Te mereces lo mejor
Estimado amigo, Alberto. Créeme y te lo grito a corazón abierto, que te mereces lo mejor. Y este destino que ahora elijes será genial. No sabía desde hace semanas de ti porque tampoco te quería molestar. Necesitabas tiempo y por mi parte te lo di. Pero tú eres hombre de canchas, hombre de baloncesto. Es ahí donde Alberto es Alberto.
Hemos trabajado juntos porque el destino así lo quiso. Poco tiempo porque el destino también lo quiso así. Pero aprendí mucho de ti. Que la entereza del ser humano predomina sobre cualquier cosa.
Sé que tu etapa en Cáceres no fue fácil y en lo que pude intenté ayudarte. Pero tu trabajo, aun con las críticas, fue exquisito. A mí me hiciste crecer, creer y amar más el baloncesto.
Hoy recibo tu mensaje donde me comentas que estás en Azerbaiyán, tu nuevo destino. Y aunque todavía no me queda claro tu puesto, creo que entrenador de la selección absoluta del país caucásico y además entrenador del Moik Bakú, dices que pondrás tu granito de arena para desarrollar el baloncesto allí.
Alberto, tu eres mi héroe. Eres mi puto héroe. Un valiente con el pasaporte en regla siempre y la maleta hecha. Con no más de dos litros de leche en la nevera.
Te deseo toda la suerte del mundo. Te lo mereces. Y desde estas líneas ya te digo que si algún día ves que puedo ser útil para ti, mi maleta también está hecha. Que no le tengo miedo al futuro. Es más, el futuro debe temerme a mí, porque me lo como.
Gracias por todo lo que me has dado y rezo por volver a trabajar contigo. Donde sea.
Abrazo de los enormes. Naciste ganador.
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