Examen serio en Tenerife para la España de Mateo
Fotografía de FEB
La Selección, reforzada tras el triunfo en Dinamarca, afronta ante Georgia una prueba de mayor calibre en el Pabellón de Deportes de Tenerife Santiago Martín, en el primer partido en casa de la era Chus Mateo.
La clasificación hacia la Copa del Mundo 2027 apenas acaba de empezar, pero el calendario ya obliga a España a mirar con atención el próximo paso. La victoria en Dinamarca (64-74) no solo abrió con buen pie el camino hacia Catar, sino que sirvió para comprobar que la nueva etapa tiene cimientos sólidos: debut victorioso de Chus Mateo en el banquillo, primeras oportunidades para los dos únicos seleccionados que aún no habían vestido la camiseta, y un partido muy notable de Great Osobor, el interior británico-español que deslumbró con 12 puntos y 8 rebotes. La sensación general fue la de una Selección reconocible, comprometida y con margen de crecimiento. Pero ahora llega una curva más pronunciada. El siguiente oponente, Georgia, promete elevar el listón de exigencia desde el salto inicial.
Choque serio
Porque si Dinamarca representó el umbral de entrada a estas Ventanas, Georgia se presenta como el primer examen serio. Una selección que, no hace tanto, derrotó a España en el EuroBasket y que mantiene una identidad competitiva basada en su dureza física y su estructura interior. Los georgianos llegan a Tenerife tocados por su derrota en Tbilisi ante Ucrania, un golpe inesperado que les obliga a reaccionar con premura para no quedar descolgados desde el inicio. Y a los rivales heridos nunca conviene concederles demasiadas opciones. Por eso, el duelo de este domingo se proyecta como uno de esos encuentros que pueden tener una relevancia más profunda de lo que parece a simple vista.
Más allá del contexto competitivo, el partido estará rodeado de nombres muy familiares para el aficionado español. Georgia es una selección con aroma ACB, con jugadores que llevan años asentados en la liga y que conocen bien nuestro baloncesto. El primero, evidentemente, es Tornike Shengelia, jugador del Barça y líder emocional del combinado caucásico, que llega tras un sobreesfuerzo casi maratoniano: Euroliga por la noche, viaje exprés de madrugada y partido con Georgia apenas unas horas después. A su lado, un clásico absoluto, Gio Shermadini, símbolo del Lenovo Tenerife y que será homenajeado en su propia casa, en un Santiago Martín que lo ha visto dominar durante años y que este domingo vibrará con él… aunque por una vez esté en el bando contrario.
La nómina de “georgianos con acento español” no termina ahí: Beka Burjanadze (Granada), Duda Sanadze (Palmer Basket, Primera FEB), George Korsantia (Gipuzkoa, Primera FEB), Thad McFadden (Menorca, Primera FEB) o Mate Khatiashvili (Baskonia) conforman un grupo que conoce muy bien el ritmo, la intensidad y la lectura del baloncesto español. Y si algo caracteriza a Georgia es precisamente esa mezcla entre físico y conocimiento del juego, dos ingredientes que pueden poner en aprietos a cualquier rival. Sin embargo, las bajas pesan. Mucho. Ni Bitadze, ni Mamukelashvili, ni el nacionalizado Baldwin estarán presentes en Tenerife, y eso convierte al conjunto caucásico en un rival peligroso pero mermado, obligado a recurrir a su orgullo para compensar la ausencia de sus grandes pilares interiores.
Sin “Euroligas”
España, por su parte, afronta el encuentro con una claridad de ideas que ha marcado desde el primer día el discurso de Chus Mateo. Pese a que la Euroliga no impide convocar jugadores, el seleccionador ha decidido no llamar a ningún jugador de los equipos españoles de la competición salvo el caso particular de Izan Almansa. Su mensaje es firme: trabajar durante la semana con un grupo, generar química, definir roles y mantener la coherencia competitiva. “No me parecería un buen mensaje entrenar con unos y que luego vinieran los Euroliga”, explicó el seleccionador. Y ese criterio —más emocional que reglamentario— define bien la filosofía de esta primera etapa.
Mientras otras selecciones europeas sí han integrado piezas procedentes de la Euroliga, España ha apostado por un grupo compacto, estable, muchas veces acostumbrado a este tipo de citas y con una identidad muy clara. Y a su manera, esto convierte el partido de Tenerife en algo especial: el primer encuentro de la era Mateo ante la afición, el primer momento para que el nuevo seleccionador reciba el calor del público, para que la Selección sienta de nuevo el refugio de casa y para que esa construcción del equipo avance un paso más.
El Santiago Martín será un escenario inmejorable. La Familia regresa a la isla seis años después y lo hace en un partido que puede resultar clave para la clasificación. Jugar en casa, tener el impulso de la afición y presentarse con buenas sensaciones tras el triunfo en Dinamarca convierte a España en favorita. Pero nadie dentro del vestuario se engaña: Georgia, incluso mermada, es un rival incómodo, intenso, con talento ofensivo y con jugadores acostumbrados a competir en entornos exigentes.
Homenaje a Shermadini
El partido, además, llega con un componente emocional evidente. No todos los días se homenajea a un jugador como Shermadini, uno de los interiores más dominantes de la última década en la ACB. Su presencia —aunque sea en el bando contrario— dará al duelo un tono casi simbólico, una conexión sentimental que solo el baloncesto puede generar: la estrella local jugando contra España… y recibiendo un homenaje por parte de un pabellón que lo quiere como a uno de los suyos.
Entre lo deportivo y lo emocional, la previa deja una conclusión clara: España está ante un partido serio, un desafío que pondrá a prueba la capacidad del equipo para mantener su identidad ante un rival que mezcla urgencia y talento. Si el triunfo en Dinamarca sirvió para inaugurar la era Mateo con buenas sensaciones, superar a Georgia permitiría convertir la ilusión en impulso, el impulso en solidez y la solidez en un mensaje inequívoco hacia el resto del grupo.
El encuentro se disputará este domingo 30 de noviembre a las 19:45 horas (peninsular), en el Pabellón Santiago Martín de La Laguna (Tenerife). La ruta hacia la Copa del Mundo apenas está empezando, pero cada paso cuenta. Y este, por circunstancias, rival, escenario y momento emocional, cuenta más de lo habitual.
España quiere continuidad. Georgia quiere reacción. Y Tenerife quiere baloncesto del grande. El domingo, todas esas voluntades chocarán en la pista. Y la Selección sabe que es uno de esos días en los que vale tanto lo que se juega como cómo se juega.
Fotografía de FEB
Autor Vicenç Ropero

