Dolor compartido
De eso que no quepa duda. Que quizás ahora el dolor físico sea tuyo pero nosotros compartimos contigo ese dolor y el bajón moral que debes estar pasando de nuevo debido a una lesión.
Parece que esa palabra, lesión, va vinculada a ti en los últimos meses. Quizás ya se prolonga hasta desde hace un par de años. De hecho, cuando llegaste al Cáceres Patrimonio de la Humanidad, cedido de Unicaja, venías recuperándote de una lesión seria.
Empezaste de menos a más. La temporada pasada hiciste cosas memorables. Hemos sido testigos. Hasta que, en un partido en casa, y no recuerdo cual, los encontronazos y las magulladuras fueron variopintos. Ahí fue el fin de tu temporada y el fin de dejar verte en acción para nosotros, los aficionados… y eso duele.
En verano, nos llegó la noticia de tu fichaje, ya sin cesión, por el Cáceres y eso nos hizo ilusionarnos: un “jugadorazo” estará en Cáceres. Pero la pretemporada parece que no ha sido la más propicia. Por unas y por otras no se te ha podido ver en acción, como con el otro Pablo.
La afición, tú lo sabes, te quiere y te quiere sano. Porque si a ti te duele algún mal, también nos duele a nosotros. Porque nosotros, gente que amamos este deporte te queremos ver donde tú lo sabes hacer: en una pista de baloncesto. Ese es tu sitio.
Pero en estos días, nos cuentan que te han hecho pruebas. Una exploración y una resonancia donde se te ha diagnosticado rotura parcial de menisco, provocada en el partido contra el Real Betis en Pretemporada.
Nos informan también que tendrás que pasar por quirófano y que el tiempo estimado en el dique seco será de unos dos meses. Por lo que quizás no podrás reincorporarte ya hasta el año que viene… y eso sigue doliendo.
Pablo, te toca salir de ésta, porque sabemos que lo harás. Porque no estarás solo. Estaremos contigo en el quirófano. Porque en este trance, y no te preocupes que eres joven, día a día, te acompañaremos o en tu recuperación, sea corta o larga. Estaremos a diario contigo.
Porque te queremos dentro la pista, defendiendo como un cabrón, como tú solo sabes hacerlo. Y dando ese espectáculo de ataque como has demostrado. Esos tiros de último segundo que sabemos, nada más salir el balón de tus manos, que entra. Ya ha pasado.
Pablo Sánchez, aquí se te quiere.
Que no te quepa duda.
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