Sexta derrota seguida
Foto: x (twitter) Hiopos Lleida
| 1 | 2 | 3 | 4 | T | |
|---|---|---|---|---|---|
| 33 | 21 | 24 | 25 | 103 | |
| 24 | 20 | 25 | 17 | 86 |
Basquet Girona
103
| 1 | 2 | 3 | 4 | T | |
|---|---|---|---|---|---|
| 33 | 21 | 24 | 25 | 103 | |
| 24 | 20 | 25 | 17 | 86 |
86
Hiopos Lleida
Basquet Girona
103
-
86
Hiopos Lleida
-
Q1
33- 24
-
Q2
21- 20
-
Q3
24- 25
-
Q4
25- 17
El Hiopos Lleida volvió a marcharse de vacío, esta vez de Fontajau, tras caer ante un Bàsquet Girona más sólido y, sobre todo, más constante a lo largo de los cuarenta minutos (103-86), en una mañana que deja sensaciones encontradas y una realidad que empieza a pesar en la mochila del equipo ilerdense.
Porque la verdad es que el marcador final vuelve a ser duro, quizá demasiado, para un Lleida que compitió durante muchos tramos, que tuvo momentos de orgullo y de baloncesto reconocible, pero que volvió a pagar caro sus desconexiones, esa fragilidad que aparece cuando el partido se inclina ligeramente cuesta abajo.
Desde el salto inicial se vio a un Hiopos Lleida valiente, atrevido, con ritmo, encontrando el aro desde el perímetro y castigando con un 4/4 en triples que sorprendió al público local y obligó al Girona a remar desde atrás, con James Batemon asumiendo galones y dejando claro desde el primer minuto que su regreso no iba a ser discreto.
Sin embargo, y es que esta historia empieza a repetirse, al buen arranque visitante le siguió una reacción local contundente, sostenida desde el rebote ofensivo y el acierto exterior, con Pep Busquets y Needham castigando cada pequeño desajuste defensivo del Lleida, que pasó en apenas unos minutos de mandar a ir siempre a contracorriente.
Batemon resiste, pero el equipo se diluye
A pesar del golpe, el Hiopos Lleida no se descompuso del todo, encontró oxígeno en la energía de Oriol Paulí, en la constancia de Melvin Ejim y en los destellos de Batemon, que asumía tiros complicados y sostenía al equipo casi en solitario cuando el partido amenazaba con romperse demasiado pronto.
El segundo cuarto dejó un mensaje claro, además: el Lleida necesitaba casi rozar la perfección para mantenerse cerca, mientras que el Girona encontraba puntos desde muchos focos distintos, con una rotación larga y siete jugadores aportando valoración, algo que a la larga acaba marcando diferencias.
Aun así, el conjunto de Gerard Encuentra no dejó de intentarlo, ajustó atrás, subió el nivel físico y logró que el partido no se desangrara antes del descanso, aunque el 54-44 ya empezaba a reflejar esa sensación incómoda de ir siempre uno o dos pasos por detrás del rival.
Tras el paso por vestuarios llegó otro momento delicado, otro inicio cuesta arriba, con el Girona subiendo una marcha más y el Lleida acumulando faltas en jugadores clave como Batemon, Ejim y Golomán, una losa demasiado pesada cuando enfrente hay piernas frescas y confianza.
Y aun así, cuando parecía todo decidido, apareció ese orgullo ilerdense que no se negocia, ese arreón que llevó al Hiopos Lleida a acercarse, a creer durante unos minutos que el partido podía reabrirse, con Batemon ya desatado y Ejim castigando cerca del aro, devolviendo algo de fe al banquillo y a los pocos aficionados desplazados.
El mismo desenlace y una racha que empieza a doler
Pero la realidad fue tozuda, como viene siendo en las últimas semanas, y cuando el partido entró en su tramo decisivo, el Girona volvió a demostrar por qué en su pista se siente cómodo, por qué maneja mejor los finales y por qué ahora mismo está un paso por delante en confianza y estabilidad.
Un par de triples, un mate que levantó Fontajau y un parcial demoledor terminaron de romper el partido, mientras el Hiopos Lleida se iba apagando poco a poco, sin gasolina y sin respuestas, viendo cómo otra oportunidad se escapaba entre los dedos.
El 103-86 final deja cifras claras y sensaciones todavía más evidentes, con un James Batemon extraordinario (27 puntos) pero demasiado solo, con destellos individuales que no logran esconder un problema colectivo que empieza a ser preocupante: seis derrotas consecutivas, demasiadas para un equipo que necesita reencontrarse consigo mismo cuanto antes.
Porque competir está bien, pelear es obligatorio, pero la Liga Endesa no espera a nadie, y el Hiopos Lleida necesita transformar esos buenos tramos en partidos completos, cerrar mejor los parciales y creer, de verdad, que puede sostener el pulso durante cuarenta minutos.
Ahora toca mirar adelante, apretar los dientes y no perder la identidad, porque el calendario no da tregua y esta racha, si no se corta pronto, puede acabar pesando más de la cuenta en lo anímico. Y en eso, más allá de sistemas y estadísticas, el Lleida se juega mucho más que una victoria.
Rueda de prensa de Gerard Encuentra y Moncho Fernández
Ficha técnica
103 – Bàsquet Girona (33+21+24+25): Livingston II (11), Needham (13), Martínez (5), Fernández (18), Maric (2) -cinco inicial-; Busquets (11), Geben (13), Hughes (14), Vildoza (9), Susinskas (6) y Ferrando (1).
86 – Hiopos Lleida (24+20+25+17): Batemon (27), Agada (2), Ejim (15), Sanz (13), Diagne (6) -cinco inicial-; Paulí (14), Walden (5), Goloman (1), Shurna (-), Zoriks (3) y Krutwig (-).
Árbitros: Cortés, Castillo y Esteve. Eliminaron a los visitantes Goloman (min. 34) y Agada (min. 40).
Incidencias: Partido de la Jornada 12 de la Liga Endesa disputado ante 5.478 aficionados en el Pavelló de Fontajau, en Girona.
Autor: José Manuel Gómez
Foto: x (twitter) Hiopos Lleida

