Obradoiro 2024/25: Historia de un naufragio.

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El club que comenzó el curso como claro candidato al ascenso, se vio superado en una liga más dura de lo que esperaba y con un plantel que no rindió de acuerdo a su caché.

Analizamos en este artículo el devenir del equipo compostelano por la Primera Feb de esta temporada. Un equipo recién descendido que partía en primera línea de parrilla junto a Estudiantes, Burgos, Palencia y Betis y que acabó defraudando en juego y resultados pese a los ímprobos esfuerzos por apuntalar la plantilla, una plantilla desequilibrada desde el inicio.

Primera época: Gonzalo convence en palabras pero no en juego.

La renovación de Gonzalo Rodríguez Palmeiro justo hace un año, representó un soplo de ilusiones en la masa obradoirista. Gonzalo, gran persona y obradoirista de pro como buen compostelano, había mamado baloncesto por todos los clubes de la ciudad y madurado durante muchos años al lado de Moncho Fernández.

De inicio conformó un equipo revolucionario con mucho manejador de balón y fiables artilleros. Como decía en sus entrevistas, «No vamos a jugar con un uno fijo, sino que todo el mundo puede y va a hacer de todo». Esta idea de juego total, cuajó de inicio en el imaginario blanquiazul, pero la cosa habría salido bien si fuésemos los Lakers de Magic ; pero no lo eramos.

Con muchos jugadores de perímetro, a saber Arroyo, Quintela, Rigo, Leimanis y Davison, ninguno de ellos era capaz de coger la batuta del equipo, y las posesiones se hacían horrorosas sin sacar ninguna ventaja en los primeros 20 segundos de juego para finalizar tirándose castañas que no solían entrar.

Para más inri, y con Álvaro Muñoz todavía lesionado, nuestros treses sólo descansaban en el buen hacer de Millán Jiménez, que era el único que rindió en esa posición a principios de temporada, con un Micovic casi desaparecido que se veía que no iba a asumir galones en el equipo, pese a venir con buenos números de la liga lituana y jugar a buen nivel competición europea.

No teniendo base, tampoco teníamos cinco, pues el bueno de Jake Stephens, gran persona desde luego, pero muy mediocre rendimiento. Nos dejó grandes actuaciones como en la Copa Galicia ante Leyma con un gran tiro exterior, pero con los primeros partidos de liga se vio que pese a su envergadura no era un hombre de zona y eso era lo que nos hacía falta. La falta de ritmo de Stevic aún agrandó más el agujero que tuvimos en el cinco y que sangró al equip este primer tercio de liga.

Para recomponer el equipo se fichó a un pivot con prestigio como Balvin con Rati para reforzar el base en el pack. Pese a que con Balvin se mejoró en rebote defensivo no se pudo ganar en Palencia, se venció in extremis a Betis y se volvió a perder en casa con Fuenlabrada, entre finales de Noviembre y Diciembre.

Las derrotas dolorosas de principios de temporada en Madrid y Cartagena, no ayudaban a la moral gallega, y así con un balance de 7/5 se asumió que se comenzaba a perder el ritmo de la liga y que se necesitaba un revulsivo. El 17 de Diciembre se cesa a Gonzalo, una crisis institucional recorrió las calles de Compostela, pues desde su vuelta a la élite en 2009, nunca se había cesado a un entrenador.

Félix Alonso en una previa de partido ante Palencia.

Félix Alonso e ideas nuevas.

Hector Galán el director deportivo se decantó para reflotar la nave con un entrenador de su gusto, viejos conocidos de la liga, Galán intentó traer a alguién experimentado que supiera de que iba la liga, que era una de los problemas que se le achacaban a Gonzalo, su falta de conocimiento de la Primera Feb.

Pero la cosa de inicio no mejoró, de hecho se entró en modo desastre con tres derrotas seguidas ante Castelló, Ourense y Alicante. El equipo tocó fondo y se pensó en que esta temporada casi era mejor pasarla como se pudiera y repensar un nuevo equipo para el otoño del 2025.

Estábamos a mediados de Enero y el parcial era demoledor 7 victorias y ocho derrotas y a punto de salir de los puestos de play off, con unos equipos de la parte de arriba que no fallaban

Félix venía hablando desde su llegada que su principal preocupación era la defensa y ahí se notó su trabajo, llegaron varias victorias y el equipo se iba recomponiendo.

El Consejo de Administración decidió apostar fuerte y llegaron a principios de Febrero tres fichajes de relumbrón: Brozyanski, Faggiano y Barcello le dieron al equipo un salto de calidad enorme. Se llegó a la final de Copa España, y se consiguieron 11 victorias seguidas, si exceptuamos la derrota en Burgos, un Burgos que ya iba lanzado para la ACB.

Se consiguió, algo impensable a mitad de liga, como fué llegar hasta la quinta plaza y conseguir factor cancha en las eliminatorias, cosa que se antojaba muy importante (aunque no lo fue).

Caída del Imperio Obradoirista.

Al igual que Roma, Obradoiro cayó cuando nadie lo pensaba, un gigante con pies de barro titulamos hace días un artículo dedicado a la derrota en Palencia y no puede serlo más significativo. Un equipo con grandes nombres no rindió.

Brozyanski que había impactado en el equipo los primeros partidos fue apagándose poco a poco, Balvin no rendía en ataque lo que se le suponia y Barcello pese a su lucha con defensas insufribles también tuvo sus vaivenes. El caso es que los últimos partidos de liga se veía un equipo agotado mentalmente y fisicamente, mal dirigido y con errores típicos de principiantes.

Los partidos contra Palencia, Betis y Tizona se ganaron in extremis, se perdió claramente en Fuenlabrada y se perdió estrepitosamente ante Gipuzkoa.

Al final de liga, quintos de milagro pero quintos, un bagaje de 23/11 y la mejor defensa de la liga; pero el equipo volvía a estar peligrosamente en una dinámica negativa y tocaba un hueso duro como Palencia.

Era la crónica de una muerte anunciada; Palencia pese a claudicar en el primer encuentro en Fontes do Sar, ganó de manera holgada el segundo y en su casa no falló en dos partidos igualados donde las ganas y el rebote además del acierto le dieron el pase a la F4 y dejó a los nombres de Obradoiro con un canto en los dientes.

Toca refundación.

Estamos en unos días de reflexión, con las dudas de quien asumirá la presidencia del equipo, si seguirá Héctor Galán como máximo responsable del área deportiva de la entidad y de los primeros movimientos en cuanto a jugadores y nuevo entrenador. Toca esperar, hacer harakiri mental y volver a ilusionarse en un nuevo proyecto porque en Compostela, nos gusta el baloncesto.

Imágenes: Obradoiro CAB, Boletín de Historia.

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