Mucha naranja, poco pulpo.

El Valencia basket se impone con autoridad a un Obradoiro que siempre estuvo por debajo en el marcador y que no pudo hacer frente a un equipo naranja muy sólido.

Enfrentarse a los equipos de Euroliga, es como chocar contra el Titanic; puede ser que te pasen al lado casi sin tocarte, o simplemente aplastarte casi sin quererlo, esto último es lo que pasó ayer en Fontes do Sar.

Ilusión previa.

Había una ilusión enorme en la afición, que acudió en masa a ver el partido que apretó todo lo que pudo y hasta estuvo «En Pé» hasta que Obradoiro no metió su primera canasta. Por otro lado era el estreno en casa de los dos nuevos fichajes letones (Strelnieks y Timma) y se esperaba que Valencia pudiera venir con un ojo puesto en la competición europea y se les pillara un poco bajos, pero ni mucho menos ocurrió el milagro.

Los de Alex Mumbrú (apretado también por los resultados) jugaron uno de sus mejores partidos fuera de casa, sólidos como nunca, solidarios en defensa y muy acertados en ataque, sabiendo manejar los tempos del partido ante los tímidos momentos de gloria compostelana.

El partido

El encuentro se pudo definir en un quiero pero no llego, pues Obradoiro que tampoco es que digamos que jugó un mal partido, no llegó nunca al nivel físico y de acierto que planteó Valencia.

En el primer cuarto ya quedó claro que los taronjas no venía de paseo y entre un renacido Chirs Jones y un dominante Brandon Davies ya dejaron claro que Valencia quería ganar el partido y ante eso Obradoiro no tenía mucho que hacer.

Valencia comenzó con unos porcentajes brutales en ataque con 27 puntos en los primeros 10 minutos y que Obradoiro a duras penas podía igualar, casi siempre con balones interiores donde Pustovyi imponía sus centímetros pero siempre muy bien marcado (y también con mucha permisividad arbitral en el contacto).

El partido transcurría siempre con una cómoda ventaja de Valencia rondando los diez puntos y con un Obradoiro que siempre a remolque peleaba para no descolgarse, con un acierto en el triple mayor que en partidos anteriores, pero Valencia contrarrestaba siempre muy bien los arreones gallegos. Un ejemplo fue la última jugada antes del descanso donde Obradoiro podría cerrar el cuarto sólo 6 abajo y un triplazo de Jones desde 7 metros dejó la cosa en -9 con un golpe moral importante.

Los letones no acababan de aportar y Obradoiro seguía vivo gracias a Pustovyi y el acierto de un de esta vez inspirado Kovliar (3/7) pero la entrada de un acertadísimo López-Arostegui (13 puntos en 17 minutos sin fallo) enfriaba las ansias obradoiristas.

Aún así los de Moncho Fernández, gracias al acierto y coraje de Mendoza volvieron el partido un poco loco y a mediados del tercer cuarto se pusieron sólo a 3 puntos (54/51), pero dos triples consecutivos de Jones y Ojeleye junto a dos buenas defensas pusieron las cosas en su sitio.

Los últimos minutos fueron de desintegración local, bien por el esfuerzo bien porque moralmente vieron que era imposible, bajaron el ritmo de ataque y sobre todo en defensa, y Valencia plácidamente se fue a los veinte puntos de diferencia con contraataques muy fáciles ante un Obradoiro ya totalmente obcecado y entregado a un Howard que no estuvo acertado.

Al final malas sensaciones gallegas por ese último cuarto nefasto y un Valencia que ganó y demostró el equipazo que es y que a veces no consigue mostrar.

Los mejores

Por parte valenciana destacó su buen nivel defensivo, muy físico e infranqueable para el Obra, y sobre todo en ataque destacaron Chris Jones con 22 puntos y Brandon Davies y López Aróstegui con 20 de valoración cada uno. Sobre todo este último que fue un revulsivo total para su equipo con todas sus acciones en positivo. Destacar también el gran acierto de 3 con un 13/25 (52%), y las 24 asistencias que demuestran la buena circulación de balón que tuvieron.

Por parte de Obradoiro destacar la brega de Artem en la pintura (21 puntos y 7 rebotes) y el buen hacer de Rigo Mendoza con 13 puntos. Se echó de menos una mayor aportación de los nuevos fichajes y aunque de esta vez el nivel del tiro exterior fue aceptable, los tiros libres (58%) y las pérdidas (algunas con canasta hecha) volvieron a ser un lastre.

Granada ganó ayer y Obradoiro se hunde en la clasificación ya sin colchón sobre los puestos de descenso (que ocupan Breogán y Palencia que también ganó). Toca seguir peleando para ver si se puede sacar algún partido antes del derby fratricida del próximo 23 de Abril ante Breogán, ahí si que será un partido a vida o muerte.

Imágenes: Obradoiro CAB, El Correo Gallego.