¿Qué cara se nos queda ahora?

La situación ya empieza a cansar y empeora cada vez que salimos de casa, otra derrota del Estu ante un rival directo, y además el de esta vez el que más nos influye y duele. Hemos perdido el derbi con el Fuenlabrada y les hemos dejado la segunda plaza. 

Un duelo además muy sufrido donde se acusó claramente la nula defensa de Kravic, que se hace más visible ante uno de los mejores pívots de la liga como es Nwogbo. 

La parte más formal

Vamos a empezar con lo principal de una crónica, el análisis del partido. Como ni con un cambio de entrenador cambian las cosas, la misma tónica de partido que la mayoría de la temporada, con un inicio ilusionante, metidos en el partido y jugando como un equipo normal. 

Todo perfecto hasta ese punto, se acaba el primer cuarto 16-25 con buenas sensaciones, pero sin olvidar que el Fuenla también es un coco. Y al igual que acababan los primeros 10 minutos empezaban los siguientes, con acierto desde la línea de 3, con Kravic a lo suyo jugando en la zona como lleva acostumbrando con Lezkano. El juego en ataque era fluido, en defensa, aunque se dejaban espacios, el rival fallaba, así que aprovechando eso pusimos la máxima de 9 puntos con el 30 a 39. 

A partir de aquí empezó el desastre de siempre. Obviamente se pueden tener rachas de buen juego, es lo que es el baloncesto. Pero lo que no puedes permitir es que te quiten el partido de las manos cuando vas ganando de esa manera y mostrarte débil ante tu rival. Claramente, lo  aprovechó el Flexicar Fuenlabrada para empatar el partido y presentar su candidatura a no defraudar a su afición y ganar este tenso derbi.

Junto con este resurgimiento fuenlabreño apareció Lotanna Nwogbo, a quien todos esperábamos, y que sacó al parqué del Fernando Martín de nuevo su mejor versión, para instalarse debajo de tablero y en la ofensiva local llevar todo el peso nunca ante un Dejan Kravic que lo de defender se lo debió dejar en categorías infantiles, porque no hace ni el intento. Pues nada, mates de la bestia física para provocar el tiempo muerto de Natxo, que llevaba un cabreo monumental, justificado porque sabe que no está haciendo las cosas bien tampoco, que no todo es culpa de los jugadores. Y tras el tiempo no cambió para nada el momento de partido, se puso el 40 a 41 en el marcador para 40 segundos después del anterior tiempo del banquillo estudiantil, pedir otro porque a los jugadores parecía que les había hablado en su lengua natal el técnico vasco. 

Después de este segundo parón se reaccionó un poco, volviendo a ponerse con una pequeña ventaja de 5 puntos. Pero aparecía Leo Westermann con 5 puntos seguidos para acabar la primera parte y llevar el partido al descanso con un empate a 47 en el electrónico. A pesar del empate, rotundo parcial de 31 a 22 del segundo cuarto a favor de los que vestían de azul, y había que cambiar bastantes cosas. El partido estaba más reñido que nunca y la segunda parte no iba a ser menos. Necesitábamos que Devin Schmidt apareciera (cosa que no hizo), y que Kravic se pusiera a defender un poquito. También están centrados para no tener todas esas desconexiones que nos matan y estamos cansados ya de repetir.

Un tercer cuarto sin mucho más, con las canastas sucediéndose, aunque los de Toni Ten se lo tenían más creído y tenían la mentalidad que debe tener un equipo ganador. Fueron los que llevaron la voz cantante, llegando a ponerse 7 puntos arriba. Pero el Estu sabía reaccionar y conseguir empatar el encuentro. Así finalizó este cuarto, que tuvo un pique interesante entre Granger y Travis Munnings.

Para el último cuarto poco cambió. Un equipo tenía que ganar y le tocó los del sur. Gracias a aprovechar la nula defensa de Kravic con Nwogbo, y mezclado con la línea exterior y tiros abiertos. En ataque se contrarrestaba con el ataque del Estu y la calidad individual.

Comenzaba lo que iba a ser la lucha final con 68-68 y un Movistar Estudiantes que parecía que podía llevar la voz cantante. Pero pronto se acabaría, pues la afición empujó y el Fuenlabrada, con un 2+1 y un triple se activó por completo y ya fue difícil remar en contra hasta el final del partido. Final agónico porque se intentó de todas las maneras llegando hasta los 4 puntos a falta de 6 segundos, sin tiempo para más. Final con 97 a 91 y fiesta fuenlabreña.

Para reflexionar

Ahora solo hay que seguir dándole las gracias, irónicamente, a la cabecita que pensó que era buena idea despedir a Rivero tras 7 victorias consecutivas quedando el calendario probablemente más complicado de la liga. Llevamos 3 visitas ante los equipos más en forma de la competición, con los que tendremos que luchar al ascenso, las 3 se han perdido mostrando inferioridad. 

Es una situación complicada para todos. Jugadores, cuerpo técnico, y más para la afición, por el palo duro de ver como en cuanto a resultados llevábamos el mejor balance de las 4 temporadas, y ahora se ha echado para atrás todo. Ahora solo son malas caras, pesimismo. Poco queda donde agarrarse, solo a los partidos en casa, que contra rivales inferiores claro que ganamos. Pero está visto que nos pilla un equipo de nuestro nivel y nos destroza. Precisamente estos equipos son los que están en los play off y en la Final Four, y ya sabemos lo bien que se nos dan estos minitorneos. 

Son sentimientos de impotencia, de ver que por mucho que intenten cambiar las cosas la base del juego sigue estando en aquel que, aunque se ganará, no dejaba buenas sensaciones. 

Ficha técnica:

Árbitros: Javier Ávila, Jesús Marcos Martínez, Jorge Caamaño

Flexicar Fuenlabrada 97 (16+31+21+29): Westermann (14), Durán (11), Munnings (9), Iván Cruz (5), Nwogbo (21) – quinteto inicial – Matulionis (3), Jorgensen (11), Zurbriggen (10), Bilbao (4), A. Miguel (0), McGrew (9), Okito (0)

Movistar Estudiantes 91 (25+22+21+23): Granger (17), Francis Alonso (11), Rubio (6), Alderete (2), Kravic (18) – quinteto inicial – Andric (8), Sola (2), Schmidt (2), Díaz (8), J. Rodríguez (11),  Garino (0), Barro (6)

Cambiar la cara en poco tiempo y no cagarla

Poco descanso para los jugadores, que el martes vuelven a jugar ante su afición, en este caso en el Magariños contra un Grupo Alega Cantabria que llega necesitado de victorias para salir del descenso con el que llevan toda la temporada jugando, aunque ya sabemos que la parte baja de la tabla es la selva y hay muchos equipos igualados. No hay que confiarse y aunque parezca un equipo débil, nos la puede liar, sobre todo porque tiene jugadores de una calidad increíble.

Ellos vienen de perder en casa contra el Burgos, nos hubieran hecho un favor si les hubieran ganado, aunque casi lo hacen, se les escapó la victoria en los últimos minutos. 

También llevan una temporada cambiante, con relevo en el banquillo y Lolo Encinas llegando para revertir la situación e intentar salvar al equipo. También cambio en la plantilla, han llegado 3 fichajes, entre ellos, el ex estudiantil Hansel Atencia. Un equipo donde sobre todo destaca Mirza Bulic en el juego interior. Es de esos que nos pueden hacer mucho daño porque es un coge rebotes, lucha todo, y además, las mete desde fuera. Y por ello es un jugador diferencial de esta liga. Se le unen también los anotadores de este equipo que le acompañan, son Spencer Littleson o el propio Atencia, que ha mejorado mucho en su tiro, sobre todo desde la línea de 6,75.

En el duelo de ida, victoria aparentemente tranquila para el Estu por 75 a 91, pero en aquel duelo también se mostraron debilidades. De repente parecía que el equipo había desaparecido, había salido del pabellón, y solo quedaban unos cuerpos indefensos ante los ataques rivales y sin saber anotar.

Quedan pocas jornadas ya para terminar la liga regular y pensar en los playoffs, donde cada vez se mira con peor cara. Pero todo puede pasar y los milagros ocurren. Tenemos calidad de sobra y un entrenador que se supone también la tiene, aunque no la está demostrando. 

Foto extraída de las redes de Movistar Estudiantes

Pd: Pedro Rivero está libre