El alma no se mide en el marcador

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Foto: José Manuel Gómez

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Lleida1122192072
Tenerife2016153384

Hiopos Lleida

72

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Lleida1122192072
Tenerife2016153384

84

La Laguna Tenerife

Hiopos Lleida

72

-

84

La Laguna Tenerife

  • Q1
    11- 20
  • Q2
    22- 16
  • Q3
    19- 15
  • Q4
    20- 33

La fiesta ya estaba escrita en el guion. La salvación, rubricada con sudor, orgullo y baloncesto del bueno, era razón más que suficiente para que el Espai Fruita Barris Nord se vistiera de gala este domingo. Pero el deporte, como la vida, a veces mezcla celebración y tristeza en el mismo vaso. La Laguna Tenerife, sin su comandante habitual Txus Vidorreta —ausente por indisposición—, amargó la tarde a un Hiopos Lleida valiente pero castigado (72-84), que dio la cara, luchó como siempre… y acabó aplaudido como pocas veces.

Desde el salto inicial, el conjunto tinerfeño dejó claro por qué pelea por la segunda plaza de la Liga Endesa. Los de Juan Manuel Gatti, al mando por sorpresa, arrancaron con un ritmo eléctrico que pilló a contrapié a los de Gerard Encuentra. Shermadini imponía ley bajo los aros y los visitantes firmaban un parcial frío como una losa (11-20). El Barris, sin embargo, aguantaba. Porque ya sabe que este equipo siempre vuelve.

Batemon incendia la grada y devuelve la esperanza

El segundo cuarto fue una sinfonía desde el 6,75. Hasbrouck, Madsen y Batemon convirtieron el parqué en una verbena de triples, levantando al público y obligando al Tenerife a pedir tiempo muerto (20-24). Cada punto se celebraba como una gesta. Batemon, que firmó un recital de 24 puntos y 30 de valoración, encadenó dos lanzamientos que pusieron a los suyos a un suspiro del empate.

Pero justo cuando parecía que llegábamos al descanso abrazados al milagro, Shermadini —imperial toda la tarde— volvió a golpear y mandó a los aurinegros con ligera ventaja al túnel de vestuarios (33-36).

Y entonces ocurrió. Rafa Villar desde la esquina y, acto seguido, otro and one de Batemon encendieron definitivamente el pabellón (41-40). Por primera vez en la tarde, el Hiopos mandaba. Por fin, el alma podía más que el físico. Por fin, la narrativa era la que queríamos. Durante varios minutos, los leridanos gobernaron con el pulso firme y la mirada limpia, llegando a tener +6. Pero Tenerife nunca se fue. Y Fitipaldo, con sangre fría, enchufó un triple sobre la bocina del tercer cuarto para dejar todo en un suspiro (52-51).

El inicio del último asalto fue letal. Tenerife salió más conectado, más certero, más consciente de lo que había en juego. Abromaitis, Cook y un Shermadini incansable firmaron un parcial demoledor. El Hiopos, pese a pelear, se quedó sin gasolina. Los últimos minutos fueron un tributo al esfuerzo: el de los jugadores, el del cuerpo técnico, y el de un público que volvió a demostrar que Barris Nord no entiende de derrotas, solo de fidelidad.

La ovación que lo dice todo

El marcador final (72-84) fue lo de menos. Porque cuando sonó la bocina, la grada se puso en pie. Porque el objetivo está cumplido, porque el baloncesto ha vuelto a nacer en Lleida, y porque este equipo, con sus virtudes y sus límites, ha dado una lección de coraje durante toda la temporada. Hoy ganó Tenerife. Pero el alma de este Hiopos no hay quien la frene.

Barris Nord cayó, sí. Pero cayó de pie. Y eso, en esta liga de gigantes, es una victoria más. Esto es baloncesto, esto es la Liga Endesa.

Ficha técnica

72 – Hiopos Lleida (11+22+19+20): Batemon (24), Villar (3), Paulí (10), Bozic (10), Oriola (6) – cinco inicial- Wiggins (3), Walden (3), Bropleh (3), Madsen (3) y Hasbrouck (7).

84 – La Laguna Tenerife (20+16+15+33): Fernández (4), Fitipaldo (17), Scrubb (12), Schermadini (19), Doornekamp (7) -cinco inicial- Kramer (2), Kostadinov (-), Huertas (11), Badji (-) y Abromaitis (12).

Árbitros: Emilio Pérez, Sergio Manuel y Fabio Fernández. Sin eliminados.

Incidencias: Partido correspondiente a la trigésimo segunda jornada de la fase regular de la Liga Endesa disputado en Barris Nord (Lleida) ante 5301 espectadores.

Foto: José Manuel Gómez

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