El Hiopos Lleida cae con orgullo

Hay tardes de pretemporada que, aun sin trofeos en juego, se sienten grandes. El Palau d’Esports Catalunya respiraba baloncesto desde el primer minuto, y el Hiopos Lleida salió a la pista con la determinación de un equipo que no entiende de etiquetas. El triple inicial de Alfonso Plummer pareció marcar territorio para el BAXI Manresa, pero la respuesta ilerdense fue un rugido: un parcial de 12-0 que levantó a más de uno del asiento. Caleb Agada, recién aterrizado y ya con galones, volaba entre defensores y firmaba canastas que destilaban confianza. En apenas unos minutos, el marcador (27-20) hablaba de ambición y de un equipo que, aunque aún se está construyendo, sueña en grande.

Un arranque que hizo soñar

Gerard Encuentra, desde la banda, pedía cabeza mientras el público disfrutaba del descaro de los suyos. Pero Manresa, un viejo zorro en estas lides, sabía esperar su momento. Álex Reyes empezó a castigar desde media distancia, y Dani Pérez —el tipo que parece tener un mapa del parqué en la cabeza— repartía asistencias como quien reparte calma en medio de la tormenta. Poco a poco, el BAXI apagó el incendio y, tras un 7-15 de parcial, devolvió el golpe hasta empatar el partido antes del descanso (47-47). El propio Reyes, que ya sumaba 19 puntos en la primera parte, lo resumió con sinceridad: “Tenemos 20 minutos para mejorar la imagen”. Era un aviso.

Un desenlace que dolió… pero también ilusionó

El tercer cuarto fue, simplemente, una montaña rusa. Manresa salió más agresivo, y aunque James Batemon, eléctrico y valiente, firmó un 2+1 para cortar la mala racha, Plummer castigó con dos triples seguidos que pesaron como losas (54-64). El Hiopos empezó a perder ritmo: algunos pases que no llegaron, un par de rebotes que se escaparon entre las manos… y un triple sobre la bocina de Dani Pérez (63-76) que cayó como un jarro de agua fría. En esos momentos, cualquiera pensaría que el partido se había acabado. Pero este Lleida no conoce la palabra rendición.

Ejim, Paulí y Batemon se conjuraron en silencio. Subieron líneas, defendieron cada posesión como si fuera la última y obligaron a Manresa a mirar de reojo el marcador. Mikel Sanz, con un triple valiente, encendió a la afición y despertó la duda en las filas rivales. De repente, el Palau volvió a rugir. El Hiopos rozó la gesta, a solo un par de detalles del milagro. Sin embargo, Reyes —otra vez Reyes— apareció para clavar un lanzamiento exterior que puso hielo en la emoción. Un par de tiros libres cerraron la victoria para Manresa, pero no apagaron el orgullo ilerdense.

Y es que hay derrotas que saben a promesa. Lo de Tarragona no fue un simple 90-95: fue una declaración de intenciones. Fue ver a Agada lanzarse a por cada balón, a Batemon retar a defensas más altos, a Ejim levantando al banquillo con un mate furioso. Fue comprobar que este Hiopos Lleida tiene alma. Puede que no haya trofeo en las vitrinas esta vez, pero lo que quedó sobre el parquet fue un mensaje: este equipo no solo compite, sino que emociona. Y cuando un grupo es capaz de emocionar en septiembre, cuidado con lo que puede lograr cuando de verdad haya algo en juego.

Ficha técnica

90 – Hiopos Lleida (27+20+15+27): Goloman (0), Zoriks (5), Agada (21), Shurna (0), Sanz (8) -cinco inicial- Batemon (20), Walden (3), Ejim (8), Paulí (8), Diagne (3), Jiménez (8), Krutwig (2).

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​95 – BAXI Manresa (20+27+29+19): Benitez (5), Plummer (14), Knudsen (7), Steinbergs (8), Golden (9) -cinco inicial- Ehiogu (8), Reyes (22), Ubal (6), Obasohan (5), Bergseng (-), Izaw-Bolavie (0) y Pérez (8).

Incidencias: Primer partido correspondiente a la 46ª edición de la Lliga Catalana ACB.

Autor: José Manuel Gómez 

Foto: x (twitter) Hiopos Lleida