octubre 15, 2024

Palabras textuales de Brizuela en una entrevista con Daimiel en el periódico “Málaga
Hoy” el 2 de junio de 2022: “Kobe Bryant ha sido un referente”. “De mi evolución estoy
muy contento, he mejorado mucho, aprendiendo jugando al lado de jugadores de
mucho nivel, pero sí es verdad que, desde que estoy aquí, el Unicaja no ha conseguido
los resultados que quiere y me siento responsable de ello, como todos los jugadores”.
“Siempre he sido así, no puedo pretender ser un jugador diferente. Con 14 años no
pasaba una, sólo quería meter y meter. He tenido una evolución en todo, pero nunca
seré un defensor”.

En estas tres afirmaciones, nos damos cuenta del tipo de jugador que es Brizuela y por
qué no ha llegado más lejos en su carrera baloncestística.
Me recuerda mucho al caso de Saúl Blanco (salvando las diferencias, porque creo que
Brizuela es mejor jugador) porque son dos jugadores con un potencial tremendo pero
que con el tiempo se fueron diluyendo como un azucarillo.

Un jugador no puede decir en dos frases que su referente era Kobey Bryant y que él
nunca será un defensor y no puede pretender ser un jugador diferente. Es totalmente
incongruente y deja reflejado el tipo de personalidad que tiene. “Yo soy muy bueno,
así como soy me veo muy bien y no voy a cambiar porque no quiero”. Más o menos es
esto lo que viene a decir con estas dos frases que le dijo a Daimiel en su entrevista.
Creo que son argumentos infantiles e inmaduros para un jugador como Brizuela.

Y esto se ve reflejado en la pista partido tras partido. Se le ve muy contento cuando
mete algún triple, se da con el puño en el pecho en señal de reivindicación, le gusta
anotar y ser el protagonista pero a la hora de defender y sacrificarse por el equipo, ahí
no le esperemos porque, según sus palabras, eso nunca llegará. Y no hay cosa más
triste y frustrante para un aficionado, que ver que un jugador de tu equipo (se supone
que el mejor) no va a sacrificarse por el grupo, porque es precisamente eso lo que te
hará ganar partidos. Meter dos triples seguidos contra un equipo que está peleando
por la permanencia y presumir de ello, no es lo que un equipo serio necesita. Ni una
foto tras ganar en el Palau después de la temporada que llevaba Unicaja. Un líder tiene
que salir y decir las cosas claras, no puede estar satisfecho ni orgulloso si su equipo
está en la ruina máxima.

Quizás Brizuela no sea consciente de lo que puede llegar a ser o crea que defendiendo
y aportando otro tipo de intangibles no le hará crecer pero si es así (que no tengo ni
idea), el jugador está muy equivocado. Y estoy seguro de que él quiere que el equipo
gane siempre, no tengo dudas, pero lo que no quiere es pagar el peaje del esfuerzo
que otros jugadores como Alberto Díaz o Suárez, lo comprenden a la perfección.
El baloncesto no es anotar puntos y fin. Es mucho más que eso. Es robar balones, coger
rebotes, agachar el culo, tirarte a por un balón, transmitir a la grada, luchar, pelear, en
definitiva, sacrificio y esfuerzo. Hacer cosas que todos sabemos que cuestan más en
beneficio del conjunto.

Y escribo este artículo con rabia (estoy seguro de que puede cambiar a mejor) porque
llevo mucho tiempo viéndole jugar y su evolución (al contrario de lo que él piensa) me
parece muy escasa o nula pero creo que tiene un potencial enorme, mucho mayor de
lo que el propio jugador cree tener. Desde que estaba en Estudiantes se ha dedicado a
hacer exactamente lo mismo. Con Estudiantes sabemos lo que pasó y esta última
temporada en Unicaja, ha coqueteado con el descenso y hemos estado muy cerca de
ser equipo LEB. Esto creo que no es evolucionar como jugador sino estancarse en un
mismo punto durante mucho tiempo.

Es una sensación de impotencia observar cómo un jugador como Brizuela, que se ve
claramente que puede ser un referente en cualquier equipo, nunca acaba de dar el
paso que tendría que dar para ser un jugador más determinante. Tomar mejores
decisiones en ataque, no perder balones, defender mucho mejor, implicarse más,
sacrificarse y esforzarse por su club y su afición. Pero como él dice, él es así y no va a
cambiar.

Yo espero que reflexione y piense que precisamente cambiando su forma de pensar y
de jugar, el equipo y él lo agradecerán enormemente. Yo sigo creyendo en su potencial
y nunca dejaré de creer pero tiene que dar un paso al frente si quiere que su querido
Unicaja no haga el ridículo cada semana como lleva haciendo desde que llegó a Málaga
(y obviamente influyen muchos más factores pero aquí, hoy, hablo sobre Brizuela).

Mucha suerte y esperemos que este año sea el tuyo, Darío.

Autor Gino Cristófalo

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