El Granca vuelve a casa a olvidar las penas
Tras las dos derrotas consecutivas ante Baxi Manresa y Happoel Tel Aviv, los claretianos regresan a casa para curar sus penas con una posible victoria ante Bilbao Basket.
Los dos últimos partidos disputados por el Dreamland Gran Canaria se resumen de una única manera: el día de la marmota. Los insulares estuvieron mal en Manresa y peor Bulgaria o viceversa, total, tanto monta monta tanto. Dos derrotas abultadas con un equipo que dio muestras de poca cohesión en la pista. De repente, los nuestros no saben jugar juntos ni pelear un partido. Simplemente maravilloso.
Los canarios, intentarán olvidar este drama en casa, con lo suyos y ante un Surne Bilbao Basket que viene de ganar a todo un Real Madrid en Miribilla aunque claro, eso fue en su casa y esto va a ser en la nuestra. Sutiles diferencias, si me preguntan.
Los pupilos de Jaume Ponsarnau llegan a la isla con la moral por todo lo alto, mientras que los de Jaka Lakovic están modo flojera pero, también les he contado mil veces el tema de los “platos rotos” y, tengo la fuerte convicción de que el Bilbao va a pagar la abultada factura del Granca porque, nos guste o no, alguien tiene que compensarnos por el drama de los dos últimos partidos.
Un Bilbao reforzado y atinado
Los bilbaínos son uno de los equipos con los que nos encontramos empatados en la clasificación y tienen un equipo competitivo y en muy buena forma que, además, sus refuerzos están funcionando muy bien. Tanto Harald Frey como Muhammad-Ali Abdur-Rahkman o Marvin Jones, han cogido rápido el ritmo del equipo. Si a estos jugadores le sumamos otros como Melwin Pantzar o Kristian Kullamae, ya tienes el lío montado en la pista con un equipo que tiene una media de 85,3 puntos por partidos y un nada despreciable 38,7 en rebotes. Además, están gozando de un acierto tremendo de cara a canasta, algo en lo que el Granca está fallando estrepitosamente.
Estoy con Jaka cuando dice que el equipo “se ha relajado y ha perdido la tensión competitiva”. Necesitamos buscar el feeling en la pista que nos una hacia una misma dirección, además de mejorar el acierto y dejar de ser las hermanitas de la caridad en defensa. Hay que ser más duros e intensos en la pista y, sobre todo, acertar esos tiros liberados que nos está costando la vida meter. También secundo a nuestro coach cuando dice que “si vamos a ver cada derrota como una crisis, esto se nos hará muy largo”.
Queda claro que el equipo está cometiendo muchos fallos, demasiadas pérdidas, poco acierto y pocas claridad de ideas en algunas ocasiones. Dicho esto, estamos empezando, los jugadores tienen que terminar de adaptarse al juego y al sistema y, como no, a entenderse en la pista. Vale que han sido dos derrotas muy duras pero no podemos hablar de crisis cuando estamos en el comienzo. Hay tiempo por delante para revertir la situación y conseguir los objetivos.
Tenemos que conseguir la implicación de todos los jugadores, volver a adoptar la tensión competitiva de la que hacíamos gala en los primeros partidos y, sobre todo, que nuestros pívots se pongan las pilar porque, al igual que el año pasado, Pierre Pelos no puede hacer el trabajo de cuatro personas. A cada uno lo suyo y a dios, lo de todos.
Dicho esto, creo que va a ser un partido divertido en el que espero que el Dreamland Gran Canaria decida pasar una factura abultada a sus visitantes porque, primero, los jugadores necesitan ganar con contundencia y, segundo, hay que darle una alegría a la marea amarilla, que está un poco revuelta en estos días.
Lo que digo siempre, confiemos en el equipo, confiemos en los nuestros y, sobre todo, confiemos en Jaka Lakovic al que me gustaría dejarle un recado con todo el cariño del mundo. Querido Jaka, los tiempos muertos no hay que pagarlos, ¡son gratis!, lo mismo pasa con las revisiones, ¡aprovéchalos!
Foto obtenida de la página web del Dreamland Gran Canaria.
