Una infamia que genera duda

A veces en uno le asalta la duda si salir de la escritura de las literales previas y crónicas. El acontecer de los minutos en un momento explícito, entiéndase ese momento como margen de un par de horas, le hace variar el contenido de un artículo. Y este es uno de los casos.

Eso y que tampoco hay mucho que contar sobre el partido que ayer se disputó en el Pabellón Multiusos entre el Cáceres Patrimonio de la Humanidad y el Lobe Huesca La Magia, en el que los locales no rozaron el ridículo: lo hicieron. Perdimos (si se gana, ganamos todos; si se pierde, perdemos todos) por 49 – 73.

No es el qué, es el cómo

Supongo que con ese ínfimo marcador, queda todo claro. El Cáceres, líder de la Conferencia Oeste antes de empezar el partido. No dio la talla en ninguno de los cuartos, en ninguno de los minutos de los 40 jugados… ¡Bueno, de los 40 minutos transcurridos!

El balón no quería entrar. Sus 19 de 68 en tiros de campo o sus 3 de 28 en tiros de dos dan fe de la afirmación. Pero la desgana se podía cortar con cuchillo. E incluso al final del partido hubo pitos a lo visto, que fue cualquier cosa menos un partido de baloncesto.

Cierto es que Erikas Kalinicenko, nuestro máximo artillero está lesionado. Cierto es que nuestro base titular, Óscar Alvarado, está lesionado. Pero de ahí a que nadie estuviera a la altura hay una brecha importante.

¿Estamos preparados?

Es la gran pregunta. Si Cáceres Patrimonio de la Humanidad está preparado para batirse en duelo con Palmer Basket. Y la respuesta a esa pregunta es la gran duda. Por lo visto en los 4 últimos partidos donde se pierden 3 (Salud de Archena, Damex Udea Algeciras y Lobe Huesca La Magia) de una manera estruendosa, la duda se convierte en respuesta negativa. Los de Murcia nos llegaron a ganar de 24, los de Algeciras de 23. Aunque en ambos partidos el marcador maquillara el juego. Y ayer de 26… y en casa.

No sabemos qué pasara el domingo en casa contra Palmer Basket y ójala se gane y se saque la garra que se ha visto muchas veces.

El derecho a “la ida de olla”

Quede claro que desde Basket Pasión la única orden impuesta es el respeto al equipo que se defienda y al rival, al igual que a los colegiados y la libertad para escribir con ese respeto.

Que amo a mi Cáceres venga con el nombre del patrocinio que pueda venir, y cada una de las personas que conforman tan maravilloso club. Y el respeto por ellos tiene un listón tan alto que dudo que nadie lo pueda superar.

Y entiendo que en un momento delicado “se nos vaya la olla”, como ayer pasó en rueda de prensa. Y aquí quiero ser explícito. Javi Romo jamás hizo una pregunta que pudiera molestar a nadie, sino todo lo contrario. Me encanta ir a los partidos porque lo vivo, y me encanta ir a las ruedas de prensa porque me lo paso bien haciendo preguntas aun con la situación de ayer. Y de hecho soy el único que pregunta, como ayer, si se produce la ausencia, como ayer, de un tocayo.

Y ayer era día de respeto. Del respeto de una charla inoportuna hacia una persona que no merecía esa regañina. Pero ¿qué hubiera pasado si no solo a una persona, sino a esas dos se les aviene “la ida de olla”?

Pues se hubiera liado. Y eso que llegó un momento en el que tuve que pedir perdón porque una pregunta no se me entendió. No porque estuviera echa con mala intención, que no lo estaba.

Mi respeto al derecho a una inoportuna salida de formas. Pero no sé qué me pasa que últimamente me las llevo todas

Y no solo es esto. En mi exilio zamorano, me entero que es molestia preguntar tanto por un jugador joven. Y ayer como réplica o desvío del tema principal, se acudía a por qué no se preguntaban por otras cosas como por ese jugador joven. Lo que ayer era blanco, hoy es negro.

Se me quedaron preguntas en el tintero, pero el diálogo estaba roto ya y las ganas se difuminaron al igual que las ganas de jugar a los jugadores. Me hubiera gustado preguntar por esa preciosa y constante charla al árbitro, digna de cualquier master de dirección en la cancha, y alguna pregunta más. Pero, lo dicho, la charla estaba rota.

Por supuesto que hay que agradecer lo conseguido. Y de eso nadie duda. O al menos yo. ¡Jamás! Pero si tengo/tenemos derecho a dudar de lo que ha pasado en los 4 últimos partidos. Los números están ahí.

Yo el domingo iré al Pabellón Multiusos a animar, a desgañitarme, a acabar afónico si la emoción me lleva a ello. Y espero que ese maravilloso público acuda en masa, porque estoy seguro que los jugadores darán todo lo mejor de cada uno.

Y lo haré por una sola razón: amo al Cáceres.

49 Cáceres Patrimonio de la Humanidad: Jubril Adekoya 2, Cándido Sa 6, Jamonta Black 12, Óscar Alvarado 0, Fer Sierra 2, Rubén Salas 4, Edu Gatell 2, Pedro García 2, Nico Marina 5, Nikola Rakocevic 9, Dani Rodríguez 2, Nacho Arribas 3.

73 Lobe Huesca La Magia: Mohammed Olutokunbo 12, Héctor Figueroa 10, Pablo Marín 5, Danil Shelist 7, Charles Knowles 0, Rodrigo Gómez 16, Alex Rubin 2, Martín Iglesias 2, Lysander Bracey 10, Guillem Vázquez 9