7 de mayo, un día para la historia.

El 7 de Mayo pasará a la historia del Valencia Basket por ser el día en que las jugadoras taronja pudieron hacerse con el tan ansiado título de campeonas de Liga. Un título por el cual, llevaban peleando 3 años frente al mismo equipo; el “Perfumerías Avenida”.
Si bien es evidente, este año el equipo llegaba con una clara diferencia respecto a los dos anteriores, el factor cancha a favor tras haber acabado primeras de liga con un balance de 25 partidos ganados y 5 partidos perdidos, frente a un Avenida que supo recomponerse de una mala racha a mitad de temporada; para acabar con un balance de 24 partidos ganados y 6 perdidos.
Respecto a las jugadoras, pudimos observar cómo experimentaron un proceso de madurez y unificación que les permitió ayudarse las unas a las otras cuando las fuerzas, y las piernas, flaqueaban debido al intenso calendario de jugar en dos de las máximas competiciones y las más exigentes. El conjunto de Rubén Burgos por tanto, encontró en el esfuerzo y en la unión todo aquello que necesitaba para hacer frente, por tercera vez, al equipo charro en la lucha por el título liguero.
Un primer golpe contundente llegaba el 4 de mayo, en la Fonteta, rodeadas de su afición y de la que para ellas ha sido “la sexta jugadora” esta temporada. En su templo, lograron anteponerse al todopoderoso Avenida con una diferencia de 4 puntos. A priori, nada que celebrar, pero mucho con lo que soñar. Y ese fue el lema con el que emprendieron el viaje, jugadoras y afición a Salamanca.
Una afición que, todo se debe decir, ha estado viajando a lo largo de España y Europa y que no fue muy diferente en el segundo encuentro de la final, donde un grupo de más de 50 aficionados se dirigía a Salamanca, en un interminable viaje de autobús, con las ganas y esperanza de que a la “tercera, va la vencida”.
Y así se lo hicieron saber a las jugadoras a su llegada al Pabellón, mediante cánticos, tambores resonando y humo naranja. La afición estaba preparada para la dura batalla que se iba a disputar en el pabellón de “Würzburg”.
El inicio del partido, en consecuencia, fue un preludio de lo previamente comentado, una batalla al todo o nada por parte de las jugadoras de Salamanca frente a las ganas, ilusión y confianza de un equipo que desde que ha llegado a la máxima categoría no ha parado de crecer.
Por ello, en la primera parte pudimos ver un espectáculo por parte del equipo local, confiadas en su capacidad de remontar este tipo de eliminatorias y situaciones, que llegaron a irse al descanso con un marcador de +9, frente a un Valencia Basket a remolque del juego que impartían las azulonas.
Dicha superioridad, perduró en partido hasta prácticamente el último cuarto, con un Valencia que salió a jugar la segunda parte como si el marcador se reseteara, y con unas ganas y un hambre propio de las guerreras que han acabado consiguiendo grandes logros. Lo cierto es, que debían remontar una diferencia de 10 puntos, distancia que se encargó de hacer desaparecer la jugadora Queralt Casas. Tras el triple de la capitana, se sumaron al barco el resto de jugadoras, más confiadas que nunca y dispuestas a acabar con el sueño de todo aquel que vistiera de azul ese día.
Y así fue como el equipo hizo historia tras ganar en casa del rival por 81 – 69, e hizo del día 7 de mayo de 2023; un día de ensueño, de risas, de cánticos, de lloros, de videollamadas, abrazos, besos, cariño, orgullo, admiración, tranquilidad, alegría… y que tanto jugadoras, como staff, como afición recordarán desde el más profundo cariño y nostalgia.
Foto de @Valenciabasket (Instagram).
