María, por gente como tú, gente como yo ama el baloncesto
Y llegó el día en el que este idiota, pseudo escritor, pseudo entendido en el arte del periodismo, totalmente enamorado del baloncesto, cumpliera uno de sus sueños: estar a 2 centímetros de María España… Estar rozándola.
A María se la ve venir. Es pureza, es nobleza, es sonrisa, es simpatía, es baloncesto, es… mucha, pero que mucha educación. Es María España.
Hablé con ella hace un par de semanas y le pedí una entrevista, porque los dos íbamos a coincidir en Zamora. Y si este vejestorio tenía ganas de algo, al menos que fuera de llorar por estar al lado de María España.
Así fue. Teniendo en cuanta que el tiempo delimitaba la extensión de la entrevista, había que rentabilizar.
Ella, al final del partido, se puso a mi disposición. Mientras yo intentaba mitigar mis nervios y que no se notasen. Sé que no lo conseguí pero me da literalmente igual.
Empecé la entrevista con estas palabras:
Cuando uno ha estado junto a Bea Sánchez, Sarah Polleros, con Arturo Álvarez, Douglas Mills, Lucía Méndez, Andrea Hernangómez, por poner ejemplos, es que a uno le gusta esto del baloncesto. Pero si el remate de la temporada es estar con la enorme jugadora con la que estoy ahora, uno puede decir literalmente: “ya me puedo morir”.
Y no exagero. Es tan solo lo que pienso.
Así fue el sueño
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