¿Estamos listos para comenzar?
Es la gran pregunta del millón. Además, sabemos de la rémora que lo que pasó la temporada pasada en nuestras carnes nos infringe. Todos tenemos el miedo sempiterno que otro batacazo deportivo vuelva a producirse. Y por eso todos empujamos hacia arriba. Porque no queremos ver la parte baja ni en pintura.
Es la semana de la reflexión y del trabajo, cual elecciones políticas en un ámbito de dudas. No porque el trabajo se haya hecho mal, todo lo contrario. Pero todos mejoran y esa es la duda que tenemos todos: ¿dónde estaremos realmente?
¿Cómo fue la pretemporada?
Respecto a eso, es un tema que da mucho juego. Los optimistas hablan de un genial equipo y de un buen juego. Los pesimistas insisten en cambiar la dinámica porque así no hacemos nada.
Los que tenemos los pies en el suelo, aunque la pasión nos domine, vemos un algo que nos gusta y mucho. Pero reconocemos brechas que hay que coser y eso se consigue con entrenamiento y con la competición. La competición nos hará más fuertes, pero ya no queda mucho tiempo para mejorar. Ya hay que ir haciéndolo sobre la marcha.
El balance de esta temporada no está, quizás, en los números sino en el efecto de la temporada. Aunque ese balance sea de 3 a 2 donde dominan las derrotas, se pueden sacar cosas muy positivas de todo esto.
Sabemos que el baloncesto ha cambiado en estos años. Siempre hemos dicho que ahora los proyectos son anuales. Que, por ejemplo, en Cáceres, se fueron ocho jugadores y se ha fichado a otros ocho y la verdad que a muchos no nos gustaría estar en “este día de la marmota” de Roberto Blanco.
Y lo que provoca este nuevo baloncesto es que la pista no se alíe con la grada. Pues cuando empezamos a conocer a jugadores, estos hacen la maleta para buscar mejores sitios, ya sea a nivel personal o económico. Todo respetable. ¡Quién no lo haría!
Fuimos a Lisboa a enfrentarnos al Sporting de Portugal y nos vinimos con buenas sensaciones, aunque perdimos el partido. Un partido donde el grupo no tenía dos entrenamientos enteros y el físico se notó. Aguantamos un primer tiempo, pero nos desfondamos en el segundo.
Recibimos al Sporting de Lisboa en el partido de vuelta y dimos cuenta, en un partido muy reñido que todo fue a causa del ritmo, pues aquí ganamos de un punto más del que necesitamos y nos llevamos el trofeo en disputa.
Fuimos a jugar contra el Real Betis Baloncesto, con las dudas del equipo rival, en un partido a puerta cerrada, y perdimos. Lógico contra un recién descendido ACB.
Recibimos a un siempre fuerte UEMC Valladolid que, hasta su presencia en Cáceres, no traía buenos resultados en su pretemporada. Pero UEMC Real Valladolid es siempre UECM. Y les ganamos, no sin sufrir, pero demostramos que queremos buen baloncesto y espectáculo.
Y en nuestro último partido que fue contra el Real Betis Baloncesto, en casa, quizás dimos la imagen que más nos descontenta. Mostramos, sobre todo en un cuarto, la peor cara pues llegamos a perder por 15 puntos. Pero después el equipo se esforzó y llego a empatar el partido. Pero no fue capaz de rematar.
¿Dónde está el Cáceres Patrimonio de la Humanidad?
Vaya con la preguntita. Pero creo que con el presupuesto que hay, quizás el más pequeño de la competición, con todos los problemas económicos que está sufriendo el club por parte sobre todo de entidades gubernamentales en cualquier “ala”, se ve positivismo y se quiere alcanzar ese ansiado playoff. Pero todo esto lo dirá el camino. Pero el camino en su firme regular dura 34 partidos. Ellos dirimirán donde está el Cáceres Patrimonio de la Humanidad.
Pero soñemos en alto. Nos lo merecemos.
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