Bendiciones
La vida te da gratas sorpresas. Uno tiene amigos por doquiera lugar de este planeta porque fui hecho para vivir con la maleta hecha para en cualquier momento partir. Eso me hace conocer culturas, otras gentes y por supuestos tener más amigos.
Hoy me levantaba, temprano como siempre, y en mi móvil había un mensaje cuya primera palabra era “Bendiciones”. Evidentemente la sonrisa me creció en la cara sin la necesidad de leer más.
Ese buen despertar era de mi amigo Douglas “Bendiciones” Mills al quien pensaba estaba por su zona de conforto, ese Puerto Rico que no conozco y que deseo pisar algún día con él.
Lo poco que intercambié con él eran todo buenas noticias. La primera era que estaba bien de salud, tanto él como los suyos. Que estaba en España y que pronto tendrá la nacionalidad. Y lo mejor para quien adore el baloncesto es que está jugando. Y ver jugar Douglas Mills es lo mejor que le puede pasar a cualquier persona que ame este deporte.
Lo tenemos por Galicia. En esa extensa y difícil Liga EBA, con el Estudiantes de Lugo desde el mes de febrero. Y le prometí escribir algo de él cuando regresase a España. Y…
Aquí estoy Douglas
Sé que a la lectura de este artículo, otro de mis amigos, Eros López, parte importante de Basket Pasión me llamará para pedirme tu contacto y hablar contigo. Y Douglas, es que tú ya sabes que Basket Pasión es familia y tú eres familia.
Un tío con 35 años al que le queda mucha vida en el baloncesto. Cáceres y Logroño saben de él. Y ahora Lugo y Estudiantes de Lugo con quien ha jugado 8 partidos hasta la fecha con una media de 18.9 puntos por partido. Y eso nada más llegar, sin casi adaptación.
Porque una vez se adapta va y “te clava” 36 puntos, te coge 7 rebotes, imparte maestría con 4 asistencia y se rebela con el contrario para recibir 4 faltas. Esto pasó el último partido. El jugado en casa contra Círculo Gijón, aunque perdieron el partido por 75 – 98.
¿Y esos números?
Para los que conocemos a Douglas, no nos extraña nada. Es un jugón, no solo para él sino para el equipo. Humilde, con una bondad increíble. De esas personas que uno tiene que tener a su lado aunque las distancias personales superen los miles de kilómetros.
Cuando estuvo en Cáceres tuve la gran suerte de entrevistarle, de saber de él y de emocionarle, tal que así:
Señoras y señores, con ustedes Douglas “Bendiciones” Mills.
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