Alemania ante Montenegro, sin Mumbrú

Fotografía de basketball-bund.de
La espera ha terminado. Este miércoles 27 de agosto, la campeona del mundo inicia en Tampere su camino en el EuroBasket 2025, una cita que Alemania afronta con la máxima ambición y con la presión añadida de ser el rival a batir. El estreno no llega, sin embargo, en las condiciones deseadas: Álex Mumbrú, seleccionador nacional y llamado a liderar desde el banquillo esta nueva etapa tras el exitoso ciclo de Gordie Herbert, no podrá dirigir el partido inaugural frente a Montenegro. El técnico catalán fue hospitalizado en Finlandia por un proceso infeccioso y, aunque su estado evoluciona favorablemente, aún no está confirmado cuándo podrá reincorporarse al grupo. En su ausencia, Alan Ibrahimagic asumirá las funciones de entrenador jefe en un debut que no pierde por ello un ápice de trascendencia.
Mumbrú, hospitalizado
La baja de Mumbrú abre inevitablemente un interrogante sobre la gestión del grupo. Alemania llega con una plantilla de enorme talento y experiencia, pero la figura del seleccionador cobra especial valor en un torneo corto, donde cada decisión puede marcar el rumbo. En este sentido, el liderazgo de jugadores como Dennis Schröder y Franz Wagner será aún más determinante: el primero, capitán y referencia emocional del equipo, ya demostró en el pasado que es capaz de echarse a la espalda la responsabilidad en momentos de dificultad; el segundo, consolidado como una estrella de la NBA en Orlando Magic, se ha convertido en el gran argumento ofensivo de un combinado que apuesta por el dinamismo, el tiro exterior y la agresividad defensiva como principales señas de identidad.
El rival del debut, Montenegro, llega a la cita con objetivos mucho más modestos. Para el conjunto balcánico, superar la fase de grupos ya supondría un éxito, y el duelo ante Alemania representa, más que una obligación, una oportunidad para medirse a la élite continental. La figura de Nikola Vučević, veterano pívot de los Chicago Bulls encarna la esperanza de un equipo en plena transición. A sus 34 años, el que fuera protagonista del primer EuroBasket disputado por Montenegro como nación independiente afronta probablemente su última gran cita con la selección. Junto a él, jugadores como Marko Simonovic o el recién fichado por el Covirán Granada, Jovan Kljajić, intentarán sumar recursos en un plantel donde el talento es mucho más limitado y donde el nacionalizado Kyle Allman puede aportar desequilibrio en el perímetro.
Gran reto para Montenegro
Los antecedentes no invitan al optimismo montenegrino. En la fase de clasificación para este mismo EuroBasket, Alemania se impuso con claridad en los dos enfrentamientos directos, ambos con diferencias de dos dígitos que reflejaron la distancia entre ambas selecciones. A ello se añade la irregular preparación del cuadro de Bosko Radovic, que alternó derrotas ante potencias como Grecia y Francia con victorias convincentes frente a Israel y Bosnia, una muestra de que su nivel competitivo puede fluctuar en función del rival.
La diferencia de aspiraciones es evidente. Mientras Alemania llega a Tampere con la mirada puesta en las medallas, consciente de que defender la corona continental reforzaría su condición de nueva potencia europea tras el oro mundialista de 2023, Montenegro busca afianzarse en la élite y ganar experiencia para sus jóvenes valores. Todo ello configura un escenario en el que los alemanes parten como claros favoritos, avalados por la profundidad de su rotación, la intensidad que imprimen en defensa y la capacidad de decidir partidos desde el talento individual. Obst, Theis, Voigtmann o Bonga ofrecen alternativas sólidas más allá de la pareja estelar, y esa amplitud de recursos suele ser diferencial ante selecciones de segundo escalón.
Alemania debe dominar
El plan de partido parece claro: Alemania intentará imponer un ritmo alto desde el inicio, presionar líneas de pase y castigar las pérdidas para generar puntos rápidos al contraataque. Montenegro, por el contrario, deberá apoyarse en la experiencia de Vučević en la pintura, en el control del rebote y en un juego más pausado que minimice las transiciones alemanas. Si el encuentro se abre a un intercambio de canastas y a un ritmo vertiginoso, las opciones balcánicas se reducirán considerablemente.
Más allá de lo estrictamente deportivo, este estreno servirá para medir la capacidad de Alemania de abstraerse de la ausencia de su seleccionador. El impacto emocional de no contar con Mumbrú en el banquillo puede convertirse en una dificultad añadida, pero también en un elemento de cohesión interna. El grupo ha insistido en que llega preparado, y el relevo provisional de Ibrahimagic debería garantizar continuidad en el trabajo técnico. Aun así, el reto no es menor: debutar en un EuroBasket siempre implica nervios y exigencia, y Alemania sabe que cada tropiezo en la fase de grupos puede tener consecuencias importantes en el cruce de octavos.
En definitiva, el choque entre Alemania y Montenegro abre el telón de un EuroBasket que promete emociones fuertes. La campeona del mundo afronta el reto con ambición y con la confianza de ser el bloque más sólido del continente, aunque deberá lidiar con la incertidumbre de no contar con su nuevo seleccionador en la puesta de largo. Al otro lado, un equipo balcánico que buscará dar la sorpresa y que se encomienda a la veteranía de Vučević para resistir el vendaval germano. El balón al aire a las 15:30 horas (MagentaSport y RTL) marcará el inicio de una nueva aventura para Alemania, que quiere comenzar su defensa de la corona dejando claro que, incluso en la adversidad, sigue siendo el rival a batir en Europa.
Fotografía de basketball-bund.de
Autor: Vicenç Ropero
