llámanos. Así de fácil.
PD: Jordi, si me lees, esto es por tu culpa.
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