Un gran paso hacia la permanencia

Cuando todo parecía perdido, cuando la derrota asomaba como una losa y el Covirán Granada se relamía con la victoria, James Batemon y Luka Bozic decidieron que no, que esta mañana en el Palacio de los Deportes no estaba escrita para los nazaríes. Que este Hiopos Lleida había venido a luchar, a creer y a conquistar. Y así fue. Desde el abismo del 62-50 en el minuto 34, el equipo de Gerard Encuentra se agarró al partido con uñas y dientes, remontó 13 puntos, forzó la prórroga y acabó golpeando con el martillo del destino a un Granada que terminó derrotado y hundido en la zona de descenso.

Un primer tiempo para olvidar

No fue un partido fácil, ni mucho menos. De hecho, durante 30 minutos, el Hiopos pareció otro equipo. Lento, fallón, sin ideas. Un Covirán Granada con la soga al cuello salió a morder desde el primer minuto, sabiendo que perder en casa significaba complicarse la vida. Lo hizo con un juego duro, físico, intenso, con Amin Noua (23 puntos, 6 rebotes) dominando en ambos lados de la pista y el debutante Omar Silverio (13 puntos, 5 rebotes) dejando su carta de presentación.

El 21-12 del primer cuarto ya dejó claro que los de Pablo Pin iban a por todas. En el segundo, lejos de reaccionar, el Hiopos se diluyó aún más, incapaz de romper la telaraña defensiva del rival y condenado por su desacierto. Al descanso, un 43-31 pesaba como una losa. Las sensaciones eran pésimas.

Un golpe en la mesa… y la tormenta perfecta

Pero este Hiopos Lleida, cuando ve la desesperación cara a cara, es capaz de dar un paso adelante. Poco a poco, sin hacer ruido, el equipo fue rascando puntos, afilando la defensa y encontrando luz en el túnel. Paulí y Bozic tiraron del carro al inicio del tercer cuarto, pero cada vez que Lleida apretaba, Granada respondía. Entre Noua, Silverio y Bamforth, los locales aguantaron el envite y se fueron al último cuarto con +12 (62-50).

Y ahí, cuando el tiempo se agotaba y los fantasmas aparecían, llegó la tormenta perfecta. Batemon se encendió. Como un pistolero que nunca falla en el momento clave, el escolta estadounidense dejó claro por qué fue el máximo anotador de la liga australiana. Tiros imposibles, penetraciones letales, triples quirúrgicos. 17 puntos entre el último cuarto y la prórroga. Una exhibición para recordar.

El 62-50 del minuto 34 se convirtió en un 64-65 en el 37′. Granada se quedó sin gasolina y vio cómo, con la fiereza de un equipo que huele la sangre, el Hiopos Lleida le daba la vuelta al partido. Pero aún quedaba drama.

Cuando el Covirán Granada parecía desmoronarse, una última reacción los devolvió a la vida. Se pusieron 73-68 en el minuto 39 y tocaron con los dedos la victoria. Pero este Hiopos Lleida es un equipo de lucha. Muric, el esloveno silencioso, el que siempre está cuando se le necesita, clavó un triple monumental para empatar el partido (73-73) y forzar la prórroga.

Ahí, en los cinco minutos finales, la historia ya estaba escrita. Batemon siguió a lo suyo, Bozic impuso su ley y Paulí aportó puntos clave. Granada tuvo tres tiros para forzar la segunda prórroga, pero falló los tres.

Cuando sonó la bocina final, el marcador reflejaba 82-85. El Hiopos Lleida había obrado el milagro. Un triunfo que vale su peso en oro. Que acerca la permanencia. Que deja tocado a un rival directo. Y que demuestra que este equipo, cuando cree, es capaz de cualquier cosa.

Esto es baloncesto, esto es la Liga Endesa.

Ficha técnica

82 – Coviran Granada (21+22+16+14+9): Scott Bamforth (15), Sergi García (2), Valtonen (4), Noua (25), Rubén Guerrero (2) -cinco inicial-, Omar Silveiro (13), Iván Aurrecoechea (11), Ndiaye (3), Rouselle (7), Giorgi Bezhanishvili (0) y Tomàs (0).

85 – Hiopos Lleida (12+19+16+26+12): Batemon (23), Walden (7), Oriol Paulí (15), Madsen (2), Pierre Oriola (3) -cinco inicial-, Bropleh (3), Villar (9), Bozic (17), Hamilton (3), Muric (3) y Hasbrouck (0).

Árbitros: Luis Miguel Castillo, Iyán González y Fabio Fernández.

Incidencias. Partido de la vigésimo tercera jornada de la Liga Endesa disputado en el Palacio de los Deportes de Granada, con lleno absoluto con ocho mil espectadores en las gradas.

Foto: X Hiopos Lleida.